El Orfeón Universitario y la Estudiantina Universitaria de la Universidad Central de Venezuela, ofrecerán al público su concierto navideño en el Aula Magna de la Casa que vence la sombra el domingo 1º de diciembre de 2024. Este espectáculo decembrino tiene una historia:
Vinicio, Sojo y la navidad
El Orfeón Universitario, en épocas de Vinicio Adames, siempre hacía el concierto navideño, siguiendo el legado del Orfeón Lamas. El aguinaldo tradicional venezolano, aunque tiene su origen el villancico español, en el siglo XIX adquirió características muy propias. Tomó elementos de la danza y contradanza; luego se fue mezclando con el esquema rítmico del merengue y la guasa; y en su ejecución integró instrumentos populares. El repertorio del siglo XIX encontrado por Vicente Emilio Sojo en San Pedro de los Altos, estado Miranda, y armonizado por él, era acompañado por Diana Franklin, Alba Quintanilla y Adriana Moraga. Gracias a Sojo, el pueblo venezolano conoce el Niño Lindo, Sois la prometida, Sublime ideal, Parranda, La jornada (Din, din, din, es hora de partir…), Fuego al cañón, Si acaso algún vecino y a compositores de la talla de Rafael Izaza (De contento, Purísima, Como el rocío, Oh Virgen Pura, Los Ecos, Venid, Oh Emmanuel, Al Claro y Sereno, Seáis Bienvenido, Cantemos alegres, Dichosos Mortales), Ricardo Pérez (En tus manos, Alegre cantemos, Espléndida noche, Nació el redentor, Venid oh mortales, A ti te cantamos), Ramón Montero (La tempestad), Alejandro González y Fernández (Alaben los cielos), Henrique León (La gloria cantamos, Su gracia y amor) y Rogerio Caraballo (Niño venturoso). El escritor cubano Alejo Carpentier, poseedor de la boína azul del Orfeón, dijo en 1951: “Suerte tiene Venezuela de conservar una tradición que le viene de muy lejos, y haber tenido músicos que a tiempo se aplicaron a anotar, armonizar, editar, lo que el debilitamiento de una tradición oral ha dejado de perderse, irremisiblemente, en otros países”.
En 1964, los Loros de Pizani, bajo la dirección de Vinicio Adames, grabó su primer disco de navidad: El Orfeón Universitario canta aguinaldos. Los acompañantes fueron Abraham Abreu en el piano, Raúl Delgado Estévez en el cuatro y en la percusión Alexis Torres y Hugo Urdaneta y destacaron las solistas Shirley Adames, Carmen Liendo, Graciela Gamboa y Luz María Tosta. El dibujo de la portada fue creación de Mauro Bello. Además del repertorio navideño venezolano del siglo XIX, el Orfeón canta el Villancico de Vicente Emilio Sojo, el Cántico de Navidad de Blanca Estrella de Méscoli pon poesía de Manuel Felipe Rugeles y arreglo de Inocente Carreño, el aguinaldo maturinés La misa del gallo y el Salve de Guatire, recopilado y armonizado por Sojo y A adorar al niño, recopilado por Isabel Aretz con arreglo de Luis Felipe Ramón y Rivera.
La amistad
Para poder entender el espíritu creador que yace en estas presentaciones navideñas, basta leer la carta que Simón Bolívar le escribe a Leandro Palacios, el 16 de mayo de 1817, desde La Mesa de Angostura: «Dile a todos mis amigos que soy siempre el mismo y que, a pesar de mi mala fortuna, he conservado muchos a quienes desearía escribir con la mayor frecuencia; pero me es imposible hacerlo, porque estoy constantemente trabajando o pensando en beneficio de mi país y de ellos mismos. Diles que la amistad tiene en mi corazón un templo y un tribunal a los cuales consagro mis deberes, mis sentimientos y mis afectos. Por último, diles que la amistad es mi pasión y que, por consiguiente, ellos son los objetos que ocupan mi alma y mis sentidos«.
La razón de esta cita bolivariana es que estos célebres y esperados conciertos de navidad tienen su historia en uno de los valores más importantes de la humanidad: la amistad. Raúl Delgado Estévez, Orlando Gámez Arismendi y Carlos Oviedo eran amigos entrañables, amigos en las buenas y en las malas, amigos en la bohemia, en la música, en la cotidianidad, en la penuria, en la poesía, en la pasión, pero sobre todo en la esperanza. Tenían conciencia de que la amistad es uno de los más preciados tesoros razón por la cual la acrecentaron a través de la solidaridad, la gratitud, el respeto y la concreción de proyectos como los tradicionales conciertos de navidad.
Orfeón y Estudiantina
A mediados del año 1985, el Orfeón y la Estudiantina graban el disco de acetato Cantos Navideños, auspiciado por la Fundación UCV y comercializado por el sello Discomoda. Raúl, Orlando y Graciela Gamboa deciden colocar el primer párrafo del ensayo Navidad de Aquiles Nazoa, contenido en el libro Las cosas más sencillas publicado en Caracas en 1972 por la Oficina Central de Información.
“Tal vez el atributo que le confiere a la Navidad tan conmovedora significación humana sea el transfondo melancólico que matiza su bulliciosa alegría. Un resplandor de inefable tristeza convoca en Navidad el corazón de los hombres hacia la memoria de cosas muy lejanas y un tiempo amadas. Pero es también esa la fiesta de la esperanza, de la fraternidad y del amor. El alma del niño que una vez fuimos, divaga entre los olores caseros del turrón y las ropas de estreno; la sonrisa de nuestra primera novia tiene la boca llena de uvas. La Navidad nos pone a vivir en dos tiempos. Nos bastaría subirnos en el trineo de esta hermosa tarjeta, para viajar con el sueño hasta el país de los cocuyos; pero una rápida mirada por la ventana, hacia el radiante cielo nocturno de diciembre, nos restituye a la fe en que este instante del mundo es también hermoso, puesto que aún podemos de un solo trago celeste, llenarnos los párpados de estrellas”.
El 30 de noviembre y el 1º de diciembre cantan y tocan el repertorio que contiene este long play en la catedral de San Felipe, estado Yaracuy.
Primer concierto en el Aula Magna
Los días sábado 14 y domingo 15 de diciembre de 1985, se presentó en el Aula Magna de la UCV un performance navideño en el que participaron tres grupos emblemáticos del mundo de azules boínas: el Orfeón Universitario, la Estudiantina Universitaria y el teatro para niños El Chichón, dirigidos respectivamente por Raúl Delgado Estévez, Orlando Gámez Arismendi y Armando Carías, quien asumió el montaje de esta conjunción de voces, plectros e histrionismo.
El disco incluye obras del repertorio navideño venezolano del siglo XIX y, entre otras piezas, Amanece de Alejandro Carrillo con arreglo de Efraín Arteaga, El poncho andino y Luna decembrina de Otilio Galíndez, con arreglos de Gilberto Rebolledo, Aguinaldo margariteño con arreglo de Orlando Gámez Arismendi y El guatacaro de Enzo Villaparedes con arreglo de Raúl Delgado Estévez. Los arreglos instrumentales son de Orlando Gámez Arismendi, Carlos Oviedo y Laudelino Mejías Palazzi. Durante ese diciembre, la gaita Toma lo que te ofrecí de Aldemaro Romero, con arreglo coral e instrumental de Orlando Gámez Arismendi, se convirtió en un éxito radial ocupando los primeros puestos del hit parade.
En 1991, el LP fue relanzado, pero en el formato de disco compacto. En 1995, ambas instituciones grabaron Cantos Navideños Volumen 2. En ambos discos se incluyen selecciones de aguinaldos interpretados por la Estudiantina que culminan con ambas instituciones interpretando los clásicos universales Noche de Paz y Adeste Fideles.
Aquel 14 de diciembre de 1985, se convertiría en una tradición ucevista y caraqueña, donde el público asiste al recinto cuyo cielo está cubierto por las nubes de Calder para encontrarse con los poderes creadores del pueblo y el nacimiento del redentor de la humanidad.