Fidel fue el blanco de la campaña más feroz y sostenida del siglo XX, diseñada en los más refinados laboratorios de guerra sucia del imperialismo. Las infamias en su contra afectaron especialmente a las clases medias de todos los países latinoamericanos, pero también permeó a importantes segmentos de las clases populares. Durante décadas hemos visto a gente sumida en la extrema pobreza pero que denigra de Cuba porque “si allá tienes dos pantalones, llega Fidel y te quita uno”.
De la mano de la Revolución Bolivariana y, bajo el contundente liderazgo del presidente Hugo Chávez, muchas de esas personas que habían sido inoculadas por la propaganda anticastrista fueron tomando conciencia de lo que les habían hecho. Parafraseando los versos con los que Carlos Puebla le cantó al Che Guevara, podríamos decir que mucha gente del pueblo “aprendieron a querer a Fidel, desde la histórica altura, donde el sol de su bravura le puso un cerco a la muerte”. ¡Bravo por ellos!
Clodovaldo Hernández / Redacción Web.