Por: Beatriz Rondón
La lucha por alcanzar la paz, posiblemente haya sido una de las causas más complejas de comprender como objetivo de importantes revoluciones históricas, sean estas triunfantes o no.
La revolución bolchevique y sus líderes fundamentales, Lenin y Trotsky, luego de cerrar ese largo paréntesis entre 1905 y 1917, lucharon a toda costa por la paz y contra la presencia de Hitler en Europa, fortaleciendo el Ejército Rojo que luego lidezaría Stalin para luchar por la paz y la autodeterminación de los pueblos.
También lo hizo Ho Chi Min, quien consagró su vida a luchar contra las invasiones bélicas del imperio francés y el norteamericano, pero su idea permanentemente fue la búsqueda de la paz; y en plena guerra viajó por el mundo buscando aliados para lograr la paz y la construcción de Vietnam.
Por estás tierras, el Libertador de cinco naciones, Simón Bolívar le decía en una carta al General Soublette:
“Jamás será degradante ofrecer la paz bajo los principios consignados en la declaratoria de la República de Venezuela, que debe ser la base de toda negociación, primero porque así está ordenado como ley de la república, v segundo, porque así lo prescribe la naturaleza y la salvación de Colombia. Ofrecerles así la paz a los españoles es pedirles la corona del triunfo, pues no siendo otro el objeto de la contienda, obtenerlo es vencer. A los españoles, estando altamente convencidos de su impotencia con respecto a nosotros, y sufriendo en la guerra cuantas calamidades pueden afligirles, a los españoles, digo, concederles la paz es decretarles un triunfo, no menos importante y no menos deseable”.
La propuesta del presidente Hugo Chávez, plasmada en la nueva Constitución de 1999, fue radical: transformar la democracia de un sistema meramente representativo a uno popular y participativo.
En este nuevo modelo, el pueblo es el verdadero sujeto político, con el poder de decidir sobre su propio destino. Las instituciones estatales, lejos de ser entidades distantes, deben ser herramientas al servicio del pueblo, facilitando su participación en la toma de decisiones.
La Constitución Bolivariana estableció un nuevo tipo de relación entre el Estado y la sociedad, basada en una nueva forma de hacer política, que prioriza la inclusión y la equidad.
El presidente Nicolás Maduro, hoy al asumir un nuevo período presidencial, ha seguido al pie de la letra esta orientación del comandante, la ha asumido como un valor irrenunciable de la acción revolucionaria, dando continuidad a las políticas de justicia social para el pueblo a pesar del asedio criminal; como en cada uno de los pasos que da para contener el instinto sanguinario y guerrerista de la oposición.
Maduro precisó que esta reforma constitucional será el epicentro de un debate que tiene que llegar y mover la fibra democrática.
El objetivo es definir con claridad el modelo de desarrollo venezolano para los próximos 30 años y democratizar hasta el infinito la vida política, social, de Venezuela.
Chávez abogaba por la paz, desde una perspectiva antiimperialista. Promovía la paz como un medio para resistir la dominación extranjera y defender la soberanía nacional.