«Deepseek R1 es uno de los avances más sorprendentes e impresionantes que he visto, y como código abierto, un profundo regalo para el mundo», Marc Andreesen, creador del navegador Netscape
Hace un lustro ya que el Covid 19 atemorizó al mundo, el llamado Occidente Colectivo, sus empresas productoras de vacunas y medicinas, se frotaban las manos viendo que había miles de millones a quienes podían vender sus productos.
Contaban los días esperando el momento en que lanzarían sus vacunas al mercado. Laboratorios norteamericanos, ingleses, alemanes, hacían breves anuncios sobre los resultados de sus pruebas.
De pronto fueron rusos y chinos quienes inventaron las ansiadas vacunas y los líderes de ambos países dejaron claro que ellas no serían para el lucro inescrupuloso, sino para la solidaridad con los seres humanos.
Gente que veía con desconfianza, por la inclemente propaganda del Occidente Colectivo, a chinos y rusos, vieron que con ellos llegaba la cura, la prevención para sus temores.
Se quiso echar sombras sobre su eficacia, pero no se pudo. A chinas y rusas se sumaron las vacunas cubanas. Eso fue el colmo para la narrativa predominante.
Los supremacistas rumiaron su rabia, su orgullo estaba mellado.
Hoy, a pocas horas que Donald Trump alardeara de una multimillonaria inversión que confirmaría el liderazgo de Estados Unidos en la emergente revolución de la inteligencia artificial, un “modesto” proyecto chino trastocó el supuesto dominio occidental y, reiteramos, alteró la narrativa de Silicon Valley en torno a las necesidades de infraestructura y energía de los modelos de lenguaje más avanzados.
La llegada de Deepseek r1 ha obligado a muchos de los grandes gigantes tecnológicos de Silicon Valley a reaccionar
El proyecto chino, bueno ya es una realidad, se denomina DeepSeek v3 y es un modelo de inteligencia artificial entrenado a un costo muy por debajo del que tienen sus rivales y con el que ha sido también posible crear Deepseek r1, una herramienta especializada en razonamiento que supera la que hasta ahora era considerada como la alternativa más avanzada, o1 de OpenAI.
El Deepseek ha entrenado el modelo por apenas 5,6 millones de dólares, una fracción de lo que cuesta tradicionalmente entrenar un modelo de capacidades similares.
Algo que ha impactado duramente el mercado mundial es que Deepseek se está distribuyendo bajo código abierto con licencia del MIT, poniendo en un aprieto a muchas de las grandes empresas de inteligencia artificial de EE.UU., como Anthropic o OpenAI, que en los últimos meses han realizado rondas de inversión a precios muy altos, justificando la necesidad de capital por el alto coste de entrenar nuevos modelos.
Y es que China, que actualmente tiene serias restricciones para acceder a chips especializados de última generación, debió apelar al ingenio para superar las trabas.
La comunidad de Silicon valley fue sorprendida por los resultados.
Marc Andreesen, fundador del fondo de capital riesgo de Silicon valley A16Z y creador del navegador Netscape, se ha mostrado sorprendido por la capacidad de esta inteligencia artificial.
«Deepseek R1 es uno de los avances más sorprendentes e impresionantes que he visto, y como código abierto, un profundo regalo para el mundo«, reconoció en sus redes sociales.
Yann LeCun, el máximo responsable de inteligencia artificial en Meta, aceptaba que Deepseek r1 representa un cambio de paradigma, aunque más que leerlo como un síntoma de que China podría estar superando a EE.UU. en la carrera de la IA, lo entiende como una confirmación de que el código abierto tiene el potencial necesario para superar a los modelos de IA cerrada de empresas como OpenAI o Anthropic.
La llegada de Deepseek r1 ha obligado a muchos de los grandes gigantes tecnológicos de Silicon Valley a reaccionar. Zuckerberg, por ejemplo, dijo que este año Meta presentará la versión 4 de Llama (también de código abierto) y que espera que se convierta en el modelo más avanzado disponible.
Según escribió César Rebolledo, en el portal especializado Vandal Random, el principal efecto disruptivo en los mercados de DeepSeek está en que es mucho más barata que otras IA de uso mayoritario.
Recuerda que Nvidia (uno de los jugadores claves del mercado) ha tenido una caída muy fuerte en la bolsa. Pero no han sido ni mucho menos los únicos que han acusado la llegada de DeepSeek. Con un efecto dominó, compañías como Advantest (que suministra superconductores a Nvidia) también ha caído mucho. Softbank, propietaria del chip Arms y que planea una inversión de 100.000 millones de dólares en EEUU, acusa grandes pérdidas. Ha pasado lo mismo con todas las compañías relacionadas con el desarrollo o suministro de componentes necesarios para el trabajo en IA, incluyendo empresas españolas como ASML
“En resumen, la apuesta China ha sido un golpe disruptivo en lo que parecían unas normas de mercado bastante asentadas. El nivel de suministros necesarios para desarrollar IA podría caer de manera notable y no pocos fondos podrían ver cómo sus proyectos de futuro se vienen abajo por este software revolucionario”, remató.
Para Lorenzo Ramírez, periodista español especializado en temas internacionales, “hay un problema en Occidente, por no querer ver lo que hay delante«.
Según dice, la clave es el cambio de paradigma sobre el que dicen que se construirá la revolución de la inteligencia artificial. La capacidad de poder conseguir resultados tecnológicos similares con un coste menor, cuando nos han dicho que la IA necesitaba grandes recursos e incluso la Casa Blanca ha decretado el estado de emergencia energética.
Lo interesante aquí, es que China anuncia el DeepSeek cuando había finalizado el foro de Davos; y Trump, con la grandilocuencia que lo caracteriza, anunciaba el proyecto de Stargrate.
«Pocos se esperaban que la innovación que tiene a medio planeta en vilo fuese de China; y no de EEUU, con la startup de código abierto«, acotó.
Pero, y aquí están las implicancias geopolíticas; en lo que tiene que ver con el nuevo orden mundial, la tecnología va ligada al desarrollo energético; EEUU y China lo tienen claro.
Por eso Donald Trump anunciaba con bombos y platillos su ambicioso Proyecto Stargate, una macroiniciativa del Gobierno de Estados Unidos para incentivar la investigación de tecnologías de inteligencia artificial, el mismo al que se tiene pensado destinar, desde el sector público, 500.000 millones de dólares durante los próximos cuatro años.
Este proyecto fue anunciado en la Casa Blanca por OpenAI, Softbank, Oracle y MGX, junto al presidente Donald Trump.
De acuerdo al portal especializado Andro4all, con esa inversión de 500.000 millones de dólares planea construir centros de datos por todo el país. El primero de ellos se está construyendo en Abilene, Texas, aunque a este le seguirán nueve más por todo el estado.
Todo ello enfocado en la idea de Trump de mantener el “liderazgo” de EE.UU. en este terreno frente a China.
Pero ese “megaproyecto” tiene severos cuestionamientos. Por ejemplo, los centros de datos, no sólo los de Stargate, surgidos en los últimos años, son responsables del aumento exponencial de la demanda energética en el país.
Según el portal, cada uno de ellos consume tanta energía como decenas de miles de hogares, y la red eléctrica estadounidense ahora mismo está más tensa que la cuerda de un arco. El riesgo de corte de suministros en algunas zonas del país es palpable e inminente.
De acuerdo a la información de Andro4all, estos centros de datos, cada uno de ellos, consumiría 100 megavatios, una cantidad desorbitada. Debemos tener en cuenta que es lo mismo que se necesita para cubrir las necesidades energéticas de una ciudad con 75.000 habitantes.
Ojo, y estamos hablando de potencia eléctrica instantánea cuando nos referimos a la cantidad de energía que un centro de datos Stargate consumiría en cada momento, de forma constante, 24 horas al día. Reiteramos, la red eléctrica estadounidense no atraviesa un buen momento.
Y lo más importante, Trump, su equipo, no han dicho como van a cubrir esta demanda para el Stargate. Desviar electricidad para alimentar a Stargate podría suponer apagones y un encarecimiento del suministro. Además, sería necesario invertir en infraestructura energética para generarla, almacenarla y transmitirla, porque estamos hablando de una cantidad de electricidad desmesuradamente grande, sentencia Andro4all.
Y para más incomodidad del locuaz Trump, otro titán tecnológico chino, Alibaba, presentó una nueva versión de su modelo de inteligencia artificial Qwen 2.5-Max.
De acuerdo a información difundida por la empresa, Qwen2.5-Max supera al chatbot chino DeepSeek V3 y al chatbot Llama-3.1-405B (propiedad de Meta*) en 11 indicadores.
«Nuestros modelos básicos demostraron ventajas significativas en la mayoría de las pruebas de referencia, y somos optimistas en cuanto a que los avances en las técnicas de posentrenamiento elevarán la próxima versión de Qwen2.5-Max a nuevas cimas«, mencionaron en un comunicado.
La agencia Reuters cree que «el inusual momento del lanzamiento del Qwen 2.5-Max —el primer día del Año Nuevo Lunar—, cuando la mayoría de los chinos no trabajan y están con sus familias, apunta a la presión que el meteórico ascenso de la empresa china de IA DeepSeek en las últimas tres semanas ha ejercido no solo sobre sus rivales extranjeros, sino también sobre su competencia nacional«.
La estridente vocinglería de Trump sufre otro revés en un ámbito crucial, estratégico: la inteligencia artificial. La lucha tecnológica, del conocimiento, ha sido clave en el desplazamiento de las potencias a lo largo de la historia. Las élites que se reunieron en el Foro de Davos, a partir del 20 de enero, lo saben. La ventaja en ese aspecto es vital, y como vemos, China va adelantando a Estados Unidos.
Ni hablar de la tecnología militar, donde Rusia, sobre el terreno en esta guerra contra la OTAN, demuestra que va delante de sus adversarios; Estados Unidos incluido.
Mientras tanto, Trump, que ve como algunos de sus planes se desvanecen, que sus anuncios son opacados, envía emisarios a tratar directamente con algunos gobiernos, los de Venezuela, México, China, Rusia, por ejemplo.
Estos gobiernos tienen en común que sus líderes no son genuflexos, que son soberanos, que tienen proyectos de patria. Trump, más allá de sus alardes, respeta a quien muestra firmeza.
Por cierto, ¿cómo quedan los Milei, Noboa, Boluarte, y todos aquellos que dicen desconocer a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, al ver que Trump envía un emisario especial para negociar con él?
Porque todos ellos son muy complacientes con la Casa Blanca.
En todo caso, la prudencia es lo que debe imperar ante este tipo de negociaciones. Caracas tiene experiencia en tratar con Trump, seguramente sabrá jugar sus cartas. Igual que China, México y Rusia.