En un hecho histórico para la Iglesia católica y para Venezuela, el Papa Francisco ha autorizado la canonización del beato José Gregorio Hernández, conocido como «el médico de los pobres». Este anuncio se produce después de que la Congregación para las Causas de los Santos presentara al pontífice el decreto que reconoce un milagro atribuido a la intercesión del venerable venezolano, último paso necesario para su elevación a los altares como santo.
José Gregorio Hernández, nacido en 1864 en Isnotú, estado Trujillo, no solo fue un destacado médico y científico, sino también un hombre de profunda fe católica, dedicado a servir a los más necesitados. Su vida de entrega y caridad lo convirtió en un símbolo de esperanza y devoción en Venezuela y en gran parte de América Latina. Falleció en 1919 en Caracas, atropellado por un automóvil mientras ayudaba a un enfermo, y desde entonces su figura ha sido objeto de veneración popular.
El proceso de canonización de Hernández comenzó formalmente en 1949, y en 1986 fue declarado venerable por el Papa Juan Pablo II. En 2020, el Papa Francisco lo beatificó en una ceremonia celebrada en Caracas, marcando un hito en su camino hacia la santidad.
El milagro que ha permitido su canonización ocurrió en 2017, cuando una niña venezolana se recuperó de manera inexplicable de una grave enfermedad tras la intercesión de José Gregorio Hernández. Este caso fue estudiado y validado por expertos médicos y teólogos, cumpliendo con los requisitos establecidos por la Iglesia.
La noticia de su próxima canonización ha sido recibida con alegría y emoción por millones de fieles en Venezuela y otros países, donde su devoción trasciende fronteras. Para muchos, este reconocimiento no solo honra la vida y obra de José Gregorio Hernández, sino que también refuerza su legado como ejemplo de servicio, humildad y fe.
La fecha exacta de la ceremonia de canonización aún no ha sido anunciada, pero se espera que sea un evento de gran relevancia para la Iglesia católica y para el pueblo venezolano, que verá a uno de sus hijos más queridos elevado a los altares.