En estos días, revisando la memorabilia de nuestro Comandante Chávez, a propósito de la llegada del mes de marzo, me encontré de nuevo con aquel vídeo de 2004 en el que el comandante Fidel Castro le hace entrega de la Orden Carlos Manuel de Céspedes al presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, en el X Aniversario de su primera visita a Cuba; en ese video, Fidel dice una frase que me parece esencial en estos días: “había un pensamiento político y económico revolucionario perfectamente estructurado, coherente, una estrategia y una táctica”. En referencia a la primera vez que el comandante Chávez habló en la Universidad de La Habana, en su primera visita a Cuba, y justo a esa frase él le responde en una entrevista con una periodista cubana, al preguntarle ella ¿qué le regalaría Chávez a Fidel? “Le voy a regalar la coherencia de toda mi vida por delante, ese va a ser mi regalo hasta el último día en que yo viva”, le respondió, y quedó en mí, subrayada esa palabra: Coherencia.
¿Qué es la coherencia? En el ámbito científico, la coherencia se refiere a la relación lógica y consistente entre diferentes elementos. Puede aplicarse a diversos campos, como la investigación, en la que implica que un estudio tenga una estructura lógica, donde la hipótesis, la metodología y los resultados estén alineados. O en el caso de la física, la coherencia se utiliza para describir ondas que están en fase, como la luz láser, donde las ondas se mueven de manera sincronizada; en términos neurocientíficos, la coherencia se refiere a la sincronización de la actividad neuronal en diferentes áreas del cerebro, ¿qué quiere decir esto? Que cuando las neuronas «disparan» juntas de manera coordinada, se dice que hay coherencia neuronal.
Cuando esto sucede, la coherencia entre las redes neuronales ayuda a enfocar la atención y filtrar distracciones, fundamental para la plasticidad cerebral, que es la capacidad del cerebro para adaptarse y aprender, lo que permite a su vez que sea posible y de manera más sencilla mantener despierta nuestra capacidad formativa y a su vez ser más expeditas y expeditos en la recuperación de los recuerdos y, de esta forma integrar diferentes estímulos para formar una imagen coherente del mundo, puesto que nuestra capacidad perceptiva está mucho más despierta, o lo que viene a ser lo mismo, mucho menos distraída.
En un momento en el que todo empuja a creer que es necesario hablar para hacer ruido, publicar para hacer ruido, sin considerar la coherencia como recurso ineludible de la política mayúscula, mi invitación es a regalarle a la Patria, coherencia de todas nuestras vidas, en todos los ámbitos de la vida, como un regalo al proyecto de Patria país al que nos hemos entregado, tal como el Comandante Chávez se la regaló a Fidel, aquella tarde de 2006 cuando le respondió en esa entrevista a la periodista cubana, sin distracciones porque la Patria nos apremia.
¡Seguimos venciendo, palabra de mujer!
