La guerra contra el pueblo venezolano que ha emprendido el imperialismo centra sus miras en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), sobre todo en la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). La razón de esta maniobra nace de la imposibilidad de resquebrajar su espíritu de cuerpo para generar deserciones, promover “pronunciamientos” e iniciar aventuras golpistas. No han podido, pero el desinflamiento de las protestas producto del rechazo de la sociedad podrían hacer suponer una agudización de las acciones criminales.
¿Por qué este ensañamiento contra la GNB? Muy sencillo: este componente de la Fuerza Armada Bolivariana tiene a su cargo el orden interno, pero aún más allá, sus competencias legales la despliegan territorialmente hasta el último confín del país y la involucran en amplios ámbitos de la vida societaria.
4 razones, que son 4 frentes de batalla, nos llevan a entender la operación imperialista que se cierne sobre la GNB.
1) La GNB y la producción e intercambio
La producción social nacional de bienes y servicios resulta un área de proyección de la GNB, así como los actores que operan como sujetos efectivos de dicha producción.
La línea de ataques sucesivos y continuados de los sectores apátridas apuntan al boicot de las líneas de suministro logístico de los grandes centros poblados del país, es decir, la ciudad capital, las ciudades del centro del país y otras ciudades que pudieran experimentar problemas de suministro de alimentos y combustible. Una suerte de guerra económica-paramilitar.
De hecho el ministro del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, afirmó que “Este plantón nacional lo que pretendía era afectar el sistema de distribución del país y alterar la paz y la cotidianidad del país…”.
Dicha estrategia de boicot estaría complementada con el cierre de troncales para evitar la libre circulación de mercancías apelando incluso al corte de alambradas para que el ganado obstaculice el tráfico y sea pasto de abigeos; generando eventos en las vías que aterroricen a los agentes del transporte, y desviando los principales bienes de consumo a destinos ilegales.
Así la GNB ha dirigido sus acciones a la protección de: 1) Los productores de alimentos del campo, 2) Los transportistas de alimentos y mercancías que transitan hacia las grandes ciudades del centro del país, 3) Los comerciantes que laboran dentro del ámbito de la producción y comercialización de alimentos, y 4) Los consumidores.
2) GNB y el combate contra las drogas
Una encarnizada y sacrificada lucha contra el narcotráfico y delitos conexos ha librado la GNB obteniendo éxitos rotundos materializados en la erradicación de cultivos, destrucción de laboratorios; intercepción de naves y aeronaves; captura de grandes capos (con expulsión del país hacia países requirientes, o su enjuiciamiento por tribunales patrios), desmantelamiento de estructuras legitimadoras de capitales; desmembramiento de bandas traficantes al mayoreo o detallistas e, incluso, el despliegue de campañas de prevención contra el consumo.
El quid del asunto es que los resultados del Gobierno Bolivariano como un todo, pero con una indiscutible relevancia de la GNB, se vieron incrementados exponencialmente luego de la salida por la puerta trasera de la cuestionada Drug Enforcement Agency (DEA) una vez que el chavismo asumió el poder.
Esta vergonzosa derrota moral para el gran hegemón del norte, donde quedaron en evidencia turbias maniobras ilegales por parte de la agencia norteamericana, evidentemente, no puede ser perdonada. Queda entonces abierto el camino para que las calumnias inmediatas por parte de los aparatos de propaganda estadounidenses, lesionados en su orgullo, enfilen baterías signando mentirosamente a jefes políticos y militares como sujetos narcocomplacientes, avanzando a su vez en el despliegue de la Tesis del Estado Forajido…
3) GNB y la contención del paramilitarismo y las bandas criminales
El Presidente Nicolás Maduro aprovechó el acto del 78° aniversario de la GNB para ordenar firmeza en la aplicación de la Operación de Liberación y Protección del Pueblo (OLP) en todo el territorio nacional y ordenó el despliegue para enfrentar a las bandas criminales que siembran las calles con métodos de terror que “tenemos que cortar de raíz y derrotar las prácticas paramilitares impulsadas por sectores de la derecha nacional e internacional”.
La orden fue acatada desde su inicio en julio de 2015 y solo en el primer año fueron desarticuladas 157 feroces bandas criminales con la participación de un poco más de 100.000 funcionarios de los cuerpos de seguridad en todo el país. Y, afinando el celo para el respeto a los derechos humanos, hoy se puede afirmar que el balance es exitoso y aprobado por el pueblo, aunque queda trecho por recorrer.
El caso es que esta ofensiva de liberación popular no solo neutraliza un enemigo criminal en la sociedad, sino que desbarata los planes fascistas que, en articulación con el paramilitarismo colombiano y las Fuerzas Especiales estadounidenses, pretenden el empleo de delincuentes y forajidos para la obtención del poder político.
4) La imposibilidad de golpe desde las FANB
La apelación continuada por parte del fascismo a la presencia de “colectivos chavistas armados” que delinquen en las manifestaciones, aunadas a una brutal propaganda mediática contra los Componentes de la FANB y su liderazgo es la confesión involuntaria de la frustración opositora por no poder seducir, pública ni clandestinamente, a mandos altos, medios o bajos para embarcarse en aventuras golpistas.
Ha florecido, bajo el Legado de Chávez, un Nuevo Pensamiento Militar Bolivariano que se expande para convertirse en doctrina, pero además, en norma viva de la cotidianidad castrense. Sus postulados enfilan a la Fuerza Armada hacia estadios de avance científico, político y militar en el marco de una vinculación absoluta con el pueblo cuyo constructo es la Unión Cívico-Militar.
Por eso, tal como lo señala el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, “Los llamados a la sublevación militar expresan una profunda ignorancia sobre los militares bolivarianos del siglo XXI. Estamos hablando de una Fuerza Armada del siglo XXI, no de las montoneras de los siglos XX ó XIX”.
Pedro Gerardo Nieves