El sentipensamiento civilizatorio y el ser comunitario andinos ofrecen un universo utópico horizóntico profundo y diverso que desafía la comunicación instrumental, las narrativas y los modos de «vida» occidentales
Por: Luis Delgado Arria
Introducción
El abordaje del cosmocimiento y el sentipensamiento andino es un horizonte simbólico praxístico que viene ganado cierta relevancia en las últimas décadas, no solo por su riqueza civilizatoria y cultural, sino, sobre todo, por su aptitud para abrir nuevas alternativas epistémicas y fenomenológicas a la racionalidad cósico instrumental y al modo de malvivencia capitalista occidental. Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Argentina, Chile, pero también Venezuela hicieron y hacen parte del Tahuantinsuyo, una alta cultura prehispánica y posthispánica generalmente subestimada y hasta negada por no haber levantado grandes centros urbanos y lugares de culto como lo hicieron los egipcios o las altas culturas mesoamericanas. El presente abordaje seminal se propone comenzar a pulsar veinte categorías vertebrales que permiten comenzar a abrirnos a la novedad y pertinencia epistémica, cosmocimentalidad y cosmosentimentalidad profunda del devenir comunitario andino que en sí nos constituye, abordando horizontes filosóficos, epistémicos y comunitario/ espirituales que simbolizan esta cosmovisión nuestra.
La poesía del peruano César Vallejo, pero asimismo la del venezolano Ramón Palomares, entre otras, deben su inmensa originalidad y rupturalidad precisamente a que beben de esta exuberante cosmovisión que sigue expresándose de mil modos; especialmente desde nuestras culturas campesino provincianas.

Las primeras veinte categorías sucinta y escolarmente esbozadas aquí en esta apretada presentación aspiran a comenzar a abrir una nueva comprensión más reverente, fidedigna y exuberante de la cosmovisión andina
1. Comunidad
La comunidad es el corazón horizóntico del ser cosmoandino. En este universo vital de sentido, la comunidad no solo es o remite a un grupo cualquiera de personas aisladas o descoyuntadas, sino a un rico y hermoso tapiz de relaciones interpersonales, intercomunitarias, intergeneracionales e intercósmicas que trascienden toda forma cósica/ fetichizada de individualismo u oportunismo, narcisismo o tribalismo, productivismo o positivismo, partidismo, politicismo o estatismo, enfatizando la dialéctica de la interdependencia y la complementaridad de todo cuanto existe en el universo en tanto que sujeto ínsitamente pleno; y sujeto siempre en despliegue de plenificación utópica.
2. Ayni:
Se refiere a la reciprocidad y el intercambio, corazóntico presente en todas las relaciones campesino comunitarias. Este principio guía todas las interacciones humanas (que no sociales), simbólico culturales y simbólico económicas, alumbrando y abonando una ética celebratoria de convivencia, ayuda y realización mutua.
3. Pachamama:
La noción de Pachamama (Madre Tierra) es vertebral en la cosmovisión andina. Remite no al entorno geográfico o paisajístico natural, cuanto a un ser siendo, vivo y sagrado; y que por ende se debe siempre respetar, cuidar, presentizar y honrar, enfatizando la interconexión rica, profunda y dialéctica entre todos los seres humanos, los animales, los ancestros tutelares, la Madre Tierra y el Padre Cosmos.
4. Suma qamaña:
Este concepto, que se suele traducir como «vivir bien», simboliza y aboga por una vida en lucha constante por reponer la armonía con la comunidad local, nacional, regional y mundial y una recobrada armonía con la madre tierra. Ha demostrado ser la única alternativa civilizatoria al desarrollo moderno capitalista, postulando un enfoque realmente humano/ comunitario y cósmico, que es a su vez simbólico/ holístico y armónico/ sostenible.
5. Ñawi:
La noción de ñawi remite a la mirada o la visión utópica. En el pensamiento andino, implica una forma especial de ver el mundo que va más allá del plano físico/ cósico o racional/ instrumental, abriendo la percepción a un nuevo horizonte cotidiano y a la vez cósmico, signado por la praxis espiritual/ comunitaria.
6. Chacha warmi:
Se refiere a la estrecha complementariedad de los géneros en toda comunidad. Reconoce y valora el papel diferenciado pero igualmente imprescindible, digno y sagrado tanto de hombres como de mujeres y niños y niñas en la construcción de la plena vida comunitaria.
7. Tiempo cíclico:
A diferencia del tiempo teleológico lineal occidental, el tiempo en la cosmovisión andina es vivo, proliferante y cíclico. Esta percepción permite entender los procesos de la vida y la naturaleza como ciclos estacionales que se repiten, entrenutren e interrelacionan hasta florecer y fructificar.
8. Q’uchu:
Se refiere a la noción/ visión de espacio sagrado. Los lugares tienen y se cargan de significados diferentes pero profundos y están siempre preñados de espiritualidad y sacralidad, siendo cruciales para el tejido de la identidad compartida y la producción y reproducción de la vida comunitaria.
9. Sabiduría ancestral:
Refiere a un cosmocimiento (cosmicidad + conocimiento) acumulado a lo largo de generaciones y civilizaciones. Este saber legado es considerado vital para la supervivencia y el bienestar y para el reestablecimentoo del orden digno en las comunidades andinas.
10. Tinkuy:
Es el encuentro epistémico/ teológico/ filosófico y a su vez la convergencia de distintos saberes y culturas. Este concepto promueve el diálogo intercultural, interteológico/ religioso, inter epistémico para convivencia entretejida de diversas civilizaciones, perspectivas y mundos de vida.
11. Inti:
El Inti, o sol, es una deidad epicéntrica en la cosmovisión andina. Simboliza la luz, la vida y la energía cósmica. Es fundamental en las prácticas agrícolas y rituales.
12. Wiraqocha:
Wiraqocha es considerado el ser creador y la deidad suprema en la mitología andina. Representa el principio de la creación que rige el despliegue y el orden en el universo.
13. Sagrado:
La sacralidad permea todos los aspectos de la vida andina. Desde la naturaleza hasta las relaciones interpersonales, las relaciones con los universos suprasensibles, todo tiene un carácter simbólico y sagrado que debe ser respetado e integrado a la cotidianidad.
14. Huñuy:
Este concepto remite a la acción de unirse o agruparse. En el contexto comunitario, implica la centralidad de la cooperación y el trabajo conjunto; (cayapa).
15. Ch’ixi:
El concepto de ch’ixi se relaciona con la dualidad y la complementariedad. Reconoce que la realidad está compuesta por opuestos que se complementan y enriquecen, en lugar de ser de suyo contradictorios.
16. Tawa:
Tawa se refiere a los cuatro elementos básicos y clásicos del cosmos (agua, tierra, fuego, aire) y su interrelación dialéctica. Este concepto es esencial para comprender la conexión indisoluble entre la naturaleza y la vida personal, comunitaria, transgeneracional y transcivilizatoria.
17. Pacha:
La pacha remite al concepto de tiempo/ espacio o espacio/ tiempo que abarca tanto el plano matérico/ físico como el simbólico/ espiritual. Es fundamental para entender y propiciar la interconexión de todos los seres y fenómenos.
18. Kawsay:
Kawsay se traduce como «vida» y representa la verdadera esencia o naturaleza de la existencia andina, que impulsa un equilibrio entre los seres humanos, la naturaleza, los ancestros y el cosmos.
19. Runa:
El término runa remite al ser humano en su totalidad diversa y concreta, incluyendo su dimensión individual, ancestral, espiritual y comunitaria. Esta categoría enfatiza la integralidad e indisociabilidad del ser humano en la cosmovisión andina.
20. Khipu:
Es un sistema de comunicación y almacenamiento de información basado en cuerdas y nudos. Representa otro archivo simbólico lingüístico y civilizatorio, otra gramática que resume y rezuma la riqueza del conocimiento andino y su forma única de registrar y de transformar la historia colonial)/ neocolonial y de reencantar la vida.
Conclusiones:
El sentipensamiento civilizatorio y el ser comunitario andinos ofrecen un universo utópico horizóntico profundo y diverso que desafía la comunicación instrumental, las narrativas y los modos de «vida» occidentales. De eso se trata en profundidad la vocería política revolucionaria raizal. De zurcir y transformar el presente histórico negado por el capital, convocando para ello a todas las potencias y presencias salvíficas pasadas, presentes y futuras.
Las primeras veinte categorías sucinta y escolarmente esbozadas aquí en esta apretada presentación aspiran a comenzar a abrir una nueva comprensión más reverente, fidedigna y exuberante de la cosmovisión andina. Destacan su relevancia y pertinencia para comenzar a modelar un nuevo mundo verdaderamente humano, colaborativo, pluripolar y compartido. Un nuevo mundo que recupere y pulse nuevas alternativas con aptitud para dar al traste con el individualismo nihilista, el corporativismo armanentista y el capitaloceno occidental que lo ha reproducido. Un sistema metabólico social que insiste en seguir imponiendo a sangre y fuego un mundo sin genuino, proliferante y sobre todo, horizonte comunitario raizal de mundo.