El canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Yván Gil, denunció ante la 79° Reunión Plenaria de la ONU el devastador efecto de las sanciones unilaterales impuestas por Estados Unidos y sus aliados, al tiempo que destacó la resistencia y recuperación económica del país pese a lo que calificó como una «guerra económica de máxima crueldad«.
Una década de «máxima presión», una década de resistencia
Gil recordó que el pasado 9 de marzo se cumplieron 10 años desde que el entonces presidente estadounidense Barack Obama decretó las primeras sanciones contra Venezuela, una política que –según el canciller– buscó «asfixiar al pueblo venezolano para doblegar su voluntad soberana».
«Más de 1.000 sanciones han sido aplicadas en estos años, causando un daño económico superior a los 642.000 millones de dólares hasta 2022, una cifra que hoy es aún mayor», afirmó. Estas medidas, dijo, han afectado directamente a 30 millones de venezolanos, limitando el acceso a medicamentos, alimentos y recursos esenciales, incluso durante la pandemia de COVID-19.
Ataques políticos, económicos y robos de activos
El canciller denunció los intentos de aislar diplomáticamente a Venezuela, incluyendo el «ridículo intento de imponer un gobierno ficticio» en 2019, así como el robo de activos venezolanos en el exterior, como:
- Oro confiscado en el Banco de Inglaterra.
- Derechos Especiales de Giro retenidos por el FMI.
- Refinerías de propiedad venezolana en EE.UU.
Pese a esto, Gil destacó que Venezuela ha logrado un crecimiento económico reconocido por la CEPAL, superando a otras naciones de la región no sometidas a sanciones. «No es un milagro, es el resultado de una política coherente y de la resistencia de nuestro pueblo», afirmó.
Las sanciones como crimen de lesa humanidad
El canciller venezolano calificó las medidas coercitivas como «patrones de dominación» y «crímenes de lesa humanidad», al violar la Carta de la ONU y el derecho internacional. Hizo un llamado a juzgar estos actos y romper con la impunidad que los perpetúa.
Además, expresó solidaridad con Cuba, exigiendo el fin del bloqueo estadounidense y su salida de la lista de «países patrocinadores del terrorismo».
El Canciller Gil respaldó la propuesta de Irán ante la ONU para eliminar y reparar los efectos de las sanciones unilaterales, instando a la comunidad internacional a no ignorar este problema.
«Venezuela sigue en pie, demostrando que ante cada intento de asfixia, nuestro pueblo responde con creatividad, dignidad y un torrente de nuevas oportunidades», concluyó