En una escalada bélica sin precedentes, Irán lanzó este martes un masivo ataque con misiles balísticos contra Israel, causando al menos 1.800 heridos, según reportes de medios árabes. Las explosiones se registraron en Tel Aviv, Haifa, Jerusalén y Galilea, con incendios en múltiples zonas tras los impactos.
Las sirenas antiaéreas sonaron en todo el país mientras el Ejército israelí confirmó impactos en áreas urbanas, advirtiendo que el número de víctimas podría aumentar.
Se conoció la información de que un misil interceptor israelí falló en detener uno de los proyectiles iraníes, según informes preliminares. El Comando del Frente Interno de Israel calificó la ofensiva como de «intensidad sin precedentes», concentrada en zonas civiles y estratégicas.
El ataque es una respuesta directa de Irán tras los bombardeos israelíes contra instalaciones nucleares iraníes días atrás, que dejaron 128 muertos. La Guardia Revolucionaria de Irán aseguró haber destruido centros de producción de combustible para aviones y sistemas de defensa israelíes.
Yisrael Katz, ministro de Defensa israelí expresó que «Irán ataca zonas civiles para disuadirnos, pero los residentes de Teherán pagarán pronto el precio».
Por su parte, Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí dijo: «Nuestros ataques buscan neutralizar la amenaza iraní».
Autoridades internacionales monitorean la situación ante el riesgo de una guerra regional, mientras Israel evalúa su contraofensiva.