1. Irán en la Ruta y la Franja de la Seda. Desde 2021 China-Irán consolidaron su cooperación. Beijing se comprometió a invertir 400.000 millones de dólares en tecnología e infraestructura iraní a cambio del suministro estable de hidrocarburos desde el puerto de Jask. En efecto, este puerto es un proyecto estratégico iraní que permite la exportación del petróleo proveniente del oleoducto Goreh-Jask sin depender del Estrecho de Ormuz y es de fundamental importancia para la importación de petróleo desde China. Igualmente, en 2024 inició operaciones la red ferroviaria para el transporte de mercancías desde la estación la estación Aprin, en Irán, con destino a Yiwu, China. Este mega proyecto es crucial para el tránsito futuro de mercancías a Europa en el marco de la Ruta y la Franja de la Seda. La agresión contra Irán se traza impedir la influencia China en Asia Occidental y las futuras rutas comerciales hacia Europa.
2. La importancia geoestratégica del potencial energético de Irán. La Administración de Información Energética de EE.UU. sostiene que Irán es el cuarto mayor productor de petróleo de la OPEP y el tercer productor de gas natural del mundo. Irán, según esta fuente gubernamental, posee el 24% de las reservas petroleras de Asia Occidental y el 12% de las reservas del mundo. Irán tiene reservas probadas de gas natural que ascienden 1200 billones de pies cúbicos, lo cual lo sitúa con el 16% del gas natural del planeta y 45% de las reservas de gas de la OPEP. Adicionalmente, las fortalezas energéticas persas aunada a su posición geográfica, especialmente con la ubicación del Puerto de Chabahar en el Golfo de Omán, le permite a Irán aportar a los BRICS en la edificación de un sistema internacional de transporte y lógistica para los BRICS. El potencial energético iraní es fundamental para la matriz energética mundial. Igualmente, Estados Unidos busca controlar la política energética persa para aumentar su incidencia sobre la seguridad energética global, minar las fortalezas de la OPEP-Plus y limitar la creciente fortalezas económicas de los BRICS.
3. La Campaña Militar contra el Eje de la Resistencia. Israel, apoyado política y militarmente por Estados Unidos, ha desarrollado una campaña militar con el objetivo del control geopolítico de Asia Occidental. El diseño operacional israelí-estadounidense logró golpear a Hamas, asestar ataques efectivos sobre los mandos de Hezbolá, derrocar el gobierno legítimo de Siria, combatir la influencia Kataib Hezbolá en Irak, reforzar la campaña militar contra la resistencia yemení y perpetrar ataques exitosos contra el sistema de armas antiaéreo iraní. Este dispositivo táctico-operacional busca el objetivo político-militar de cortar los corredores terrestres desde Irán a Palestina y por añadidura, afectar el despliegue militar defensivo de la Revolución Islámica de Irán. Debilitar la capacidad militar de todos los actores del Eje de la Resistencia socava la influencia geopolítica de Irán y por consiguiente, aumenta control neocolonial de la región de Asia Occidental.
4. Objetivos de Israel-EE.UU. en sus Operaciones Militares contra Irán. El sionismo se ha trazado, como objetivo estratégico, desmantelar el programa nuclear persa con el pretexto de evitar el uso militar de la tecnología nuclear. Estados Unidos, aparte de los objetivos políticos señalados, pretende evitar que el desarrollo nuclear iraní convierta a los persas en un potencia global. Sin embargo, según fuentes oficiales iraníes las operaciones sionistas no han logrado el objetivo en virtud de que las instalaciones iraníes de Natanz, Fordow e Isfahan se encuentran a decenas de metros debajo de montañas, cuentan con cavernas descentralizadas, estratos anti penetración, túneles curvos y redundancia estratificada para la ventilación. En todo caso, un vez que la inteligencia israelí-estadounidense confirme el fracaso de sus ataques, se hace posible una operación terrestre conjunta y por añadidura, la extensión de la confrontación militar. En este escenario el cambio de régimen sería uno de los principales objetivos políticos de la Casa Blanca.
5. Es innegable el éxito de la Operación Promesa Verdadera III. La participación directa de EE.UU. en el conflicto demuestra la debilidad militar relativa de Israel ante Irán. No obstante, Israel, potencia nuclear no reconocida según la Organización Internacional de Energía Atómica, podría apelar a la Opción Sansón lo cual significa el posible uso de sus armas de destrucción masiva. En el marco de la escalada militar actual cualquier escenario es posible. La ampliación regional y la extensión temporal de la confrontación militar es un escenario probable en virtud, por una parte, de la capacidad militar iraní y su derroche de valentía, y por la otra de los intereses geoestratégicos de EE.UU. En efecto, la Doctrina de Seguridad Nacional estadounidense identifica a China, Rusia, Irán y otras potencias emergentes como competidores estratégicos. Los hechos en Asia Occidental confirman que en la lucha por la supremacía global, la administración Trump no descarta uso de la fuerza militar para lograr sus objetivos. Prepararse no es una opción, es una necesidad inaplazable en un mundo convulso.