En un mundo donde «los poderosos de siempre» priorizan el gasto militar sobre el bienestar social, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, lanza una propuesta audaz: una Cumbre Global por la Paz que frene la escalada hacia un conflicto nuclear catastrófico. Mientras tanto, la OTAN responde con más armas, más bases militares y más amenazas. La ironía es evidente: ¿quién representa realmente los intereses de los pueblos?
Venezuela llama al diálogo, la OTAN al rearme
El Presidente Maduro ha enviado una carta a líderes mundiales proponiendo una cumbre urgente para evitar una guerra nuclear, impulsada por la crisis en Asia Occidental tras los ataques de EE.UU. e Israel contra Irán. La iniciativa busca:
- Crear una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente
- Exigir el desarme de Israel, cuyo arsenal atómico secreto amenaza la estabilidad global
- Promover el multilateralismo, con participación de BRICS, Liga Árabe y países del Sur Global
Mientras tanto, en la Cumbre de la OTAN, los líderes occidentales deciden aumentar el gasto militar al 5% del PIB para 2035. España, aunque reticente, se ve presionada a sumarse a esta carrera armamentista que recorta derechos sociales en nombre de la «seguridad». ¿Seguridad para quién?
La hipocresía de la «paz» occidental
La OTAN se autoproclama defensora de la «estabilidad», pero su historial dice lo contrario:
- Guerras en Irak, Libia y Siria, con millones de muertos
- Expansión militar agresiva hacia las fronteras de Rusia
- Apoyo incondicional a Israel, pese a su ofensiva genocida en Gaza
Mientras Europa recorta pensiones y salud pública para comprar misiles, Venezuela y otros países del Sur Global exigen soluciones diplomáticas. La diferencia es clara: unos invierten en muerte, otros defienden la vida.
Los pueblos del mundo deben elegir
Frente a la barbarie militarista, la propuesta del Presidente Maduro representa una alternativa concreta:
- Diálogo sobre bombas
- Cooperación sobre confrontación
- Paz sobre lucro bélico
No es ingenuidad: es necesidad histórica. Si la OTAN insiste en dividir al mundo con guerras, corresponde a los pueblos unirse por la paz. Como dijo el Presidente Nicolás Maduro: «La única guerra admisible es la guerra contra la pobreza y la injusticia».