La gobernación de Sueida, en el sur de Siria, se ha convertido en el epicentro de un nuevo estallido de violencia que ha dejado decenas de muertos y ha provocado la intervención militar israelí, exacerbando las tensiones en la región.
Enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y grupos drusos
Los choques comenzaron tras secuestros y ataques de represalia entre tribus beduinas suníes y facciones armadas drusas en Sueida, una región de mayoría drusa. Las fuerzas gubernamentales sirias intervinieron para restaurar el orden, pero terminaron enfrascadas en violentos enfrentamientos con milicias drusas.
Videos difundidos en redes sociales muestran actos de humillación y violencia por ambos bandos, incluyendo la agresión a líderes religiosos drusos y la exhibición de cadáveres de soldados capturados. Las cifras de víctimas varían: mientras el Ministerio del Interior sirio reporta al menos 30 muertos, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos eleva la cifra a más de 250, entre ellos civiles y militares.
Intervención israelí y bombardeos en Damasco
Israel, alegando proteger a la comunidad drusa que mantiene vínculos con el Estado hebreo, ha lanzado una serie de ataques contra posiciones del Ejército sirio en el sur del país y cerca de la capital. Este miércoles, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) bombardearon un complejo militar en Damasco y blancos cercanos al Palacio Presidencial.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió que su país «continuará atacando hasta que las fuerzas sirias se retiren» y amenazó con «elevar el nivel de respuesta» si no cesan las operaciones. Por su parte, el primer ministro Benjamín Netanyahu reiteró el «compromiso de Israel de preservar la seguridad de los drusos».
Reacciones internacionales y frágil alto al fuego
El nuevo líder sirio, Ahmed al Sharaa, condenó los actos de violencia como «criminales e ilegales» y prometió llevar ante la justicia a los responsables. Mientras, fuentes oficiales sirias anunciaron un acuerdo de cese al fuego en Sueida, junto al despliegue de puestos de seguridad para reintegrar la zona al control estatal.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación:
– Turquía acusó a Israel de «sabotear» los esfuerzos de estabilidad en Siria.
– Rusia, a través de su embajador en la ONU, Vasili Nebenzia, calificó los bombardeos israelíes de «inaceptables».
Los drusos, una minoría etnorreligiosa con presencia en Siria, Líbano e Israel, han mantenido una compleja relación con Damasco. Mientras algunos sectores apoyan al gobierno, otros exigen autonomía. En Israel, los drusos son considerados una minoría leal y muchos sirven en el Ejército.
La escalada en Sueida refleja las tensiones latentes en Siria, donde, pese al fin de la guerra abierta, persisten focos de inestabilidad que podrían reavivar el conflicto.