El decreto 1953 de 2014 del Gobierno de Colombia, que creó un régimen especial de administración para los territorios indígenas y reconoció, entre otros, la autonomía de los wayúu en el norteño departamento de la Guajira, se ha convertido de hecho en su condena. Así lo cree el corresponsal de ‘El Mundo’, José Fajardo, quien ha conocido a profundidad y de primera mano los problemas que vive dicho pueblo.
Mientras el Gobierno de Colombia presume de los beneficios para las regiones que traerá la paz con la guerrilla de las FARC, La Guajira se muere de sed y de hambre, comienza Fajardo su desgarradora crónica.
Y estos problemas son una extrema sequía que sufren desde el 2011 y los ya crónicos hambre y sed que padecen tanto los adultos, como en especial los niños. Y eso que se trata de un pueblo conocido por su capacidad de supervivencia, apego a la tierra y la solidaridad comunitaria, que además habita un terreno rico en recursos naturales como sal, carbón, gas y petróleo.
Los wayúu son reconocidos por la Unesco como patrimonio inmaterial de la Humanidad por su ley ancestral. Cuentan con una atención especial de otros entes supranacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que decretó en diciembre del 2015 unas medidas cautelares para que al menos los menores tuvieran acceso al agua potable, alimentos y al sistema sanitario.
La Dirección General de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea junto con Unicef y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) han emprendido desde entonces una campaña conjunta para ayudar a la población indígena. Sin embargo, según fuentes del periódico, más de 100 niños y adolescentes han muerto por desnutrición en el tiempo transcurrido.
El corresponsal admite que la «durísima y aislada existencia» del pueblo wayúu es fruto, en mucho, de su elección propia. Pero desvela también el problema de la mala administración civil afectada por corrupción. Efectivamente, en lo que va de año fue metido a la cárcel por este motivo el gobernador de La Guajira, Wilmer González Brito, al igual que algunos de los subordinados.
Sin embargo, las medidas punitivas no alcanzan a los sedientos en forma de agua. El cacique wayúu, Juan Páez, también destacó que «a los políticos no les importa» que la región estuviera «sin una gota de lluvia» en siete años. Incluso los triviales pozos se quedan entre las promesas electorales incumplidas.
Eco en Colombia
La situación de la Guajira no pasa desapercibida para la prensa local, aunque no tiene el eco de otras situaciones. ‘El Espectador’ recopila la crisis de la Guajira, entre las de otras regiones, donde mueren niños por falta de alimentos y de asistencia médica, dejan en evidencia la incapacidad de otrora y actual gobiernos de turno para enfrentar y solucionar la problemática de tantos connacionales signados al olvido que somos, señala Orlando Morales.
En las redes sociales se palpa la indignación de cientos de colombianos, con la situación que vive el pueblo wayúu y el agravio comparativo con las condiciones que se han ofrecido a miembros de la guerrilla, con base en los acuerdos de paz.
Quien recuerda a los 4200 niños que mueren de hambre en la guajira y no los mato la guerrilla, colombia pais de doble moral @NoticiasRCN
— ★ WILL.BMW ★ (@willybarrios15) April 18, 2015
En la guajira los niños mueren de habré y el presidente sigue dándole plata a la guerrilla…
¡Esta es Colombia gente!— MCTP (@MariaTorresMC) February 24, 2016
@JuanManSantos ASI ESTA COLOMBIA GUERRILLA COMO PEDRO POR SU CASA Y EN LA GUAJIRA MURIENDO DE HAMBRE LOS NIÑOS WAYYU https://t.co/vIeloLL5e1
— ANONYMOUS COLOMBIA (@angeluznocturn3) November 1, 2016
(Fuente: RT)