Hemos visto con denodada sorpresa cómo los opositores han anunciado a viva voz que realizarán un “plebiscito» por cuyo medio pretenden conocer la «verdadera» voluntad del Pueblo sobre si desea o no la celebración del proceso constituyente.
De otro lado, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) – en pleno – se ha pronunciado abiertamente en contra de este proceso y ha pedido públicamente al Ejecutivo Nacional que «retire la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC)».
Ante lo anterior, solicitamos al Doctor y Profesor Universitario Hugo Mijares nos diera su opinión al respecto y de manera exclusiva para Cuatro F WEB fue directo, preciso y así comenzó su contundente disertación:
-Sobre la naturaleza y alcances de ese llamado plebiscito no vale la pena extenderse. Ya todos sabemos que es inconstitucional e ilegal. Entre otras razones porque desconocen la autoridad de uno de los poderes públicos y – de otra – porque no existe un órgano ni un mecanismo oficial y confiable que avale sus resultados. Pero lo sorprendente es que los opositores -en su ceguera e insensatez- han inventado que esta consulta «popular» se celebre en los recintos de las Iglesias Católicas con el aval de la CEV.
Mijares considera el invento como “extraño e impertinente” y denota que “parece ser que ni la MUD ni la CEV han entendido la verdadera situación legal de la Iglesia o se están haciendo los locos”.
¿Cómo señalaría usted el posible hecho dentro de la historia venezolana?
-Para el bien de todos me permito recordar que la Santa Sede, esto es el Vaticano, ha venido, desde la época del General Marcos Pérez Jiménez, firmando un protocolo consular que se conoce bajo el nombre de «Modus Vivendi» y que regula las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Este «convenio» es un tratado internacional que fue aprobado por el antiguo Congreso de la República y, ahora, por la propia Asamblea Nacional. Luego, es conveniente tener en cuenta que dentro de las regulaciones acordadas, existe una que prohíbe taxativamente la injerencia y participación de la Iglesia en los asuntos políticos. Como se echa de ver, parece que a la CEV le importa poco las consecuencias que puede acarrear la violación intencional de un tratado internacional.
¿Qué estaría buscando la cúpula eclesiástica con esta equivocación de roles?
En primer lugar y cuando menos, la jerarquía eclesiástica está provocando que la Cancillería denuncie este tratado y, por ello, se ordene la expulsión del Nuncio de Su Santidad. De seguida, puede procederse a ordenar el propio cierre de la «Conferencia» porque sus jerarcas (Cardenales y Monseñores) han sido nombrados por el propio Papa. Ojo: nadie impedirá la libertad de cultos, pero ellos no podrán continuar siendo los jefes de los curas humildes, porque no gozarán de jerarquía. No otra cosa está buscando (Roberto) Lükert cuando aparece en la foto anexa, participando activamente en una marcha opositora en la ciudad de Maracaibo (Zulia) el mes pasado y la CEV se permite esas ligerezas públicas. Luego, querrán hacerse las víctimas de la persecusión de lo que señalan al mundo como dictadura comunista. Así que Ojo con estos holgazanes y bribones, concluyó el profesor Hugo Mijares.
Daniel Liendo Jiménez