Existe un plan para destruir el estado-nación venezolano desde adentro, trazado por grandes transnacionales petroleras que prefieren tratar con un país débil, lo que les facilitaría apoderarse de las mayores reservas de crudo del planeta que se encuentran en la Faja Petrolífera del Orinoco.
El profesor David Paravisini, experto petrolero y candidato para la Asamblea Nacional Constituyente por el sector de los Pensionados región Capital con el número 20, advierte que la República Bolivariana de Venezuela es un objetivo estratégico en la guerra mundial por la hegemonía del mercado petrolero que está en marcha, y que ya ha dejado muerte y desolación en Libia, Siria, Iraq y otros países con grandes riquezas petroleras.
Ante esta amenaza contra nuestra Patria, el presidente Nicolás Maduro convocó a la Asamblea Nacional Constituyente, para que resolvamos nuestros conflictos pacíficamente, ante los intentos por llevarnos a una guerra civil.
¿Por qué una Asamblea Nacional Constituyente?
– Hay una violencia que impide que conversemos, lo que ha afectado la economía enormemente. Hay una reacción internacional desmedida. Tenemos casi 100 años sin que sucedan este tipo de agresiones internacionales.
¿Es por un problema con un presidente? ¿El problema era Hugo Chávez Frías o Nicolás Maduro?
Esto sucede por la declaración soberana de los venezolanos sobre nuestros recursos naturales, concretamente ocurre por el ejercicio de nuestra soberanía sobre el petróleo. No es casual que estas mismas situaciones hayan acontecido en otros estados-nación que han tomado las mismas decisiones soberanas sobre su petróleo. Ocurrió en Libia, Iraq, Irán, Sudán, con culturas muy diferentes, pero que están siendo sometidos a la misma agresión, porque cada vez que en un pueblo ha pretendido ejercer la soberanía sobre sus recursos naturales, las grandes potencias mundiales han apoyado golpes de Estado, invasiones, han promovido disturbios y aislamientos económicos. La decisión soberana del presidente chileno Salvador Allende de nacionalizar las minas de cobre desató la ira de las fieras del imperialismo contra ese país.
Y, por supuesto, esta apetencia por los recursos no aparece como el motivo de la agresión, la esconden pretendiendo hacer ver que se trata de una violación de los derechos humanos, exponen que se trata de un país que no tiene capacidad de resolver sus propios problemas, y lo muestran como fallas propias cuando son inducidas desde el exterior. El presidente Nicolás Maduro ha enfrentado estas agresiones de manera brillante con las herramientas que heredó de los 18 años de los gobiernos del Comandante Hugo Chávez. Nuestro mandatario se ha sustentado en las relaciones internacionales de la Revolución y en las propias fuerzas que desarrolló a lo interno del país en las estructuras del poder popular. Y a pesar de haber intentado el camino del diálogo para que los venezolanos pudiéramos discutir los problemas esenciales, todos los intentos han sido frustrados. Por esta razón, el presidente ha recurrido a una instancia máxima, proponiendo que sea el pueblo en una Asamblea Nacional Constituyente quien propicie este diálogo, ya que tiene poderes plenipotenciarios. El presidente Maduro puso en manos de todo el pueblo chavista, no chavista y de oposición, para que nosotros resolvamos nuestros conflictos pacíficamente, ante el intento de llevarnos a una guerra civil. No es nada nuevo, ya lo hicieron en Libia, en Siria, lo que intentaron hacer en Irán y fracasaron, en Sudán, usando la estrategia de destruir desde adentro, porque las grandes transnacionales petroleras prefieren tratar con un país débil, lo que les facilitaría apoderarse de sus riquezas petroleras.
¿Qué papel juega el petróleo en la paz o la guerra en Venezuela?
– En la Cuarta República las grandes transnacionales del petróleo llegaron tener acceso a las inmensas riquezas de la Faja Petrolífera pagando solo 1% de regalía y 0% de Impuesto sobre la Renta, condiciones que no tenían en ningún otro lugar del planeta. Pero una vez que el presidente Chávez, con el apoyo del pueblo venezolano reparó esa situación y comenzó a usar el petróleo como una importante fuente para desarrollar nuestra economía, estas empresas, sobre todo la Exxon Mobil y la ConocoPhillips, no toleraron el cambio de condiciones e impulsaron a través del Departamento de Estado, la Casa Blanca y el Pentágono, estas agresiones contra nuestra Patria para favorecer sus intereses. La Constituyente es un camino para entender que enfrentamos un conflicto mundial. Se trata de una guerra mundial por la hegemonía del mercado petrolero.
¿Qué significa la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez Frías en ese ajedrez geopolítico?
– Esta Faja no se acaba de descubrir. Ya desde los años 40 cuando la Standard Oil llegó a Venezuela comenzaron a explorar el Oriente del país y hallaron grandes yacimientos de crudos pesados y extrapesados, pero para esa época no había ni tecnología ni recursos financieros para explotarla. En 1974 sucede el pico petrolero de los Estados Unidos, es decir, la extracción de petróleo era muchísimo mayor que la incorporación de reservas, iniciando una fase de decadencia de la explotación de su petróleo, y como medida de seguridad estratégica energética de su país, debieron buscar el control de grandes yacimientos petroleros en otras naciones. Ese año durante el discurso de Richard Nixon cuando tomó el poder por segunda vez, señaló que Estados Unidos tenía resuelto este problema, porque ya tenían la certeza con el presidente adeco Carlos Andrés Pérez, de que iban a subsanar sus deficiencias de petróleo, porque el mandatario venezolano había puesto la Faja Petrolífera a la orden de ese país. Los 270 mil millones de barriles que tenemos en la Faja es una riqueza muy apetecida por las grandes transnacionales, sobretodo por países imperialistas que pretenden ser los dueños, por lo que durante muchos años propiciaron los sistemas concesionarios, porque la concesión, a diferencia de las empresas mixtas, les ofrecen total control sobre el recurso petrolero, mientras que el país concesionario solo cobra una regalía.
Desde los años 40 Venezuela había declarado el fin del sistema concesionario, porque implica entregar el recurso sin ningún control sobre las tecnologías, la explotación y la comercialización, a las empresas transnacionales. Pero tras la derrota de Estados Unidos en Vietnam y el inicio de su decadencia económica, los países petroleros procuraron ejercer la hegemonía de sus reservas, por lo que se acabaron las concesiones y comenzaron a establecerse las empresas nacionales. Se planteó entonces encontrar fuentes de energía alternativas al petróleo, no obstante, se determinaría que no existían. Por eso nuestra Faja Petrolífera se convierte en un objetivo para los grandes países consumidores al ver cómo se agotaban sus reservas. Entonces se les ocurrió afirmar que en la Faja no había petróleo, sino bitumen, por lo que su régimen no era de extracción petrolera, sino minera, lo que cambiaba completamente su precio y su sistema jurídico. AD y Copei, junto a la dirección de aquella PDVSA, en contra de los intereses del país, comenzaron a explotar la Faja como“Bituminosa” en condiciones leoninas en contra de nuestros intereses, con una regalía del 1% y sin Impuesto sobre la Renta.
¿Es cierto que en tiempos de gobiernos adecos y copeyanos el petróleo de la Faja se vendía a los precios del carbón y tampoco era contabilizado como reserva de crudo?
– Es correcto. Fue todo un plan hecho desde laboratorios mediáticos, incluso algunas instituciones trataron de hacer certificaciones científicas tramposas para convencernos de que en la Faja no había petróleo. Y para que no calificara como petróleo se le dio una gravedad de bitumen, pese a que el petróleo de la Faja fluye solo, mientras que el bitumen hay que extraerlo con palas. Fue un gran complot internacional.
¿Qué sucedió luego con el arribo al poder Comandante Hugo Chávez?
– El presidente Chávez era un hombre sin prejuicios y de buena voluntad. De hecho inicialmente nombró como presidente de PDVSA a Roberto Mandini, un hombre de la vieja gerencia. Luego a Héctor Ciavaldini, también formado por la industria, y después nombró a Guaicaipuro Lameda, y los llamó a construir Patria maximizando la renta para resolver los gravísimos problemas heredados de la Cuarta República. En aquellos tiempos empresas como la Shell y la Exxon Mobil empezaron a falsificar sus reservas, porque una empresa petrolera vale por sus reservas. Pero fueron descubiertas y se vieron obligadas a reconocer que sus activos en crudo no eran lo que ellos decían y que le estaban mintiendo a sus accionistas. En ese contexto el presidente Chávez decide ir a un proceso de cuantificación y certificación de las reservas. El Comandante buscó a verificadoras internacionales de manera de que no existiese duda de que el petróleo existía y estaba en el sitio, por lo que hoy se habla de reservas probadas en la Faja. Y se denunció la farsa que se había denominado Orimulsión que trataba nuestro petróleo como bitumen, ya que el petróleo para aquel entonces se vendía a 14 dólares el barril y el bitumen entre 4 y 6 dólares.
¿La Orimulsión fue una estafa?
– Fue un robo a nuestro país que hicieron estas grandes transnacionales con la complicidad de aquella directiva de PDVSA y de los adecos y copeyanos, que todavía obedecen a los intereses foráneos.
¿Qué pasa cuando se promulga la Ley Orgánica de Hidrocarburos? ¿Cambiaron las condiciones de cómo nos relacionábamos con estas empresas transnacionales?
– Sí, porque el presidente Chávez va al fondo de la materia y con la nueva Ley de Hidrocarburos se derogó una ley que se remontaba a 1943, en donde se establecían regalías por el orden de 16 dos tercios, es decir, que por cada 100 dólares de petróleo que se vendían solo 16,66 dólares le correspondían al Estado. Con la nueva ley la regalía subió al 33%.
Ahora por cada barril vendido 33% le corresponde al Estado, mientras que el Impuesto sobre la Renta subió al 50%. Esa soberanía sobre nuestro recurso se ejerce en la Ley de Hidrocarburos del año 2000. Adicionalmente la nueva ley establece que en las empresas mixtas PDVSA tendría una participación mayoritaria, en contraste con la Cuarta República, ya que con las llamadas Asociaciones Estratégicas se llegó a establecer que el 60% podía ser controlado por empresas extranjeras. No obstante, las viejas asociaciones quedaron vigentes. Y fue en el año 2007, cuando el petróleo llegó hasta 90 dólares, cuando el presidente Chávez, en ejercicio de la soberanía, nacionaliza el porcentaje accionario de las empresas de la Faja.
¿Y cómo lo asumieron las empresas que operaban en la Faja, acostumbradas a tener el control?
– Muchas estuvieron de acuerdo, pero ni la Exxon Mobil ni Conoco Phillips aceptaron.
¿Qué pasó con la ExxonMobil?
– No aceptó que la liquidación de sus acciones fuera de acuerdo a la inversión que ellos habían hecho, en cambio, solicitaban que se calculara en base al valor que tenía en ese momento, ya que no querían tener una participación minoritaria que ahora era de un 40% de acuerdo a lo permitido por la nueva ley. Entonces se fueron a un litigio internacional, pidiendo una indemnización de 20 mil millones de dólares. Pero finalmente el tribunal arbitral del CIADI dictaminó que el Estado venezolano solo debería cancelar por los antiguos Proyectos Cerro Negro y La Ceiba (ambos en manos de Exxon Mobil) 1.591 millones de dólares. Esa empresa no acepta que un país, que ellos consideran subdesarrollado, que nos consideran salvajes, ejerza su soberanía. No lo aceptan y eso tiene que ver con la mentalidad del imperialismo.
¿Existe alguna relación entre el nombramiento de Rex Tillerson, ex CEO de la Exxon Mobil, como Secretario de Estado de Trump y las actuales protestas que ocurren en Venezuela?
– Ciertamente. Pero el hecho no se limita a Venezuela, porque ocurrió algo muy similar en Libia, en Iraq, incluso en Irán, en Siria, Yemen, porque en todos los países petroleros donde los pueblos soberanos han querido ser dueños de sus riquezas, se han presentado estos conflictos, y siempre está la Exxon Mobil, la Conoco Philips, la Chevron-Texaco, y todas estas grandes corporaciones petroleras.
¿Qué se puede hacer para reforzar nuestra soberanía petrolera desde la Asamblea Nacional Constituyente?
– Venezuela para poder desarrollarse, para tener una economía no rentista, que podamos convertir a nuestra nación de productores y productoras, y dejar de ser monoproductores, necesitamos el petróleo y necesitamos a PDVSA, porque se requiere soberanía sobre el recurso petrolero y una empresa operadora realmente alineada con los intereses nacionales.
Con un Ministerio de Petróleo que sea el órgano rector de PDVSA de acuerdo a las alianzas que realice en base a las condiciones de la ley. Hay que reforzar la propiedad sobre PDVSA que está en peligro con la actual redacción del artículo 303 e incrementar el dominio sobre nuestros recursos naturales más allá del petróleo, extendiéndolo al gas y el carbón. Y que el recurso petrolero, las explotaciones petroleras y con la participación de PDVSA contribuyan a una base comunal, creando una nueva institucionalidad a través de novedosas relaciones de producción. Hay que reforzar Petrocaribe, y nuestras relaciones internacionales. La Constituyente es parte de la salvaguarda de la nación porque para desarrollarnos necesitamos una base económica que es el petróleo.
Verónica Díaz Hung