Ante las recientes devastaciones producidas por fenómenos naturales, las cuales extrañan por su continuidad y sobre todo, por su intensidad, el interés de la comunidad científica por aminorar tanto las consecuencias como los productos de estos fenómenos climatológicos se ha manifestado.
Una de las teorías sobre esta nueva arremetida de la naturaleza, plantea que es el cambio climático quien ha intensificado estos desastres; cambio climático que ha sido producido primeramente por la mano del hombre, originado por la contaminación y el calentamiento global, que en su soberbia producción industrializada ha terminado por afectar el equilibrio climático del planeta.
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En México, las alertas se encendieron con los terremotos de gran magnitud que sacudieron la nación de los meros machos. El ingeniero químico Mario Molina (Ciudad de México, 1943) quien es el único Nobel mexicano vivo, discrepa abiertamente de las políticas de la administración Trump y ha manifestado su preocupación ante la retirada de EE. UU. del acuerdo de París. También habló del papel desempeñado por la comunidad científica en la comunicación y pedagogía que requieren estos temas, ante la perspectiva social, Molina ha dicho que los científicos han fallado en advertir y concientizar a las personas sobre la seriedad del tema climático.
«En EE UU la mayoría de la población ya está de acuerdo en la existencia del cambio climático y con la incidencia de la actividad humana. La comunidad científica hizo muy mal trabajo en comunicarle la seriedad del problema a la sociedad»
Al preguntarle sobre la incidencia del cambio climático en este tipo de fenómenos, dijo:
«El cambio climático no ocasiona estos eventos extremos, pero sí aumenta su intensidad. Los huracanes tienen que ver con la temperatura del mar. Y esa temperatura, ha subido como consecuencia del cambio climático. Los huracanes Harvey e Irma quizá habrían sucedido también sin cambio climático, pero su virulencia habría sido incomparablemente más baja: eso está muy bien proyectado en la literatura científica. Es absurdo oír que no tenemos suficientes datos para saber si influye o no. Hay una gran probabilidad de que ocurran fenómenos cada vez más virulentos.»
J. C. Gómez