Por: Lucidio García (*)
La Agencia de Información de la Energía de EE.UU. en su informe en inglés denominado Drilling Productivity Report, confirma que la zona más productiva del petróleo de lutitas es el Permian que se extiende por Texas y Nuevo México. La producción para septiembre de 2017 es de 2,580 millones de barriles por día y se espera un incremento adicional de 55.000 barriles diarios (BPD) hasta llegar a 2,635 BPD.
Se estima que esta zona aún contiene entre 60 y 70 mil millones de barriles en el subsuelo según IHS Markit Ltd, lo que equivale a un suministro a las refinerías de EE.UU. durante 12 años.
Pero, la intensa y frenética campaña de perforación cada vez menos separada entre nuevos pozos, según estudio técnico de la consultora especializada WoodMac, arroja -entre sus posibles escenarios- que la producción por pozo podría decaer debido a la complejidad geológica y limitaciones en la aplicación de nuevas tecnologías.
Este escenario desfavorable para el Permian reduciría su producción para el año 2021, lo que crearía un nuevo déficit de suministro del petróleo mundial, y haría decaer la producción total de los Estados Unidos, con el previsible incremento de los precios del petróleo.
Esta explicación técnica explica el repentino interés y presión política del gobierno imperialista de Donald Trump por la «democracia» y en específico por la elevadas reservas petroleras de nuestra Patria.
Es llamativo que el gobierno gringo dice apoyar «las negociaciones» rápidas, más no el «diálogo» entre la MUD y la Revolución en República Dominicana, aunque esto está en duda debido al escenario electoral regional que la MUD siente complicado en medio del diálogo por la paz.
Este interés es debido a que el Imperialismo quiere que la revolución Bolivariana negocie el control y soberanía sobre las gigantescas reservas de hidrocarburos, como paso previo a la derrota del proyecto Bolivariano de justicia e igualdad social.
Ya el Presidente Obrero Maduro ha dicho que nuestra soberanía no está en discusión y se respeta, así como la libre autodeterminación del pueblo a construir el socialismo Bolivariano plasmado en la Ley del Plan de la Patria, a pesar de la amenaza de agresión militar, bloqueo y saboteo económicos.
Donald Trump pretende que con amenazas de guerra a Venezuela logrará detener el proyecto Bolivariano que tiene entre sus metas una Gran Nación latinoamericana.
La sola amenaza de guerra por Trump con su caduca y racista doctrina Monroe y el Destino Manifiesto, implica que cree que obtendrá una rendición total de los Bolivarianos.
Pues lo que nos queda como revolucionarios y patriotas es resistir hasta vencer.
Nuestros líderes Chávez y Maduro lo han dicho: vamos a vencer para reivindicarnos como un pueblo pacífico que nunca se ha rendido.
(*)APC PSUV Parroquia San Pedro