Este año se cumplen 35 de la guerra de las Malvinas. En 2005 se estrenó la película argentina “Iluminados por el fuego” de Tristán Bauer basada en el libro homónimo de Edgardo Esteban en el que se narran las experiencias de un excombatiente de la guerra de las Malvinas. Ahora que la Colombia antibolivariana coquetea con la OTAN es importante recordar qué pasó en las Malvinas.
Hay dos citas generadas desde Washington, previas a la guerra de las Malvinas, que debemos analizar. La primera es del Plan para el Océano Libre (Free Oceans Plan) de 1980:
“Aún cuando Estados Unidos pueda contar con un apoyo efectivo y duradero de la Unión Sudafricana y de la República de Chile, y eventualmente de la Argentina, que facilite la ejecución de sus planes para el extremo sur de los tres océanos, es indispensable contar con el apoyo de Gran Bretaña (…) que debe ser nuestra principal aliada en esa área, no solo porque es nuestra amiga más confiable en el orden internacional, sino porque todavía ocupa diversas islas en el Atlántico Sur que, en caso de necesidad, podrían convertirse en bases aeronavales, de acuerdo con el modelo de Diego García, o en punto de apoyo logístico como la isla Ascensión”. En 1981 Ronald Reagan, quien proponía la OTAS (Organización del Tratado del Atlántico Sur), dijo: “la masa continental de 7 mil millas que se extiende desde el Río Bravo hasta el cabo de Hornos es físicamente no solo más vasta y estratégicamente crítica, sino potencialmente más rica que nuestro propio país”.
Ambas citas nos afianza por una parte, la idea de que Estados Unidos es un apéndice británico (no existió tal independencia el 4 de julio de 1776) y por otra, la doctrina Monroe es, en efecto, toda América para Estados Unidos…
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Alí Ramón Rojas Olaya/Redacción Web