El 2016 se esfumó del “viejo” continente como un año agridulce. Mientras en el deporte la inesperada Portugal golpeó a las elitistas selecciones de fútbol al conseguir su primera Eurocopa, o la Unión Europea destacaba como número 1 en el medallero olímpico; en lo político, económico y social fue un año de retrocesos. Las aguas del Mediterráneo se llenaron de 5 mil cadáveres de refugiados, Francia mantuvo su Estado de Emergencia los 12 meses, el pueblo británico votó el Brexit bajo una campaña xenófoba de la ultraderecha y su primer ministro David Cameron dimitió, un gesto que repitió también el exprimer ministro italiano Matteo Renzi tras su derrota en el referéndum constitucional. Y en definitiva, un año más de grietas en los históricos Estados del Bienestar con la política de austeridad de la Troika (BCE, FMI, CE) y recortes en derechos sociales incrementando pobreza y desigualdad.
A malos resultados políticos de 2016 malos pronósticos en 2017 si se sigue el mismo rumbo económico. Año sin la dulzura de algún evento deportivo internacional de masas. Uno de los principales problemas que vive actualmente la UE es el crecimiento de la ultraderecha euroescéptica. En el 2016, con la huella de un Reino Unido sin un horizonte claro, una Italia caída en sus reiteradas crisis políticas con una fuerte inestabilidad económica, y que en Austria casi se impone en las Elecciones Generales la ultraderecha del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ), se celebró también una consulta no vinculante en Holanda sobre un Acuerdo de Adhesión de Ucrania con la UE pero que el fondo de la cuestión fue medir el euroescepticismo de su población. Con el 32,2% de la participación, la línea crítica con la UE se impuso con el 61%. Este aviso simbólico en el mes de abril de 2016 espera sus frutos el próximo mes de marzo, el primer reto político de Europa en 2017…
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Aníbal Garzón Garzón / Redación Web.