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La actual ola de justicia revolucionaria ha dejado, en el imaginario colectivo, una serie de mitos que debemos desmontar; algunos surgidos en laboratorios del extranjero, otros que ruedan por las conversas de calle del pueblo venezolano. Veamos algunos de ellos a continuación:
Mito 1.- La recuperación progresiva de Venezuela es a punta de corrupción y lavado de dinero: falso de toda falsedad. Primero, es una falta de respeto al pueblo venezolano honesto y trabajador, que tanto ha aguantado y luchado por salir adelante en medio de las dificultades, no se puede decir que todo el que montó un emprendimiento, negocio, o que tiene varios trabajos para mantener a su núcleo familiar de manera honesta, sea un delincuente. Y, segundo, a pesar de las dificultades aún existentes, no son –ni de cerca– comparables las condiciones actuales con la dura época del desabastecimiento, las colas, la falta de combustible, la hiperinflación, la delincuencia, la violencia terrorista y un largo etc.; la política del gobierno ha venido funcionando y es mezquino no reconocerlo.
Mito 2.- Todos y todas las chavistas son narcos y corruptos: en infinitas oportunidades el pueblo chavista ha demostrado, por las buenas y por las malas, –depende de cómo se busquen– quien es. Con esta falsedad se intenta enlodar la dignidad de millones de personas que tienen el proyecto de Chávez como sueño concreto para Venezuela; se trata de mujeres que son madres cocineras y les hacen desayuno, almuerzo y merienda a millones de niños y niñas en sus escuelas, se trata de miles de personas que, mes a mes, organizan, cargan, distribuyen y hacen que llegue la bolsa del Clap a millones de hogares vulnerables en el país; se trata de las miles de personas que organizan torneos en los barrios, quienes acompañaron a las y los doctores, casa por casa en la pandemia arriesgando sus vidas; se trata del pueblo campesino y trabajador que paulatinamente ha recuperado la producción nacional en decenas de artículos de consumo; de quienes participan desde hace muchos años en las Misiones, entre muchísimas otras maneras de participar. No se puede dañar a un pueblo porque un mínimo grupo de dirigentes se haya pervertido o aislado de los dolores y dificultades de un país.
Mito 3.- Esto ya no tiene remedio se lo llevó quien lo trajo: esta falsedad es sin duda una de las más elaboradas y difundidas, desde laboratorios de ideas del extranjero, para desmoralizar y confundir. Tiene resonancia incluso entre gente que se dice de izquierda; aunque en sí misma es una estupidez. Chávez le propuso al país un proyecto para, progresivamente, desmontar todo un sistema y construir otro; eso implica no solo transformaciones políticas y económicas; sino culturales, profundas y radicales; por lo tanto pensar en bajar las banderas o colgar los guantes, porque unos cuantos se desvíen o por las dificultades que esto implique, es –al menos– un tremendo desconocimiento de dónde estaban parados y olvido de lo que creían.
Mito 4.- Nunca se había robado tanto en Venezuela: personalmente pienso que una discusión sobre quién roba más, o menos, es asquerosa y no debe darse. Robar, ser corrupto es una porquería y algo que debe ser condenado y juzgado con la mayor pena jurídica y moral, sea quien sea, en donde sea y en la época que sea; sería como competir por el último lugar. Pero ya que tratan de borrarnos la memoria, es bueno recordar un solo dato: los políticos de la cuarta república y sus viudas de la oposición contra Nicolás Maduro, entre otros “detallitos”, se embolsillaron el equivalente a 5 Planes Marshall en 40 años de gobierno, lo que Europa gastó una sola vez para recuperarse de la Segunda Guerra Mundial, los adeco-copeyanos y derivados actuales se lo robaron 5 veces y dejaron al país con 80% de pobreza y 30% de pobreza extrema; esto sin contar lo que han hecho desde el gobierno interino desde 2019 y sus consecuencias.
Mito 5.- Hay una crisis de cuadros: aunque este mito no surge de los laboratorios de la derecha, es un run-run de pasillos a lo interno, y es tan falso como los anteriores; si algo ha formado el chavismo son cuadros, dentro y fuera del país, tal vez no sea el clásico concepto que conoció la izquierda en el siglo XX, pero, sin duda, en Venezuela hay miles de personas capaces de dirigir y sacar adelante al país técnica y políticamente; sino fuera así, no habríamos sido capaces de resistir las duras pruebas de los últimos años. A lo mejor lo que si haya sea una crisis de confianza, provocada sin duda por el enfrentamiento contra imperialismo. En una situación de Guerra, no es fácil dejar en manos “extrañas” espacios estratégicos; y la reciente ola de justicia revolucionaria contra las y los corruptos así lo confirma, confiemos sin inocencia en quienes formamos ahí está la posible respuesta.
Mito 6.- No es conveniente destapar la corrupción: este es uno de los más falsos mitos, el dinero, como el hipo, es difícil de esconder. Hay personas que, como torpes narcos de telenovela, tenían rato restregándoles sus privilegios a todo el mundo; y la gente se molesta. Si algo ha pedido siempre el pueblo es que se le ponga un parao a esos privilegios; y si se obtuvieron de manera ilícita que se castiguen contundentemente. Una ola de justicia contra las y los corruptos es aplaudida por todos y todas y debe continuar, caiga quien caiga.
Mito 7.- El bloqueo no existe, los problemas del país son por la corrupción: esta mentira, repetida una y mil veces, también nace en los laboratorios de ideas y quieren utilizarla para lavarle la cara a la acción más criminal emprendida contra las y los venezolanos desde la invasión de Morillo en las luchas independentistas. El bloqueo, todas las medidas coercitivas unilaterales contra el país, significan el saqueo mas duro de nuestra historia; nos han causado pérdidas comprobables en bienes materiales, financieros y pérdidas humanas; y quienes las pidieron, usaron y defendieron dentro y fuera de Venezuela como herramienta política para tumbar el gobierno, no solo están inmersos en delitos de lesa humanidad, y traición a la Patria entre otros; sino que el pueblo hoy pide a gritos su captura, así como la de los corruptos, y enjuiciamientos con las penas más duras que existan o que deban ser incluidas en la legislación actual, acordes al daño que infligieron a la nación.
Sin más por ahora se despide atentamente…
Gustavo Villapol
Comunicador militante