A 99 años del triunfo de la primera revolución socialista, la revolución de octubre, los pueblos del mundo seguimos dispuestos a tomar el cielo por asalto¸ el cielo de la igualdad, de la paz, y de la justicia. La esperanza de vida que genera para la humanidad el socialismo es inversamente proporcional a la amenaza que representa el capitalismo para la existencia plena y digna.
Fue la Revolución de Octubre la primera en vencer al capitalismo a inicios del siglo XX, y casi un siglo después, el pueblo venezolano protagoniza una de las más grandes victorias revolucionarias al tener en el poder a un Presidente Obrero, llevando las riendas de la primera revolución socialista del siglo XXI, que enarbola las banderas de la clase trabajadora internacional.
Es preciso decir que la Revolución de Octubre y la Revolución Bolivariana no tratan de dos proyectos idénticos, ni de un calco y copia de un manual; la cultura nuestraamericana ha enriquecido el proyecto socialista internacional con formas de relacionamiento propias de nuestros pueblos, nuestra idiosincrasia y los tiempos históricos que nos ha tocado vivir. Sin embargo, el fin sigue siendo el mismo: dignificar la vida humana, salvar al planeta de la destrucción del ecosistema y conquistar la igualdad como única garantía de paz y como forma de construir una nueva sociedad.
El socialismo del siglo XXI resume los propósitos de diversas corrientes políticas y las encuentra en las diferencias, tomando las banderas y vindicaciones de cada una de ellas, y la contribución que puedan dar a una sociedad más justa e igualitaria. Es muy significativo que una revolución –la bolivariana- haya proclamado al feminismo como una de sus luchas fundamentales, por primera vez en la historia universal. Y es importante decir que, de otra manera y bajo otros criterios, estas corrientes hubieran tenido menos disposición unitaria a no ser por la amplitud y la comprensión brindada por el socialismo del siglo XXI como planteamiento político.
El compromiso que hoy tenemos las venezolanas y los venezolanos con la historia de la humanidad, es
tan grande como el que asumieron los soviets al vencer por primera vez al capitalismo.
Ser la esperanza del mundo es, además de un motivo de orgullo, una gran responsabilidad.