Si usted fuese ciudadano sirio y estuviese, en estos momentos, en Alepo, ¿a quién culparía de la devastación en que se encuentra la antigua Mesopotamia y Persia, a Bashar al-Ásad o a Estados Unidos?
Si usted fuese ciudadano libio y estuviese, en el año 2011, en Trípoli, ¿a quién culparía de las ruinas, al presidente Muamar el Gadafi o a Estados Unidos?
Si usted fuese ciudadano iraquí y viviese en Bagdad, en 2006, ¿a quién culparía de los destrozos en que se encuentra el emporio cultural que legó a la humanidad en Las mil y una noches, a Saddam Hussein o a Estados Unidos?
Si usted fuese palestino y viviese, en el año 2004, en Gaza, ¿a quién culparía de las miles de muertes, al presidente Yasir Arafat o al Estado Sionista de Israel, apoyado por Estados Unidos?
Si usted fuese haitiano y estuviese, en 1994, en Puerto Príncipe, ¿a quién culparía de la crisis social, al presidente electo Jean Bertrand Aristide o a Estados Unidos?
Si usted fuese granadino y viviese, en 1983, en Saint George, ¿a quién culparía del desabastecimiento, al presidente Maurice Bishop o a Estados Unidos?
Si usted fuese chileno y viviera en Santiago, en 1973, ¿a quién culparía de hacer tantas colas para comprar comida, al presidente Salvador Allende o a Estados Unidos?
Si usted fuese vietnamita y estuviese, en 1968, en Saigón, ¿a quién culparía de las campesinas, campesinos, niñas y niños abrasados por napalm, al presidente Ho Chi Minh o a Estados Unidos?
Si usted fuese indonesio y viviera en Yakarta, en 1966, ¿a quién culparía de la crisis económica, al presidente de Indonesia Sukarno o a Holanda, apoyada por Estados Unidos?
Si usted fuese dominicano y viviera en Santo Domingo, en 1963, ¿a quién culparía de la inestabilidad política, al presidente Juan Bosch o a Estados Unidos?
Si usted fuese congolés y viviera en Kinsasa, en 1960, ¿a quién culparía de la especulación y la campaña antiafricana, al Primer Ministro de la República Democrática del Congo, Patrice Lumumba, o al imperio belga, apoyado por Estados Unidos?
Si usted fuese guatemalteco y estuviese en la capital de esa nación centroamericana, en 1954, ¿a quién culparía de la crisis económica, al presidente Jacobo Árbenz o a Estados Unidos?
Si usted es venezolano y vive en Caracas, Valencia, Maracay, San Fernando, Puerto Ayacucho u otro lugar, ¿cree que el culpable de que hagamos colas para comprar comida, medicina o productos de aseo es el presidente Nicolás Maduro?
Si respondió correctamente, lo felicito. De no ser así, debe cambiar la forma en que obtiene información, porque si usted no sabe quién le aplicó un bloqueo comercial, económico y financiero a Cuba en 1960, o quién lanzó una bomba atómica sobre Hiroshima el lunes 6 de agosto de 1945 y otra, tres días después, sobre Nagasaki, o si usted no sabe quién asesinó al presidente nicaragüense Augusto César Sandino en 1934, quien trazó el Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar, o si usted ignora que California, Nevada, Utah, Nuevo México, Arizona, Texas, gran parte de Colorado y Kansas eran de México hasta 1848, o si usted ignora quién destruyó los asentamientos argentinos en las Islas Malvinas, apresando a la mayoría de los habitantes de Puerto Soledad en 1831, o si usted desconoce quién planificó asesinar al presidente Simón Bolívar en 1828 y desmembrar nuestra República de Colombia en 1829, entonces, usted no está estudiando bien. Lea la definición del capitalismo que hace Simón Rodríguez: enfermedad producida por una “sed insaciable de riqueza”. Hágale caso cuando él nos invita a abrir la historia, así forjamos la conciencia y podremos saber siempre quién es el culpable.
Alí Ramón Rojas Olaya/ Redacción Web.