En la medida en que la Revolución Bolivariana avanza indetenible pese al feroz bloqueo financiero de EEUU y sus aliados, en esa misma proporción crecen las amenazas y las acciones en su contra.
Hemos demostrado que la gestión revolucionaria tiene suficiente capacidad para no permitir la asfixia económica del país y continuar cumpliendo su principal objetivo: proteger al pueblo venezolano.
Ejemplo de ello, es el lanzamiento exitoso del Petro que ha merecido el reconocimiento internacional como una herramienta innovadora para impulsar la construcción de un sistema financiero mundial alejado de la «dictadura del dólar». Recientemente, la Asociación Rusa de Criptomonedas y Blockchain, otorgó una distinción al Presidente Nicolás Maduro por ser pionero en la implementación de una moneda respaldada por las riquezas petroleras de la nación.
Por otra parte, la semana pasada, de manera írrita y unilateral, dos países, aliados de la administración Trump, Suiza y Panamá, han seguido el guión de la Casa Blanca y han «sancionado» a funcionarios de los poderes públicos y dirigentes del Gobierno Bolivariano.
Pretenden con estas medidas criminalizar y amedrentar al Estado venezolano. Porque debemos estar claros compatriotas, independientemente de la posición ideológica de cada uno, que estas acciones no son personalizadas contra uno u otro dirigente o funcionario, son contra todo un pueblo. Colocar al Jefe de Estado de una nación en una lista de «sospechosos de blanqueos de capitales», sin presentar ninguna prueba, constituye sin duda un paso más en la larga lista de acciones inaceptables y repudiables, que forman parte del intento de tratar de justificar una agresión militar contra nuestro país. Esa misma estrategia ya fue utilizada en Libia y en Irak, para luego, tras la masacre y la destrucción dejadas por la intervención militar estadounidense, ser incapaces de demostrar la veracidad de tales acusaciones. Y recordemos, en una supuesta invasión militar, no seleccionarán entre chavistas y no chavistas, para luego masacrar a los defensores de la Revolución; no, la destrucción sería generalizada.
La Revolución Bolivariana no tiene nada que temer. Ha sido precisamente el Gobierno de Nicolás Maduro el que ha emprendido una verdadera cruzada anticorrupción en la principal industria nacional, PDVSA, y en distintos organismos e instituciones para acabar con ese flagelo.
En ese aspecto, también Venezuela está dando un ejemplo al mundo y es el espejo en el que deberían verse países como Perú, Colombia, Brasil, España, sólo por citar a algunos, donde existen sendas crisis políticas por la abrumadora y comprobada corrupción de sus dirigentes.
También en esta coyuntura, el gobierno proimperialista de Guyana decide de manera improcedente llevar el reclamo del Esequibo a la Corte Penal Internacional. Venezuela mantiene su posición histórica de defender los derechos legítimos e irrenunciables del pueblo venezolano sobre el territorio de la Guyana Esequiba, ratificando la vigencia de la negociación política con base en el Acuerdo de Ginebra de 1966, como único camino para alcanzar la solución pacífica, práctica y satisfactoria para ambas partes y en favor de nuestros pueblos. No nos cabe duda que esa decisión del gobierno de Guyana, en un momento de constante ataque contra Venezuela, no es otra cosa que una provocación más, para apalancar planes desestabilizadores promovidos desde Washington.
La conjura de la derecha trasnacional y del imperialismo en contra del pueblo venezolano y de la Revolución Bolivariana será derrotada. Hemos emprendido una ofensiva política y comunicacional internacional para llevar la verdad de Venezuela al mundo y estamos seguros que venceremos.
Inicia este nuevo abril coincidiendo con un Domingo de Resurrección, Domingo de la Gran Pascua, en que culmina la Semana Santa. En estos tiempos que vivimos, quisiera recordar a San Romero de América cuando el 26 de marzo de 1978, un Domingo de Resurrección también, dijo: «Ser como Cristo, libres del pecado, es ser verdaderamente libres con la verdadera liberación». Nosotros afirmamos, coincidiendo con Chávez, que esta Revolución Bolivariana y Chavista, esta Revolución del pueblo, esta Revolución libertaria, está sin dudas más cerca de Dios, del verdadero Cristo Redentor, que los que hoy siembran el odio entre sus semejantes para promover la desestabilización, la violencia y la intervención extranjera en el suelo sagrado de la Patria.
Cabalguemos pues en este abril de nuevas victorias, al galope, en contraataque revolucionario. En los próximos días estaremos conmemorando 16 años de aquel huracán bolivariano protagonizado por un pueblo digno y valiente, que derrocó en menos de 48 horas a la dictadura más breve del continente, apoyada por la oligarquía y el empresariado apátrida, y retornó al poder al Comandante Chávez en un acto heroico en el que se consolidó para siempre la unidad cívico militar y el carácter antiimperialista y antineoliberal de este proceso de liberación nacional que emprendimos hace dos décadas.
Este nuevo abril debe ser un mes de mucha unidad, de movilización permanente por la defensa de la soberanía y la integridad de la Patria.
Avancemos con paso firme rumbo al fortalecimiento de nuestra democracia con una jornada electoral que nos llevará hacia la consolidación de la paz y la derrota definitiva del golpismo, del intervencionismo y de las pretensiones contrarrevolucionarias de hacernos retroceder hacia un pasado que ya conocemos de miseria y exclusión para las mayorías.
Estamos preparados, listos para enfrentar al enemigo en el terreno que sea necesario. De este Abril Rebelde, de este Abril en Victoria, vamos seguros hacia un Mayo de Gloria¡¡. Haremos inexpugnable la organización de las fuerzas patrióticas y del gran movimiento cívico militar, pilar fundamental de la Revolución Bolivariana para la defensa de la Patria. La marcha de nuestro pueblo hacia el socialismo es indetenible.
¡Con Chávez Siempre!
¡Viva la Patria!
Caracas, 1 de Abril de 2018.