Por: Rosita Caldera
Para Erick Gutiérrez fue una victoria muy grande la que se logró el 3 de diciembre, porque con ese contundente respaldo popular, el Estado venezolano ejecutará de manera sostenida, planificada, y con efectividad; diversas acciones de acercamiento progresivo, e intercambios mutuos con nuestros compatriotas de la Guayana Esequiba.
A esa zona de nuestra geografía, Erick Gutiérrez se siente muy estrechamente vinculado; porque estuvo mucho tiempo viviendo junto a sus pobladores y compartiendo con intensidad sus hábitos y saberes, involucrándose en sus vidas cotidianas por más de diez años.
Así lo expresa durante la entrevista, a pocos días de la importante votación consultiva de diciembre de 2023: “el medio indígena acaparó mi vida por completo, porque les vi siempre como seres importantes y sabios, compenetrados con las fuerzas de la naturaleza. Ellos poseen una innata capacidad de supervivencia, adaptándose a las condiciones existentes, cualesquiera que ellas sean. Son además, muy observadores y su intuición les ayuda a percibir si quienes les visitan son gente amistosa o son personas hostiles, que menosprecian al indígena o pueden causarle daño. En este caso, no se muestran muy cooperadores”.
Me impactó vivir con ellos, asumir su cosmovisión y percibir su realidad. No desde mi criterio personal, ni como visitante ocasional. Yo no estaba entre ellos. Yo estaba con ellos y a ellos me integré. No estaba como un antropólogo que busca datos o hace indagaciones para algún estudio. Ya hay bastantes investigaciones y materiales sobre nuestras tribus y para muy poco han servido, nada ha cambiado. Con ellos salía a pescar de acuerdo a rutinas que me enseñaron ─refiere Gutiérrez─ Íbamos de caza, y a los conucos para sembrar y cosechar. Con sus remedios me curaban dolencias y enfermedades. Allá me dio paludismo y me sanaron. Se interesaron por las leyes, los derechos y otras cosas que yo conocía, y me dediqué a enseñarles; y de ellos aprendí los idiomas que hablan; pero sobre todo, sus modos de vivir y de compartirlo todo, con un espíritu comunitario que debería preservarse.
Menciona que durante los años que vivió entre las poblaciones indígenas, nunca usó dinero. Eso no se utilizaba. Se mantenía la práctica ancestral del trueque. Intercambiar objetos de uso o de consumo, según se necesitara.
De las varias lenguas indígenas que Gutiérrez aprendió, habla actualmente a la perfección warao, pemón, yekuana y kariña.
Es un indigenista de corazón y de acción. Por eso se entusiasma y sostiene que está seguro del nuevo rumbo que tomarán las relaciones de convivencia con todos aquellos compatriotas que por tanto tiempo han estado al margen de nuestra protección.
Gutiérrez es caraqueño de nacimiento. Estudió y se graduó de abogado en la Universidad Central de Venezuela (UCV) donde también empezó a cursar Historia, pero no terminó. Desde muy joven se vinculó con temas indigenistas y a eso se dedicó, viajando continuamente para conocer las distintas etnias existentes en el país. Hizo su elección de vida al conocer al Dr. Raúl Domínguez, abogado, agrarista, tenaz combatiente por las causas de campesinos e indígenas, recogidas en cortometrajes y videos que muestran esas luchas como la que dio por los sembradores agredidos (“los cañizos”) o junto a los pemones durante el cierre del Caño Mánamo o en las actividades promovidas por “Nuevas Tribus”. Gutiérrez fue al encuentro con Raúl Domínguez, a quien considera su principal mentor y guía. Con él asistió, en 1988, a un encuentro nacional de campesinos en la Facultad de Agronomía (UCV), en Maracay, donde conoció a Alfredo Almeida, otro estudioso e investigador social. Con ambos hizo causa común y se volvieron inseparables. Participaron en el Congreso Indigenista de 1989, y en el Primer Congreso Pemón, 1997, donde pudo confraternizar con numerosos pemones del Esequibo y reforzar amistades que todavía perduran.
Gutiérrez considera muy acertado que Venezuela haya emprendido el censo de nuestra población esequibana.
— Ese censo es prioritario porque la soberanía territorial requiere disponer de información propia sobre las características físico-culturales, lingüísticas, numéricas y de toda índole, ante la diversidad de etnias que allí habitan. Eso incluye a las poblaciones originarias, esequibanas, afroguayanesas (distintas de las afroguyanesas) además de inmigrantes hindúes, británicos, chinos o mestizos, con muchos años viviendo allí; y cuya situación debemos tomar en cuenta. Es una realidad. Allí tenemos poblados indígenas con doce lenguas propias, más trinitarios o brasileños instalados. Es una complejidad lingüística a considerar. Avanzar, como se ha hecho, con este censo poblacional implica proceder adecuadamente, con atención a las diversidades que existen y sin imposiciones que puedan ser incómodas.
En su opinión, es un procedimiento que merece atención y participación humanitaria.
–Si tomamos como punto de partida que la soberanía reside en el pueblo, es necesario tomar en cuenta sus valores y sentimientos; que perciban que es un acercamiento amistoso el que estamos haciendo. Deben sentir que se valora la relación que han tenido con ese territorio y vamos a este reencuentro con el sentido de darles protección y ayuda, atendiéndoles, como parte nuestra que son y han sido siempre.
Sostiene Gutiérrez que esas comunidades esequibanas han acumulado experiencias de maltratos, daños, humillaciones, e irrespeto continuado por parte de los visitantes, o cuando llegan explotadores de minas, comerciantes, buscadores de oro, civiles o militares; agrupaciones con variados fines que sin respeto ni consideraciones, destrozan sus sembrados, invaden sus tierras, los desplazan, los sacan de sus casas y tienen que irse a vivir en otros lados.
Ellos aspiran a vivir de otra manera. Quieren que esos procedimientos terminen ─afirma Gutiérrez.─ Quieren un trato digno y respetuoso como personas con derechos. Me siento optimista, en base a mis experiencias, porque la presencia masiva de instituciones del Estado que van a dar diversos servicios, aplicar derechos humanos, y corregir las omisiones en que se haya incurrido, constituye una decisión útil e impostergable. Estamos unidos en el esfuerzo de asumir y visibilizar en el país y ante el mundo a nuestros compatriotas esequibanos. Nos proponemos apaciguar las inquietudes generadas desde Guyana con amenazas de activar operativos bélicos en la zona. Desde el gobierno venezolano se ha ofrecido, por el contrario, una acción unitaria y patriótica para asegurarles en nuestro suelo patrio protección y permanencia junto con muchos otros beneficios. Todo ello como ejercicio de soberanía absoluta y plena en la Guayana Esequiba. Se ha dejado claro también, con el anuncio de nuevas leyes y normas, que las personas que allí habitan: los hombres, mujeres, ancianos, jóvenes, niños o impedidos, todas esas vidas se consideran más valiosas que el conjunto de bienes que pueda haber en el subsuelo, en los extensos bosques o en el mar.
Muchas propuestas e informes ha presentado Erick Gutiérrez, ante funcionarios e instituciones del Estado, sobre situaciones que requieren intervención para ser corregidas, darlas a conocer y evitar así arbitrariedades tan insólitas como la existencia de falsos “migrantes” venezolanos, instalados como tales en la Guayana, a pocos metros de Delta Amacuro, recibiendo subsidios especiales del organismo de Naciones Unidas para refugiados (ACNUR). Esas personas están viviendo en suelo venezolano y han falseado su condición de emigrados.
Otra de sus recomendaciones ha sido propiciar los acercamientos; enviando al Esequibo grupos de pemones, waraos, yukpas, kariñas o arawakos, que ya están integrados al país y habitan aquí. Facilitaría los posteriores encuentros, esta primera avanzada de etnias iguales a las que están allá. Como modelo de organización social y político-territorial, a Gutiérrez no le parece viable diseñar municipios en el futuro estado Guayana Esequiba. Sugiere innovar, sin cambiar. Así lo explica:
Me parece que fortalecer las ciudades comunales sería lo indicado; en vez de municipalizar, se debería dar apoyo al modelo de convivencia en comuna, tal como ellos lo aplican y sobre la base de las relaciones prácticas que mantienen los pobladores esequibanos.
Erick Gutiérrez se mantiene activo, comunicándose con frecuencia con sus paisanos del territorio que ahora es motivo de especial atención. Participando en foros, encuentros, debates; y compartiendo información como lo ha hecho para esta publicación.