Nada para sorprenderse: algunos de los aspectos centrales del acuerdo entre el gobierno constitucional de Venezuela y la oposición, suscrito en México, han sido tergiversados intencionalmente por factores interesados en dinamitar las negociaciones.
No sorprende, porque torcer los resultados de cualquier proceso político es parte de la guerra multidimensional a la que el país ha estado sometido durante todos estos años. Es una manera de atribuirse triunfos inexistentes y de endilgar derrotas al contrario.
Las tergiversaciones obligan a la parte afectada a realizar enormes esfuerzos para desmentir y aclarar. Son esfuerzos en los que se pierde mucho tiempo y energía, pero es imprescindible hacerlos.
Regalías e impuestos
Uno de los puntos en los que se ha centrado la manipulación es el relativo a las retribuciones que dará la corporación estadounidense Chevron por la extracción de petróleo en Venezuela.
Franco Vielma, sociólogo, máster en Comunicación Política, advirtió que la matriz de opinión apunta a indicar que «la autorización impide que Petróleos de Venezuela reciba beneficios de las ventas de Chevron. Pero se trata de una burda manipulación narrativa”.
De acuerdo con Vielma, lo que quedó establecido es que Venezuela despachará crudo en su territorio, Chevron se lo llevará y lo venderá y de esa operación obtendrá sus ganancias, tal como ocurre en muchos otros negocios petroleros. Pero eso no indica que Chevron vaya a extraer el recurso sin pagar.
“Lo que sí establece la Licencia 41 es que Chevron no pagará ni impuestos ni regalías –admite el analista-. Ello si implica una pérdida neta de ingresos, pero en las condiciones actuales con exportaciones evasivas al bloqueo, ninguna empresa que está trabajando de manera furtiva las está pagando. Más bien el crudo venezolano se está vendiendo a descuento y con costosísimos fletes (por el factor de riesgo de operar al margen del bloqueo). El crudo despachado a Chevron no está previsto bajo condiciones de descuento, ni altos costos en fletes. Es decir, que el monto que el país deja de percibir en impuestos y regalías en los despachos a Chevron, lo recupera vendiendo a precio de mercado y sin lidiar costos de fletes. Esta licencia, aunque sigue siendo una expresión abusiva del bloqueo, no deja de ser favorable”.
Importación de insumos
Otro aspecto beneficioso, dentro de la situación real existente es, a juicio de Vielma, que se autoriza la compra e importación a Venezuela de equipos o insumos, incluyendo diluyentes, condensados, petróleo o productos de gas natural.
Como se recordará, tanto los mejoradores de crudos extrapesados de la Faja del Orinoco como las refinerías de combustible para el mercado interno se vieron paralizados por falta de componentes importados y repuestos; que tuvieron que ser suplidos por Irán o mediante complicadas triangulaciones para evadir el bloqueo. Ahora se podrán adquirir directamente.
Dólares frescos
“Otro beneficio adicional es que Chevron tendrá que cumplir sus compromisos en bolívares en el país (como nómina y contratos de servicios) canjeado dólares por bolívares en el mercado interno, alimentando el sistema cambiario. No es poca cosa en el contexto actual”, precisó el sociólogo.
En su opinión, vista globalmente, “la Licencia 41 deja por escrito que la estrategia de máxima presión y asfixia a Venezuela fracasó. Pretender colocar ello como una derrota de Maduro es además de ridículo, una tétrica maniobra narrativa que sirve para propagandizar falsas expectativas entre incautos y desinformados”.
Chevron sigue siendo socio
Las interpretaciones aclaratorias de lo acordado no han corrido solo por cuenta de analistas revolucionarios, como Vielma. Incluso algunos opositores han considerado necesario despejar las dudas sembradas.
El economista Francisco Rodríguez es uno de ellos. En su cuenta Twitter explicó que “si bien la Licencia 41 prohíbe a Chevron pagar regalías e impuestos directamente a Venezuela, esta restricción es puramente simbólica, quien paga la contribución fiscal a Venezuela no es Chevron, sino la empresa mixta venezolana en la cual Chevron es accionista minoritario”.
“Chevron nunca ha pagado ni pagará regalías o impuestos directamente a PDVSA. Estos los pagan Petropiar o Petroboscán, empresas venezolanas en las que Chevron tiene participación minoritaria y cuyos pagos no están restringidos por la Licencia 41 por no ser empresas de EEUU”, puntualizó.
Rodríguez observa una ventaja adicional: “Cualquier flexibilización de restricciones en un mercado genera ingresos por exportaciones en otros mercados. Por ejemplo, algunos de los barriles que se enviarán a Estados Unidos hoy se venden en China. Al permitirse a Chevron vender estos barriles en Estados Unidos, también se abre espacio para que PDVSA pueda suplir el faltante que se produce en el mercado chino y así genere ingresos adicionales”.
De las filas de la disidencia chavista también surgen algunas voces empeñadas en la veracidad. Víctor Álvarez, economista y exministro de Industria, expresó: “En mi opinión, la nueva licencia a Chevron viene envuelta con un papel de regalo para procurar una mejora en las condiciones electorales para los comicios venezolanos de 2024. Creo que esto es posible. Chevron tiene ya capacidad instalada en el país, esas operaciones se pueden concretar rápidamente. Este acercamiento puede producir nuevos acuerdos con la oposición, y le quitaría toda razón de ser al llamado gobierno interino.”
Balance político positivo
William Serafino, politólogo y máster en Historia, al analizar el tema, afirmó que “lo más importante es su carácter político, pues no solo porque implica una fractura del bloqueo, sino porque Estados Unidos obligó a la Plataforma Unitaria a aceptar eso sin que pueda alcanzar una concesión importante”.
“En definitiva, EEUU hizo valer sus intereses inmediatos (crisis de combustible) por encima de los de la oposición, que no ha logrado extraer algo de importancia en la mesa de México para venderle a su electorado. El gobierno tiene la ventaja, política y narrativa –subrayó-. Maduro debilita inteligentemente a las oposiciones incorporando a la esposa de Álex Saab en la mesa de negociación. Mientras ellos discuten qué hacer, Maduro decide lo realmente importante (los temas), los ritmos y la agenda del encuentro en México. Gana la batalla por el relato”.