Los Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), reunidos en su XIII Cumbre Extraordinaria este miércoles 20 de agosto, emitieron una declaración conjunta de respaldo absoluto al Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y de defensa de la soberanía de América Latina y el Caribe frente a lo que calificaron como una ofensiva política y judicial impulsada desde Estados Unidos.
En el documento, los líderes del bloque regional afirmaron que las acusaciones contra el mandatario venezolano forman parte de una estrategia de “judicialización de la política”, diseñada para deslegitimar gobiernos soberanos y facilitar la intervención extranjera. Advirtieron que estas maniobras representan un ataque directo no solo contra Venezuela, sino contra la estabilidad y el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos de la región.
Rechazo al despliegue militar y apoyo a Cuba
La Cumbre también condenó el reciente despliegue de buques de guerra estadounidenses en aguas del Caribe, señalando que, bajo el pretexto de operaciones antidrogas, esta acción constituye una amenaza real para la paz regional y una violación flagrante del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas. En consecuencia, los países miembros exigieron el cese inmediato de cualquier acción militar o intimidatoria que vulnere la integridad de los Estados latinoamericanos y caribeños, y reafirmaron la necesidad de resolver las controversias por vías pacíficas.
Otro punto crucial de la declaración fue la denuncia al recrudecimiento del bloqueo económico contra Cuba, medida que fue calificada como ilegal y generadora de graves perjuicios para el bienestar del pueblo cubano. Asimismo, se condenaron las medidas coercitivas unilaterales y las campañas de desestabilización promovidas desde Washington contra gobiernos progresistas de la región.
Llamado a la unidad regional y reafirmación de principios
El ALBA-TCP reafirmó su carácter antiimperialista y solidario, comprometiéndose a mantenerse a la vanguardia en la defensa de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. En ese sentido, respaldó el llamado urgente del Presidente de Colombia, Gustavo Petro, para convocar a los Cancilleres de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) a fin de establecer una posición conjunta frente a las amenazas contra Venezuela.
La declaración final concluyó honrando el legado de los libertadores de la Patria Grande y subrayando que la verdadera paz solo puede cimentarse sobre la base de la justicia social, la soberanía y la autodeterminación de los pueblos.
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