Jamie Oliver demostró cómo McDonald’s y otras empresas hacían sus hamburguesas y nuggets de pollo, utilizando amonio en su elaboración.
Fue en marzo del año 2010 cuando el chef británico Jamie Oliver se lanzó contra la comida basura a través del programa de televisión estadounidense en el que debutó, cuando explicó a los habitantes del pueblo de Huntington (donde prácticamente la mitad de la población tiene obesidad), que su dieta a base de comida rápida les iba a matar.
Fue en ese año cuando, en su ya mítico Jamie Oliver’s Food Revolution, que siguen millones de personas tanto en Reino Unido como en Estados Unidos, emprendió una campaña contra McDonald’s con el fin de promover una alimentación más saludable por parte de la ciudadanía, y denunciar, a su vez, las prácticas criticables que en teoría empleaba la multinacional estadounidense en la elaboración de algunos de sus productos cárnicos.
Así, poco tiempo después, el chef icono de la cocina moderna consiguió demostrar cómo la cadena de comida rápida McDonald’s hacía sus populares hamburguesas y nuggets de pollo.
¿Cómo hace McDonald’s las hamburguesas de carne?
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Según Oliver, la parte más grasa de la carne utilizada para las populares hamburguesas de McDonald’s son lavadas y remojadas en hidróxido de amonio para atacar a los microbios que existen en partes de la res que no son aptas para el consumo humano. Luego son utilizadas para confeccionar la propia hamburguesa en sí, usándose como relleno.
¿Lo alarmante? Aunque el hidróxido de amonio es permitido por parte de las autoridades sanitarias como agente anti-microbiano, se utiliza –por ejemplo- para disolver metales reactivos como el zinc o el aluminio, siendo dañino para la salud.
En palabras del propio chef británico, “estamos hablando de productos cárnicos que hubieran sido vendidas como alimento para perros y después de este proceso se les sirve a seres humanos”.
¿Y qué ocurre con sus populares nuggets de pollo?
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En el caso de los nuggets de pollo, además de seleccionarse las “mejores partes”, el resto del producto está formado por cartílagos, vísceras, huesos, grasa, pellejos, cabezas y patas.
Todo ello son sometidos a un licuado (separación mecánica), desodorada, decolorada, reodorizada y repintada con melcocha farinácea, frita, y para luego ser rehervido en aceites en general parcialmente hidrogenados.
Vamos, como es de imaginar, algo sano y muy saludable, ideal en una dieta variada, sana y equilibrada (nótese la ironía).
La reacción de la cadena McDonald’s no se ha hecho esperar
A través de un comunicado, la popular cadena de comida rápida ha aclarado que a principios del pasado año dejó de utilizar “recortes de carne seleccionada de res magra”, de forma que el hidróxido de amonio “ha estado fuera de nuestra cadena de suministro desde agosto del año pasado”.
De hecho, afirmó que ya en el año 2011 la empresa había cambiado la receta en todos aquellos países en los que la multinacional empleaba este sistema. A la vez que otras cadenas americanas, como Taco Bell o Burger King, también anunciaron que abandonaban el uso de amonio en sus productos cárnicos.
Pero la lucha de Jamie Oliver no quedó ahí
Un año después, en el mes de julio de 2012, el chef británico inició otra campaña con motivo de la concesión que los Juegos Olímpicos de Londres dio a McDonald’s, con el fin de que esta empresa situara sus restaurantes en plena villa olímpica.
Sin embargo, aunque la ciudad no modificó su decisión, el chef consiguió mantener el debate vivo durante la celebración de los Juegos Olímpicos, calando hondo entre la mayoría de los ciudadanos ingleses.
(Fuente:Natursan)