La Cumbre del Grupo BRICS celebrada en Johannesburgo, Suráfrica, llegó con mucha expectativa en un contexto donde la anomia internacional de la guerra y la tozudez de imponer el unilateralismo como sea, evitando y obstaculizando formas alternativas de relacionamiento en lo político, económico, social y cultural, dotaban de fortalezas a una instancia donde Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica promueven un esquema de retoma de los principios básicos del derecho internacional.
El preámbulo de la Declaración en torno a esta Cumbre, llevada a cabo del 22 al 24 de agosto, reafirma claramente los postulados de esta instancia que, a juzgar comparativamente con otras, procura relaciones de mayor respeto y complementariedad en diversos ámbitos; propios de los intereses nacionales conjugados en un espacio multilateral.
Sus principios están blindados en dicho preámbulo:
“Reafirmamos nuestro compromiso con el espíritu BRICS de respeto y comprensión mutuos, igualdad soberana, solidaridad, democracia, apertura, inclusión, colaboración reforzada y consenso. A medida que nos basamos en 15 años de Cumbres de los BRICS, nos comprometemos aún más a fortalecer el marco de cooperación mutuamente beneficiosa de los BRICS bajo los tres pilares de la cooperación política y de seguridad, económica y financiera, y cultural entre los pueblos; y a mejorar nuestra asociación estratégica en beneficio de nuestros pueblos a través de la promoción de la paz, un orden internacional más representativo y justo, un sistema multilateral revigorizado y reformado, el desarrollo sostenible y el crecimiento inclusivo”.
De hecho, una de las expectativas superiores de este encuentro no fue otra cosa que la ampliación de este espacio que, en quince años, se ha venido consolidando como una alternativa económica que ahora avanza en la necesidad de hacer emerger la concepción de Sur Global, concepto pensado suficientemente en un momento donde las amenazas a la paz mundial y los desafíos en todos los órdenes, en especial luego de la pandemia Covid-19, han incrementado la voluntad de amalgamar una alternativa real, concreta, fáctica y sustentable de acciones para el desarrollo de un mundo sin exclusiones y destinos compartidos, en respeto abierto a cosmovisiones, sistemas políticos y determinaciones propias de los Estados nación.
De las diversas intervenciones en dicha Cumbre, tomamos tres intervenciones como fundamento del avance de este espacio multilateral, que va creciendo en importancia desde su creación en 2006, y que como se ha afirmado recurrentemente no procura ser vehemente ni obstaculizar otras instancias como el G7.
En primer lugar tomamos la intervención del Presidente de la República Federativa del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien reiteradamente ha fomentado la necesidad de trabajar por la paz en cuanto a la guerra de Ucrania, por el uso de monedas alternativas al dólar para el intercambio comercial y financiero, incluso fomentando una moneda común, y por construir un baremo donde el accionar del Banco de Desarrollo de los BRICS no tenga las camisas de fuerza tradicionales de la arquitectura financiera internacional clásica y propia de la pos Segunda Guerra Mundial.
“El BRICS no es un contrapunto al G7 (grupo de los siete, integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), ni al G20 (de los 20 países industrializados y emergentes), ni contra nadie (…) como el Sur Global, algo que antes no existía. Somos importantes en el debate mundial, sentados en la mesa de negociaciones, en pie de igualdad con la Unión Europea y Estados Unidos (…) Nuestra diversidad refuerza nuestras aspiraciones a un nuevo orden mundial, al pluralismo en la política, la economía y otras esferas (…) Trabajaremos con nuestros socios para mejorar la vida de nuestra gente. Lucharemos contra el hambre, la pobreza y la desigualdad. Promoveremos el desarrollo sostenible. Lucharemos contra todas las desigualdades en el mundo y, en este sentido, el BRICS será una nueva locomotora de un nuevo orden mundial que está surgiendo para promover la paz y el multilateralismo”, aseveró el mandatario brasileño al finalizar.
Por su parte, y durante su intervención, el Presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, expresó que este proceso de avance de los BRICS da cuenta del inevitable proceso de multilateralismo que viene marcando el mundo actual, a pesar de opositores que en su visión se han vuelto irreconciliables.
«Quiero destacar que el BRICS no compite con nadie, no se opone a nadie, pero también está claro que este proceso objetivo, el proceso de la formación de un nuevo orden mundial, no obstante, tiene opositores irreconciliables que buscan ralentizar este proceso, contener la creación de nuevos centros independientes de desarrollo y de influencia en el mundo (…) los países del llamado ‘mil millones de oro’ hacen todo lo posible para preservar el mundo unipolar existente. Tratan de sustituir el sistema de derecho internacional con su propio orden, basado en reglas que nadie ve, reglas que se usan, debo decir, sin ambages, con fines egoístas y que se cambian en aras de la coyuntura política actual (…) [la mayoría mundial] «se va cansando cada vez más de la presión y manipulaciones de Occidente, y está lista para una cooperación equitativa. Precisamente desde estas posturas, los países del BRICS enfocan el desarrollo de relaciones multidimensionales con todos los [países] representados aquí y otros Estados interesados».
Deteniéndonos un poco hasta acá, observamos dos ideas fuerza ratificadas en este espacio, y que en líneas generales coincidieron en las diversas intervenciones. Por un lado, la necesidad de no observar al BRICS ni sus procesos de ampliación continuados como amenazantes a ninguna estructura existente; por el otro la claridad que esta instancia —de 15 años de edad— expresa con suficiente argumentación, y gestos políticos de avance, un nuevo orden mundial multilateral donde el sur global empieza a tener voz de peso en las relaciones internacionales, tradicionalmente nariceadas por el ejercicio unilateral estadounidense; una vez se da la caída de la Unión Soviética y con ello el fin de la guerra fría iniciada a mediados del siglo XX.
Es por ello que, dado el metabolismo de hacer avanzar en equilibrio ambos procesos, que en una primera valoración de todos quienes han solicitado adherirse al grupo BRICS, que ha manifestado en forma unánime la necesidad de ampliarse, pudiendo por ejemplo hacer lo contrario; se ha formalizado la invitación de hasta de seis naciones para que formen parte de esta instancia, a partir del 1ero de enero de 2024.
Argentina, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía han sido invitadas formalmente a formar el grupo BRICS, lo cual consolidará algunos aspectos que no pueden ser despachados alegremente y si expuestos en el análisis global de este hecho:
- El ingreso de estos nuevos miembros implica la presencia del 37% del PIB global y el 46% de la población mundial.
- Con esta ampliación, seis de los nueve países de mayor producción de petróleo serán parte del grupo BRICS.
- BRICS + representaría 42% del petróleo, 39% del gas y 67% del carbón a nivel mundial.
- Geopolíticamente, amplían a nuevas fronteras regionales la presencia del grupo, tratando de dar mayor cuerpo al concepto de Sur Global necesario para trabajar en bloque varios de los diversos temas de la agenda internacional.
La tercera intervención que tomamos en razón de esta cumbre, es la de Xi Jinping, Presidente de la República Popular China, quien ha afirmado muy en relación de lo valorado hasta acá: “Los países del BRICS deben ser compañeros en el camino de desarrollo y ascenso, oponerse a los intentos de separación, la presión económica y centrarse en la cooperación empresarial (…) Los países del BRICS deben seguir la dirección común del desarrollo pacífico y reforzar la asociación estratégica (…) para apoyarse unos a otros en los temas que afectan intereses fundamentales de unos a otros y reforzar la coordinación en los temas internacionales y regionales clave (…) [Debemos asimismo] usar de manera eficaz la cooperación del BRICS para acelerar el proceso de ampliación, y posibilitar a una cantidad aún mayor de países que se unan a la familia del BRICS, recopilar la sabiduría y fuerza común para contribuir en el desarrollo de la gestión global en una dirección más justa y razonable”.
“Trabajaremos con nuestros socios para mejorar la vida de nuestra gente. Lucharemos contra el hambre, la pobreza y la desigualdad. Promoveremos el desarrollo sostenible. Lucharemos contra todas las desigualdades en el mundo y, en este sentido, el BRICS será una nueva locomotora de un nuevo orden mundial que está surgiendo para promover la paz y el multilateralismo”,
Presidente Lula
Por otra parte y dado que la República Bolivariana de Venezuela ha solicitado formalmente su adhesión a este Grupo, el Presidente de la República Nicolás Maduro Moros tuvo una intervención en esta Cumbre, donde razonó la importancia de esta instancia multilateral para el desarrollo del mundo bajo un esquema desdolarizado, descolonizado y de respeto a la autodeterminación de los pueblos libres del mundo, también valoró la importancia de la presencia futura de Venezuela en dicha instancia.
El Jefe de Estado Venezolano afirmó en su mensaje: “Los BRICS han asumido la vanguardia en la construcción de un mundo de paz y prosperidad económica basado en el respaldo a la diversidad civilizatoria. Hoy estamos convencidos de que el nuevo orden mundial es una realidad y los BRICS desempeñan un rol fundamental de la dinámica geopolítica que ha generado la confianza entre los pueblos de América Latina, El Caribe, África y Asia con su modelo de desarrollo (…) los BRICS representan hoy por hoy el 31.7% del producto interno bruto, el 30% del territorio mundial, el 43% de la población y el 18% del comercio internacional, controlando el 8.7% de las reservas mundiales de petróleo, el 25,2 % de las reservas de gas y el 40% de la energía mundial, definitivamente la unión es lo que hace la fuerza unitaria que impulsa una nueva geopolítica mundial del siglo 21 (…) queremos aportar a este modelo mundial las mayores reservas de petróleo certificadas en nuestro país, entre otras riquezas, nuestro país cuenta con abundantes recursos minerales. Venezuela tiene una privilegiada posición al norte de América del Sur y que, en la eventual ampliación de los BRICS, siete de los 23 países pertenecemos a la OPEP que abastece a un porcentaje fundamental del mercado mundial, agrupando el 77% de las reservas de petróleo del mundo”.
Es evidente que el inicio del proceso progresivo de adhesión de nuevas naciones ante los BRICS, que ha comenzado a partir de esta Cumbre, expresa la buena voluntad que existe de avanzar en nuevos ingresos bajo el paraguas de una nueva agenda de acuerdos superiores que tienen como fondo las visiones primigenias del respeto al derecho internacional, la autodeterminación de los pueblos; así como relaciones de mutuo beneficio, tanto para los intereses nacionales como para aquellos de carácter multipolar.
Finalmente, y en cuanto a su declaración final, es importante valorar su posición sobre la coyuntura mundial actual:
“Expresamos nuestra preocupación por el uso de medidas coercitivas unilaterales, que son incompatibles con los principios de la Carta de las Naciones Unidas y producen efectos negativos, especialmente en el mundo en desarrollo. Reiteramos nuestro compromiso de reforzar y mejorar la gobernanza mundial promoviendo un sistema internacional y multilateral más ágil, eficaz, eficiente, representativo, democrático y responsable. (…) Reiteramos nuestro compromiso con el multilateralismo inclusivo y la defensa del derecho internacional, incluidos los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) como su piedra angular indispensable, y el papel central de la ONU en un sistema internacional en el que los Estados soberanos cooperan para mantener la paz y la seguridad, impulsar el desarrollo sostenible, garantizar la promoción y protección de la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos, y promover una cooperación basada en el espíritu de solidaridad, respeto mutuo, justicia e igualdad.”
No es poca cosa el paso dado por el grupo BRICS de incorporar seis de los hasta ahora veinte países que han solicitado su adhesión, o han sido invitados por esta instancia. Muestra que en la próxima reunión de Kazán, Rusia, y de acuerdo a lo que pueda suceder en el próximo año, nuevos miembros sean incorporados.
Pero la sola voluntad de avanzar y dar el primer paso de ampliación, a quince años de su creación, es una buena bocanada de aire para el multilateralismo que ha irrumpido con fuerza volcánica en el mundo actual, sin que haya factor que pueda detenerlo; salvo que se pretenda poner en peligro, de manera abierta, a la vida humana; usando la guerra total como lógica.
Los BRICS y su lógica política, distinta a otras instancias tuteladas por claros hegemones unilaterales, ha dado un paso en la dirección correcta dentro de un proceso progresivo y un metabolismo que debe ser lo suficientemente sustentable para evitar descalabros; por querer apurar pasos que tienen su ritmo propio.
Los nuevos ingresos tienen el rol de hacer valer esta decisión, con un enfoque y trabajos positivos, al punto de seguir ampliando el espectro con nuevos países, siendo la República Bolivariana de Venezuela uno de ellos.