No es de extrañar que durante este proceso comicial, utilicen la estrategia de denunciar fraude, ya que ha sido parte de su comportamiento durante estos 25 años, irrespetando al árbitro y descalificando incluso el trabajo de quienes allí laboran
Por: Amelyren Basabe
Tal como estamos acostumbrados con la oposición venezolana, luego de decir durante toda su campaña que son ganadores, que las encuestas dicen que serán triunfadores; al ver el resultado de las elecciones inicia la segunda parte del guion: denunciar que hubo un fraude y nunca presentan alguna prueba del mismo.
Durante la campaña presidencial del año 2006 la oposición, al saberse derrotada, comenzó a manejar el discurso del “fraude” al menos 3 meses antes de las elecciones, presentando titulares en los medios internacionales como por ejemplo:
“Venezuela: La oposición alerta de posible fraude electoral el 3 de diciembre y de que Chávez no reconocerá el resultado, Europa Press 22/11/2006. La oposición de Venezuela alertó hoy de diversas formas en las podrían falsearse los resultados de las elecciones presidenciales del próximo 3 de diciembre, desde la posibilidad de un fraude en el recuento del sistema automatizado de los votos, a una eventual retirada de Hugo Chávez días antes de los comicios o, incluso, un «autogolpe». Tampoco descartaron disturbios instigados por los reservistas del Ejército venezolano contra la oposición en el día de los comicios”.
También, el portal de la supuesta ONG, Súmate, publicó el 07 de diciembre 2006 lo siguiente: “Datos recibidos en súmate coinciden con los del CNE PROCESO ELECTORAL ESTUVO SIGNADO POR IRREGULARIDADES”. Los datos de escrutinio y auditoria de cierre recibidos por parte de los totalizadores de Súmate en los centros de votación del país coincidían con las cifras oficiales publicadas por el CNE; sin embargo, esta organización denunció que el desarrollo del proceso electoral estuvo signado por el ventajismo del gobierno y la parcialidad del ente rector.
Más adelante, apenas unos años pasaron para celebrar las elecciones regionales ocurridas en 2008, cuando se desarrollaban las elecciones, la entonces presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, quien recordaba, tal y como lo indica la Ley, que «aquellos centros de votación que tuvieran electores en cola debían permanecer abiertos (…) hasta que hubiera votado la última persona en la cola», precisó la presidenta.
Sin embargo, los dirigentes de los partidos opositores Primero Justicia, Acción Democrática y Podemos; Julio Borges, Henry Ramos Allup e Ismael García, respectivamente, aseguraron minutos antes de la intervención de Lucena que el CNE había recibido «una fraudulenta» orden del Gobierno para prorrogar la votación.
“El Gobierno sabe que está perdiendo y por ello esa orden, manifestó Borges en declaraciones a los periodistas en las afueras de la sede principal del CNE en Caracas, junto a los otros dos dirigentes opositores”. En las mismas declaraciones, agregó Ramos Allup lo siguiente: «No vamos a permitir que con fraude y ventajismos se intente desconocer que mayoritariamente, incluso el propio Pueblo chavista, le está dando una paliza a este Gobierno en las urnas».
La misma narrativa fue utilizada en 2017, publicando titulares en medios extranjeros, como el siguiente: “La oposición de Venezuela presentará las pruebas que asegura demuestran el fraude electoral en las regionales, BBC Mundo, 19 de octubre, en las que Henrique Capriles declaró que «el sistema electoral más corrupto del mundo es el que estamos enfrentando, y aseguró que la MUD deberá pensar si participa en las próximas elecciones municipales, para las que aún no hay fecha”.
Sin embargo, la oposición no tuvo el respaldo que esperaba y que preveían las encuestas por la abstención de parte de sus votantes, que se explicaría parcialmente, según Capriles, por las maniobras del CNE.
También en 2018, luego de celebrarse los comicios presidenciales, el portal estadounidense CNN publicó lo siguiente: “Triunfo electoral de Maduro fue una farsa, dice la oposición y la comunidad internacional”.
El principal rival de Maduro para la presidencia fue Henri Falcón, quien quedó en segundo lugar con 1,8 millones de votos, según la Junta Electoral, con 92,6 % de los votos contados. Falcón dijo que no reconocería los resultados y citó cientos de quejas por violaciones electorales. Los funcionarios electorales dijeron que abordarían los reclamos.
«En tales circunstancias, tenemos preguntas serias de nuestra parte, y además del cuestionamiento que podamos tener sobre el proceso, sin dudas carece de legitimidad y, en este sentido, no reconocemos este proceso electoral», dijo Falcón.
Es por esto, que no es de extrañar que durante este proceso comicial, utilicen la estrategia de denunciar fraude, ya que ha sido parte de su comportamiento durante estos procesos electorales, irrespetando al árbitro y descalificando incluso el trabajo de quienes allí laboran, ya que durante los últimos 25 años, nunca han presentado alguna prueba de las irregularidades que denuncian permanentemente.