Excelentísimas diputadas, excelentísimos diputados de la Comisión Permanente del Poder Popular y Comunicación de la Asamblea Nacional, directoras, directores, maestras y maestros de canto coral y coralistas de la Patria Bolivariana, muy buenos días. Este derecho de palabra le correspondía al director del Orfeón Universitario de la Universidad Central de Venezuela, maestro Raúl López Moreno, sin embargo argumentos de peso impidieron que él estuviera acá; razón por la cual me ha solicitado que sea yo quien se dirija a ustedes en este salón Ezequiel Zamora del edificio José María Vargas en la esquina de Pajaritos.
El canto coral en Venezuela
En Venezuela, la práctica de la música coral se gesta desde nuestra ancestralidad, heredada de la forma colectiva en que nuestros indígenas se reunían en grupo para contar relatos poéticos de los mitos y para cantar a la cosecha, al trabajo, a la curación y a la celebración.
En la segunda mitad del siglo XVIII, se tienen los primeros documentos que registran los aportes de la Escuela de Chacao con el presbítero Pedro Ramón Palacios y Sojo, conocido como el Padre Sojo, que dejó una impronta vital de dos grandes generaciones de compositores de la colonia de la talla de José María Isaza, José Lorenzo Montero, Juan de la Cruz Carreño, Lino Gallardo, Juan Meserón, José Antonio Caro de Boesi, Atanasio Bello Montero, José Ángel Lamas, Pedro Nolasco Colón, Cayetano Carreño y Juan José Landaeta; autor de la música del Gloria al Bravo Pueblo.
El Orfeón Lamas
En 1930, el Maestro Vicente Emilio Sojo funda el Orfeón Lamas, vitrina de los compositores que se formaban en la Escuela de Santa Capilla; por donde pasaron voces como las de Carmen Liendo, Teo Capriles, Juan Bautista Plaza, Evencio Castellanos, Eduardo Calcaño, Antonio Lauro, Inocente Carreño, Héctor Toro, Leopoldo Billings, Moisés Moleiro, Armando Barrios, José Antonio Calcaño, Gonzalo Castellanos Yumar, Modesta Bor y Antonio Estévez entre otras; y con él se forma en el pueblo el carácter raigal y nacionalista, a través de la interpretación de la música de compositores de la colonia formados por el Padre Sojo; madrigales y canciones corales, fruto de la cátedra de composición bajo su égida; composiciones y arreglos bajo la concepción de la Escuela Nacionalista con los que recrea la música tradicional popular.
El Orfeón Lamas ofreció su primera presentación el 15 de julio de 1930 en el Teatro Nacional de Caracas, bajo la dirección de los Maestros Vicente Emilio Sojo y José Antonio Calcaño. Nos dice el profesor Juan Francisco Sans que a partir de esa fecha “comenzó a eclosionar en Venezuela un movimiento coral cuyas ondas expansivas alcanzan nuestra época”.
Grupos populares
Dos años después ocurría un hecho de interés: “En el año 1932 fui el principal animador de la idea de formar un conjunto de voces y guitarras y de allí nacieron los “Cantores del Trópico, constituido en reuniones artísticas en la casa de María Luisa Escobar. Así fue como hice amistad con Antonio Lauro, con Manuel Enrique Pérez Díaz y Eduardo Serrano; y disfrutando, y haciendo canciones sin una planificación seria, iniciamos lo que sería el cuarteto de Los Cantores del Trópico”. Esto le relata Marco Tulio Maristany (primera voz) quien, junto a Manuel Enrique Pérez Díaz en la segunda voz y Antonio Lauro en el punteo de la guitarra y tercera voz, crearon este célebre trío ya que el autor de Barlovento, Tardes de Naiguatá, El día que yo me case, y Camurí no pudo continuar.
En la década siguiente, los años cuarenta, nacería el Dúo Espín Guanipa, formado por los músicos César Espín y Ángel Guanipa.
El 15 de noviembre de 1943, en la sede de la Universidad Central de Venezuela entre las esquinas de Bolsa y San Francisco, el Orfeón Universitario ensaya por primera vez. Su director fundador Antonio Estévez se encarga de las sopranos y contraltos, Inocente Carreño de los tenores y Antonio Lauro de los barítonos y bajos.
Coros activos más antiguos de Venezuela
1. Orfeón Universitario de la Universidad Central de Venezuela (Primer ensayo 15 de noviembre de 1943 / Antonio Estévez).
2. Orfeón Universitario de la Universidad de Los Andes (Primer concierto el 5 de julio de 1944 / José Rafael Rivas).
3. Orfeón Universitario de la Universidad del Zulia (1946, primer concierto el 13 de julio de 1947 / Juan Badía)
4. Orfeón Universitario de la Universidad de Carabobo (4 de diciembre de 1958 / José María López)
5. Orfeón Régulo Rico (1959/Francisco Mujica Toro)
6. Coro Universitario de la Universidad Central de Venezuela Campus Maracay (1961 / Ugo Corsetti).
7. Coro Infantil Venezuela (1962 / Raúl Cabrera).
8. Orfeón Nueva Esparta (agosto 1962 / César Julio Villarroel)
9. Orfeón Carora (1963 / Juan Martínez Herrera).
10. Coral Falcón (1° de octubre de 1963 / Giuseppe Maiolino Conte)
11. Coral de la Universidad Católica Andrés Bello (1964 / Ángel Sauce)
12. Orfeón Juan Bautista Plaza del Pedagógico de Caracas (1964 / Ernesto Ortiz Sepúlveda)
13. Filarmónica Carabobo Federico Núñez Corona (8 de agosto de 1965 / Federico Núñez Corona)
14. Coral Rafael Suárez del Colegio de Abogados del Distrito Capital (1966 / Rafael Suárez)
15. Orfeón Universitario de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (agosto de 1966 / Omar Vásquez Sánchez)
16. Schola Cantorum de Venezuela (1967 / Alberto Grau).
17. Las Voces Blancas (1967 / Elisa Soteldo)
18. Madrigalistas de Aragua (1969 / Ugo Corsetti).
19. Coro de la Universidad de Oriente, núcleo Anzoátegui (1970 / Edgard Martínez)
20. Niños Cantores de Villa de Cura (noviembre de 1970 / Salvador Rodrigo).
21. Coral Sidor (1970 / Erasmo Bejas)
22. Coral del Banco Central de Venezuela (8 de agosto de 1972 / Vinicio Adames).
23. Orfeón Yaracuy (primer concierto 11 de octubre de 1975 / Pablo Ramírez)
24. Cantoría de Mérida (1975 / Rubén Rivas).
25. Coral Barinas (15 de enero de 1975 / Guillermo Ríos Sarmiento).
26. Coro de Voces Oscuras de la Universidad Central de Venezuela campus Maracay (1975 / Luis Emilio Rondón).
27. Coro de Conciertos de la Universidad Central de Venezuela (1975 / Teresa Jaén).
28. Niños Cantores del Zulia (18 de noviembre de 1975 / Domingo Roa Pérez).
29. Capella de Caracas (1975 / María Fernanda Pereda)
30. Coral de Padres y Maestros Emil Friedman (1976 / Emil Friedman y Elvia Friedman)
31. Coral del Táchira (1976/ José Antonio Rincón).
32. Coral Polifónica de la Universidad de Carabobo Núcleo Aragua (julio de 1976 / Sergio García).
33. Coral de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela (18 de octubre de 1976 / Efraín Arteaga)
34. Cantoría Universitaria Simón Bolívar (1977 / Gonzalo Peña).
35. Camerata de Caracas (1978 / Isabel Palacios)
36. Coral Mercantil (1978 / Isabel Palacios y Cruz Taylor Almao).
37. Orfeón del Ministerio del Poder Popular para la Educación (1979 / Nazyl Báez Finol).
38. Coro de Ópera Teresa Carreño (19 de septiembre de 1979 / Efraín Arteaga)
39. Coral Filarmónica Municipal Juan Guillermo Iribarren (28 de mayo de 1980 / Carlos Mendoza).
40. Coral de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela (15 de septiembre de 1980 / Roberto Ruiz Luigi)
41. Niños Cantores del Táchira (24 de julio de 1983 / Alix Teresa Durán de Rivas)
42. Coral Raúl Delgado Marín (1983 / Raúl Delgado Marín)
43. Quibure grupo vocal (1985 / Reinaldo Monascal)
44. Voces Claras de la Universidad Central de Venezuela, campus Maracay (1990 / Sara Peralta)
45. Cantarte Coro de Cámara (1991 / César Alejandro Carrillo)
46. Rapsodia Coro de Cámara (1995 / Guillermo Brazón)
47. Coro de Manos Blancas del Programa de Educación Especial del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela. (1995).
Si seguimos haciendo la lista llegaremos a dos de los coros más sólidos por la calidad de sus voces y la excelente dirección. Nos referimos al Coro Nacional Simón Bolívar del Sistema que dirige nuestra amiga Lourdes Sánchez y el Orfeón Libertador que conduce el maestro Jaime García y cuyo presidente es nuestro amigo Héctor Campos.
Al amparo de ese creciente y vigoroso movimiento coral, se desarrollaron grupos vocales de proyección popular de inmenso impacto en la cultura musical venezolana, como el Quinteto Contrapunto, que en diciembre de 2023 cumplirá 60 años de la grabación del primer disco y de su primer concierto; Los Cuñaos, Serenata Guayanesa, Quinto Criollo, Quinteto Cantaclaro, Vasallos del Sol, Voz Veis, Vocal Song, y Vocus, entre muchos otros.
Debemos mencionar también la Red Bolivariana de Coros Hugo Chávez; creada en el año 2013 por la iniciativa política y cultural de Roberto Ruiz Luigi, pionero de los directores corales activos de la Universidad Central de Venezuela; Graciela Gamboa, Jaime Arteaga, Oscar Margaret y Alí Ramón Rojas Olaya, militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Los coralistas y el canto coral
Los coralistas disfrutan de la música uniendo sus voces a través de muchos ejercicios y ensayos para hacerla plural; estas prácticas comunitarias resultan en un alto poder terapéutico porque el canto coral ofrece beneficios a nivel artístico, corporal, intelectual, social, emocional, espiritual y pedagógico, cuyos alcances van desde la edad inicial hasta el adulto mayor, transformando positivamente a las familias de los coralistas, estimulando la sensibilidad, fomentando la inclusión, el compañerismo, la cultura de la paz, la comunión, es decir, todo un proceso de democratización cultural donde el público que asiste a los conciertos, nutre su cultura, desarrolla un sentido estético y conoce la obra de los compositores, poetas y arreglistas en su diversidad.
El coro es una expresión musical de profundo contenido social por su espíritu colectivo de conciencia común y porque en él se fraguan valores como el compañerismo, la constancia, la responsabilidad, la solidaridad, el respeto, la tolerancia y amor al prójimo. El canto coral es la unión entre la música y el lenguaje; y a lo largo de la historia griega, estuvo vinculado al restablecimiento de la salud humana, a la influencia sobre la fertilidad, a la educación de la personalidad; y en la antigua Roma, Galeno, ya mostraba su convencimiento sobre el potencial del canto para contrarrestar los estados de tristeza.
Para el maestro Gonzalo Castellanos Yumar, “la música coral une a las razas, las ideologías, los signos; sean simbólicos o mitológicos o venidos de esa otra realidad que la palabra y sólo la palabra dice, protege y alberga”. Para este insigne maestro, “la mística que ha llevado a los directores de grupos corales a la indiscutible excelencia que muchos de ellos poseen; es merecida ampliamente por la calidad de nuestra música coral, por la altura y belleza con las cuales supieron tratarlas nuestros compositores del género, y por las excelencias también de la poesía que suele servirle de base y de inspiración”.
Honrar honra
En Venezuela, nos dice Conny Méndez, nuestras madres nos arrullan con el himno nacional, quizás esto explica la existencia de agrupaciones corales en iglesias, universidades, liceos, escuelas, simoncitos, urbanismos, ministerios, bancos, empresas privadas y estatales, clubes, teatros, institutos, superintendencias, municipios, asociaciones civiles, fundaciones, comunas, etc., lo que implica que cuando en los medios de comunicación hablan de que “hay que rescatar nuestra música”, los coralistas hacen caso omiso porque siempre la cantan y al hacerlo vigorizan nuestro proceso histórico, desarrollo social e identidad cultural.
El mayor acto de honor que nuestra ilustre Asamblea Nacional, en plena conciencia de que una revolución para que sea irreversible debe ser cultural, puede hacerle a los millones de coralistas de Venezuela es que eleve al sitial de honor cada 15 de julio para que éste sea de
Celebración del Día Nacional del Canto Coral.
Esta solicitud se gestó hace pocos años en el corazón de nuestro maestro merideño José Geraldo Arrieche e inmediatamente se hizo eco en nosotros y en todo el movimiento coral venezolano. Mi labor acá es sólo ser vocero de la voz colectiva de la conciencia cultural de nuestra Patria.
Camaradas, maestras y maestros, el poeta Mario Benedetti nos da argumentos de sobra que explican por qué cantamos: “cantamos por el niño y porque todo y porque algún futuro y porque el pueblo, cantamos porque los sobrevivientes y nuestros muertos quieren que cantemos, cantamos porque el grito no es bastante y no es bastante el llanto ni la bronca, cantamos porque creemos en la gente y porque venceremos la derrota, cantamos porque el sol nos reconoce y porque el campo huele a primavera y porque en este tallo en aquel fruto cada pregunta tiene su respuesta, cantamos porque llueve sobre el surco y somos militantes de la vida y porque no podemos ni queremos dejar que la canción se haga ceniza”.
Camaradas, maestras y maestros, a partir de hoy, cuando el calendario marque 15 de julio; cada coralista, cada orfeonista, cada coreuta dirá como Walt Whitman: “yo me celebro y me canto”. Cada cantora, cada cantor dirá como Amado Nervo: “Yo canto y las selvas de música están llenas y es arpa inmensa el florestal”. Jamás callará el canto plural, como dice el poeta Horacio Guarany, “porque si callara, callaría la vida; porque la vida misma es toda un canto; porque si callara, morirían de espanto la esperanza, la luz y la alegría”. A partir de hoy, cada 15 de julio los poderes creadores del pueblo celebrarán a capella, lanzaráncon orgullo al viento pentagramas de canto y llevarán a cada rincón del mundo donde haya guerra su canto infinito de paz.
Muchas gracias
Alí Ramón Rojas Olaya
Cronista Adjunto de Caracas, subdirector de la Escuela de Formación Integral Carlos Escarrá Malavé de la Asamblea Nacional y miembro del Orfeón Universitario de la UCV desde 1992.
Caracas, 7 de junio de 2023.