Las y los revolucionarios, levantamos la bandera del luto por los caídos sin parar la marcha, derrotando enemigos, abriendo caminos; y aunque la lucha no deja espacio a la tristeza, cada lagrima derramada la vamos sumando al caudal de la marea de pueblos libres que vence imperios, doblega al opresor y construye patrias.
Eso nos enseñó el Comandante Chávez, y por ello, no hay lucha en el mundo donde no se invoque su legado. Por supuesto que la nostalgia nos toma por asalto, aunque paradójicamente, basta recordarlo para ratificar nuestro empeño; pues él lleva las riendas de la revolución y corrige el rumbo ante la dialéctica realidad con su palabra certera, y el arsenal de hazañas tangibles y poéticas que nos legó como arma para el combate.
Han pasado 10 años, desde aquel día infausto cuando Hugo Rafael Chávez Frías sintetizó con su partida a otro plano de la existencia, y su heroico accionar, las luchas de todo un pueblo para gritarle al mundo que Venezuela es libre; que sus hijos e hijas somos rebeldes y por ello nunca rehuimos el combate.
En ese marco referencial, siempre entramos con solemnidad al recinto reflexivo gritando al universo “Chávez Vive y la Patria Sigue”, y allí está él, con su boina roja, el brazalete tricolor y la inocencia a cuestas; como quien lleva una encomienda de cristal sobre sus hombros, al trote, entre piedras incandescentes.
Por eso, quienes apostaron a su desaparición, se siguen consumiéndo en las cloacas de la historia, pues a ellos: la derecha maltrecha, cipaya y servil, se les olvida que Chávez surgió cual faro en las tinieblas neoliberales; cuando la izquierda había quedado huérfana y la ideología del Fin de la Historia secuestraba la conciencia social con voracidad.
Eran tiempos de bacanales infaustos, orgías, barraganas sin orgasmos, que ofendían a todo un país; con gobiernos cargados de ignominia y otros desmanes; donde los gobernantes de turno servían de mancebos a la pretendida clase dominante y sus desgracias.
Chávez nos despertó a la 1:00 am del 4F, esa noche, cuando por mandato de la vida se escurrió entre las sombras para ofrendar sus respiros al sueño bolivariano y tocar las puertas de cada venezolano; sin más palabra que la acción que nos dijo: ¡O coges un fusil y disparas o sales a las calles a organizar al pueblo! Pues ¡llego la hora, es hoy o nunca! Pueblo y fuerza armada se funden en un solo cuerpo.
Así, él reanimo la lucha por un mundo mejor, reconfiguro la unidad táctica y estratégica de todo el pueblo, sentó las bases sustantivas de la Democracia Participativa y Protagónica; e inicio la construcción del Poder Popular.
Por ello Chávez está presente en el mundo, con nuevos enfoques para enfrentar viejos modelos. Está vivo, pues se ha encarnado en cada bloque de poder que se va configurando para la construcción de un nuevo orden internacional.
Nos legó la Venezuela Bolivariana y Chavista, la ineludible tarea de la unidad de la América Latino Caribeña y el compromiso con la historia de presente continuo que nos marca el compás en la marcha.
El 5 de marzo de 2013 se inició una nueva época, el chavismo se hizo carne, y el pueblo asumió la tarea de continuar la lucha con la disciplina que demanda la batalla, comprometidos con la unidad para dar la pelea y edificar las victorias.
Chávez está en cada chavista, porque todos somos Chávez en acción; y bajo el mando del Presidente Pueblo Nicolás Maduro Moros, la unidad cívico militar de los patriotas y el partido PSUV, su vicepresidente Diosdado Cabello Rondón, y cada jefe de calle, Ubch y el poder popular organizado; continuamos la lucha.
“Chávez no es una persona física, es una cultura, es un sendero para salvar a la humanidad” (Mahmud Ahmadineyad)