La historia de la humanidad, desde sus albores hasta hoy, estuvo, está, plagada de conflictos a cual más violento, por la apropiación de recursos naturales. Estos recursos naturales, con los avances de la tecnología, de la ciencia, se convirtieron en generadores de más riqueza, de bienes muy apetecibles.
América, por ejemplo, en tiempos que los europeos se liberaban del dominio musulmán, fue un surtidor permanente, por siglos, de oro y plata.
Los expertos aseguran que el actual capitalismo, inhumano, irracional; tiene su origen en esa invasión, en esa sangría minera, obtenida con, quizá el mayor genocidio de la historia mundial, producido contra nuestros antepasados.
El oro se convirtió en el mineral más preciado, y sobre el cual giraba la economía. Su acumulación hizo que países tradicionalmente periféricos, secundarios, como España y Portugal, ocuparan lugares preponderantes en el concierto de las naciones del Viejo Continente. Ello, amparado con la influencia de la Iglesia Católica; de sus jerarcas.
Los años pasaron, la revolución industrial cambió los modos de producción, y, aunque el oro siguió siendo un mineral codiciado, había que obtener otros elementos para acumular riquezas. Entonces se valoró el carbón para poner en marcha las máquinas.
Así, sucesivamente, variaron los recursos requeridos. Por ejemplo, en Sudamérica se gestó una guerra, promovida por la corona inglesa, por el guano y el salitre entre Chile, Bolivia y Perú, en 1879. Como consecuencia de ella, Bolivia quedó sin salida al mar.
No es un secreto que bananeras y petroleras han ocasionado guerras y conflictos en todo el planeta. ¿Por qué? Por apoderarse de recursos preciados. Hoy, con los avances de la tecnología, el cambio en las relaciones internacionales, los conflictos, la forma de apoderarse de recursos varía.
Los Estados, sus estrategas, idean formas de lograr esos objetivos. Deben medir el impacto de sus acciones, la sustentabilidad de lo que intentan obtener, las posibilidades reales de hacerlo; el grado de hostilidad internacional, de alianzas, del contexto global.
Así las cosas, un punto álgido en la disputa de las superpotencias son los minerales estratégicos, las llamadas tierras raras.
Aquí, parece que la República Popular de China estaría sacando ventaja. A comienzos de año supimos que la empresa China Natural Resources firmó un acuerdo con los grupos Feishang Group Limited y Top Pacific para comprar Williams Minerals Ltd, dueña del permiso para explotar litio en Zimbabue.
Esto permitiría a China Natural Resources adquirir indirectamente todas las participaciones en Williams Minerals en el segundo trimestre de este año fiscal.
Similar movimiento estratégico han tenido en Namibia, entre otros países africanos. No sólo con el litio, también trabajan con cobalto y níquel, importantes para las baterías en vehículos eléctricos e híbridos.
Pero volviendo a Zimbabue, en septiembre de 2022 su gobierno aprobó una propuesta de inversiones chinas por 2.830 millones de dólares, la iniciativa es para desarrollar un parque donde se procesará litio, platino y níquel.
Todo esto, evidentemente, preocupa a sus adversarios occidentales o pro occidentales. Recientemente, la agencia de noticias Reuters informaba como el gobierno australiano impidió que Yuxiao Fund, uno de los mayores productores pesados de tierras raras, incrementara su participación en el mercado australiano. La razón: motivo de interés nacional.
Según el portal europeo politico.com, China controla el 65% de la capacidad mundial de procesamiento y refinación de litio.
Rystand Energy, afirma que el acceso de China a los depósitos de litio representa menos del 25% mundial. Aunque eso podría variar prontamente con nuevos contratos firmados con Bolivia. De hecho, el portal de Bloomberg afirma que, al promediar la presente década, China incrementará su participación a un tercio del suministro mundial.
Ante ese panorama, la Casa Blanca le intenta arrebatar el control de suministros de baterías para automóviles eléctricos, sobre todo en el flujo de minerales claves como cobalto y cobre. Por eso Washington intenta acuerdos con Zambia y el Congo.
Políticaexterior.com, un importante portal especializado en estos temas, publicó que “las tierras raras son clave para la transición energética. China ha creado una empresa estatal que controla entre el 30 y el 40% de la oferta mundial de estos materiales. La diversificación y la resistencia de las cadenas de suministro son necesarias para seguir el ritmo de la transición verde”.
Enfatiza que el mundo necesita más tierras raras, que estos metales se utilizan en tecnologías de transición energética como los vehículos eléctricos y las turbinas eólicas. También se usan en la mayoría de los aparatos electrónicos contemporáneos y en algunas aplicaciones de defensa.
Pero aquí hay un dato crucial, en las próximas décadas la demanda de tierras raras aumentará entre 2 y 8 veces.
Voceros del Departamento de Defensa estadounidense comentaron que el sector de los materiales críticos es un “microcosmos de las fuerzas geopolíticas y geocompetitivas que dan forma al siglo XXI”.
Y la preocupación es válida, si bien Estados Unidos fortaleció la producción nacional de minerales, de tierras raras, sigue dependiendo de China, especialmente en el procesamiento. Además, carecen de una cadena de suministro independiente.
A propósito, en la primera década del siglo actual, China restringió la venta de tierras raras. Más adelante, en 2010, prohibió la exportación a Japón.
Volviendo a lo dicho, en políticaexterior.com señalan que China lleva tres décadas suministrando tierras raras al mundo. La investigación y el desarrollo logrado aumentado la eficiencia y el rendimiento de la extracción y el procesamiento de estos materiales.
Allí, China Rare Earth Group desempeña un papel crucial. Es el resultado de la fusión de tres grandes conglomerados mineros y dos institutos de investigación.
Con este grupo, China se asegura el control de tierras raras pesadas y medias. En opinión de Política Exterior, es casi un hecho que la fusión afiance la posición dominante de China en el mercado mundial, especialmente en el posprocesamiento.
“No podemos permitir que países como China usen su posición de mercado en materias primas, tecnologías o productos clave para perturbar nuestra economía o ejercer una influencia geopolítica”, ha explicado la secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen.
Pero, ¿qué son los minerales críticos? Para empezar, la definición varía según el país o región. Lo central es que se definen por su necesidad, su criticidad para obtenerlos, la importancia para el desarrollo de industrias o sectores estratégicos de un país.
Por ejemplo, según la última actualización, Estados Unidos estima en 50 los minerales críticos. Entre ellos están: zinc, litio, magnesio, manganeso, níquel, platino, cobalto, aluminio y grafito. Aquí otro detalle interesante que preocupa a la Casa Blanca; de su listado de minerales críticos, depende dramáticamente de 14
La Unión Europea incluye 30 minerales, destacándose: fósforo, carbón metalúrgico, silicio, estroncio y fosfatos, pero excluye estaño, zinc, níquel, y manganeso.
Por su parte, China incluye 28; algunos no clasificados por Estados Unidos y Europa; como el hierro, cobre y oro.
Es bueno también aclarar que las llamadas tierras raras, en si no son tierras, son un grupo de 17 elementos químicos entre los que tenemos: escandio, itrio, y lantánidos. La trascendencia radica en su utilidad para la industria tecnológica actual y la que se avecina.
Son vitales para elaborar coches eléctricos, instrumental astronómico, láseres o sensores, entre otras cosas. Además, se usan en la industria militar moderna.
Ante el actual panorama, el diario Global Times, con respaldo del Partido Comunista Chino, publicó que «la razón por la que China disfruta de una posición global dominante no es la gran reserva, sino la capacidad de extraer, separar y regenerar, así como una cadena industrial completa para producir derivados”.
Otro actor importante en el actual tablero geopolítico mundial: Irán, anunció el hallazgo de un gran yacimiento de litio.
«Por primera vez en Irán, fue descubierta una reserva de litio en Hamadan, en el oeste del país… Esta reserva se estimó en 8,5 millones de toneladas», expresaron las autoridades persas.
De acuerdo al último informe difundido en 2022 por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS); se han identificado 89 millones de toneladas de litio en el mundo. Los principales productores son Australia, Chile, Argentina y China. Aunque es posible que con nuevos descubrimientos en Afganistán y Perú, la cifra se modifique.
En medio del entramado geopolítico global, la guerra tecnológica también tiene otras batallas. The Japan Times publicó que, mientras EEUU y los Países Bajos continúan sus restricciones a las exportaciones de semiconductores y los equipos para fabricarlos; las empresas chinas escalan puestos en la lista de las que más gastan del mundo en investigación y desarrollo. “Esto podría significar que pronto no necesitarán la tecnología de Occidente”, indicó el medio.
«La última vez que se elaboró una de estas listas, hace cinco años, el fabricante de infraestructuras y dispositivos móviles, Huawei Investment & Holding, ocupaba el sexto lugar detrás de Microsoft… Era la única empresa china entre las 25 primeras del mundo. Se le unieron ByteDance, propietaria de TikTok, Tencent Holdings, propietaria de WeChat y gigante de juegos, así como Alibaba Group Holding, proveedor de comercio electrónico, pagos y computación en la nube», señaló el informe.
De acuerdo a la publicación, las empresas chinas invierten muchos recursos en investigaciones, pero no suelen detallarlas ni informar de ellas.
El canal Negocios TV informó el viernes 5 de mayo, que pese a las restricciones y vetos de Washington, China desarrollaba la inteligencia artificial a pasos acelerados.
Parece ser que en este aspecto de la llamada nueva «Guerra Fría», China, soportada por los BRICS, y los países que pretenden incorporarse al bloque, también le están sacando ventaja al G7.