Escenas de gente de la derecha en su salsa
Duque se va a la FIFA
La meritocracia de las burguesías mundiales parece que estuviera al revés: cuando un presidente desarrolla un gobierno particularmente malo, lo premian con algún cargo internacional o un puesto honorario.
Pero no es que la meritocracia esté invertida, sino que mientras peor sea el gobierno para la mayoría, mejor suele ser para los intereses de las élites capitalistas. Por eso es que los galardonan.
Un caso reciente es el del nefasto colombiano Iván Duque, que salió abucheado y repudiado por un altísimo porcentaje de la población de su país, con un largo expediente de violaciones a los derechos humanos y ha sido designado directivo de un organismo dependiente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).
No es que descuadre, en realidad, pues la FIFA es una mafia, una cueva de “ladrones e ignorantes que le han hecho mucho daño al fútbol”, como bien la definió Diego Armando Maradona. Así que Duque se va a sentir como en su casa. Pero es denigrante que los ricachones del planeta ensalcen así a un inepto mandatario cuyo único logro fue socavar el proceso de paz que venía en marcha.
López se vende como criptoexperto
Los dirigentes de la derecha, en especial los hijos de papá y mamá, suelen reinventarse de formas que podrían incluso considerarse divertidas.
Tal es el caso de Leopoldo López, quien ha iniciado una gira europea como experto en criptomonedas, una especialidad que nadie le conoce y que no se sabe cómo adquirió, a menos que haya estudiado el tema mientras estuvo preso en Ramo Verde o durante el tiempo en que, generosamente, el Estado venezolano le permitió pagar su pena en arresto domiciliario.
Las especialidades que sí se le conocen a López no tienen nada que ver con el ámbito de las cripto. Es un fascista que encabezó los disturbios violentos de 2014 y luego, desde prisión, dirigió los de 2017. Es un prófugo de la justicia venezolana que intentó tomar el poder mediante un golpe de Estado en abril de 2019. Es el jefe de Juan Guaidó, el supuesto presidente interino de Venezuela y como tal, ha robado a manos llenas las empresas y activos del país en el exterior.
El nombre de López aparece a cada rato en las denuncias de corrupción, en especial las referidas a las temibles andanzas del llamado G-4, pero también de casos anteriores, que han comenzado a aflorar. En fin, que debe ser un tremendo conferencista, sobre todo para los que quieren aprender maneras de llevar una vida de ricos y famosos sin trabajar ni hacer nada útil. Los promotores serios de las criptomonedas deberían protestar por semejante agravio.
El banquero Herrera Velutini canta para el FBI
Un individuo vinculado a López, a Guaidó y a notables familias de la alcurnia venezolana, el banquero Julio Herrera-Velutini, conocido con el remoquete de “Julito”, acaba de entregarse al Buró Federal de Investigaciones (el FBI de Estados Unidos), cuerpo que lo investiga por el presunto delito de sobornar a la exgobernadora de Puerto Rico Wanda Vázquez.
Este respingado caballero había huido de Venezuela luego de quebrar dos bancos, cargos por los que nunca ha respondido. En Reino Unido, donde fijó su residencia, no solo lo recibieron, sino que también le permitieron tener su propio banco, denominado Britannia, tal vez por ser contribuyente generoso del Partido Conservador.
Herrera-Velutini es uno de los tantos buitres que están a la espera de próximas decisiones judiciales y ejecutivas de las autoridades británicas para caerle encima a las 31 toneladas de oro que el Banco de Inglaterra birló al Estado venezolano, en complicidad con López, Guaidó y el resto de la pandilla.
La mano de los tribunales o de la policía venezolana nunca lo alcanzó porque hizo lo que todos: se declaró perseguido político. Pero la garra del FBI sí lo ha aprisionado. Veremos cómo sale librado, pero es posible que también se salve, ya que tiene una fortuna estimada en 1.800 millones de dólares, lo que garantiza que tendrá buenos abogados.
Roig: la felicidad burlona del empresariado
El político y empresario Jorge Roig, antaño diputado del partido obrerista Causa R y luego presidente de Fedecámaras, declaró muerta y enterrada la Revolución Bolivariana y lo hizo con una actitud jacarandosa, durante una entrevista en video.
“De la revolución socialista ya no queda nada, por el amor de dios. De las expropiaciones de tierra en la revolución de Chávez se pasó a la devolución de tierras; de los controles de precios, a una liberación salvaje; de odiar al dólar, a que sea la moneda de Venezuela; esto del socialismo del siglo XXI era una farsa”, dijo Roig con la sonrisa burlona de quien se siente feliz, aunque sepa que esos cambios se han registrado gracias a la guerra económica del sector empresarial del que él forma parte y a las brutales presiones externas.
Bueno, al menos ríe, aunque sea sardónicamente, porque en general, los líderes empresariales (tal como lo dijo hace muchos años el entonces presidente Luis Herrera Campíns) son puros llorones.