Acontecimientos del vecindario repercuten en el debate interno
La popularidad de la derecha troglodita
El resultado de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias (PASO) de Argentina, antesala de las presidenciales de octubre, muestran una realidad muy preocupante: la ultraderecha más troglodita tiende a imponerse con el respaldo de quienes van a ser sus víctimas más directas: los sectores populares.
La victoria del fascista Javier Milei con una considerable ventaja no tendría por qué atemorizar a nadie, pues se trata de un proceso claramente democrático. Lo que genera angustia es constatar que este candidato ha prometido, en dos platos, desmontar el Estado argentino y dejar a los más pobres a merced del supuestamente “libre mercado”. Pese a tan grave amenaza, Milei tiene mucho apoyo en el electorado.
Las lecturas de los analistas indican que estamos en el preludio de un peligroso salto al vacío, que se produce como consecuencia de las perniciosas campañas mediáticas de corte rabiosamente anticomunista, antisocialista y, en este caso específico, antiperonista. Si Milei llega a la presidencia y comienza a cumplir sus insólitas promesas, pronto Argentina se constituirá en el experimento vivo del ultraneoliberalismo, sin salud ni educación pública, sin derechos laborales ni jubilaciones, sin estructuras estatales de protección de los derechos de los más vulnerables. Una perspectiva aterradora, en especial para quienes se están poniendo, ellos mismos, la soga al cuello.
La violencia se apodera de Ecuador
Los recientes acontecimientos de Ecuador, en la recta final de las sobrevenidas elecciones presidenciales, demuestran cuán grave ha sido el deterioro de este país desde que cayó —merced a una traición histórica— en las garras de la derecha.
En una campaña signada por la violencia, se produjo el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, quien había denunciado amenazas por parte de organizaciones del narcotráfico.
Posteriormente, fue ultimado Pedro Briones, ficha del partido de la Revolución Ciudadana, que lidera el expresidente Rafael Correa, en la provincia de Esmeraldas.
La ola de violencia comenzó durante la administración del felón Lenin Moreno y se ha agravado bajo el gobierno del banquero Guillermo Lasso, cuyo mandato se ha acortado debido a la incapacidad manifiesta para manejar el país, que generó la convocatoria anticipada de comicios presidenciales.
Se fue el último secuaz del Grupo de Lima
Con la juramentación del nuevo presidente de Paraguay, Santiago Peña finalizó el mandato de Mario Abdo Benítez, el único de los secuaces del finado Grupo de Lima que aún estaba en funciones.
Peña, siendo aún candidato, anunció que restablecería las relaciones bilaterales con el gobierno de Nicolás Maduro, suspendidas por Abdo, participante destacado de la operación de cambio de régimen que intentó Donald Trump en Venezuela.
Abdo estuvo incluso en la ciudad de Cúcuta, en febrero de 2019, aupando la fallida “invasión humanitaria” contra Venezuela; y respaldando el supuesto gobierno interino de Juan Guaidó.
Sacó provecho de ese acto político porque logró que el falso gobernante condonara írritamente la deuda que tiene Paraguay con Petróleos de Venezuela, uno de los tantos negocios que Guaidó y sus compinches ejecutaron al amparo de Estados Unidos y de los países que se sumaron a la comparsa.
La prensa paraguaya, rabiosamente derechista, ha presionado hasta el cansancio al nuevo presidente para que mantenga la línea de su predecesor respecto a Venezuela, pero Peña ha sido claro en que restablecerá las relaciones con el único gobierno legítimo de Venezuela, el de Nicolás Maduro.
Miami siendo Miami (y EE.UU. siendo EE.UU.)
El cuadro internacional de la semana anterior se completó con un episodio realmente vergonzoso, demostrativo de las características muy peculiares de Miami, como epicentro de las excrecencias de las sociedades cubana y venezolana en Estados Unidos. Fue la designación del 12 de agosto como Día de Juan Guaidó, por la alcaldía de la referida ciudad del estado de Florida.
En el acto se le hizo entrega de las llaves de la ciudad y hubo varios discursos acerca de la relevante personalidad y el notable liderazgo del exdiputado venezolano que se autojuramentó como presidente de la República en una plaza de Caracas. Saque usted la cuenta.
“Debes saber que tus dueños, a quienes cromabas las bolas a cambio de 30 monedas, ya te dieron la correspondiente patada en el trasero (al menos es lo que nos dicen) y ya no eres más que un bagazo a quien dedicarle un ridículo día”, dijo el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez.
En paralelo a esta escena de Miami siendo Miami, también pudimos ver a Estados Unidos siendo Estados Unidos, en situaciones mucho más serias. Por ejemplo, en el estado de Hawái, enclave casi colonial estadounidense en el Pacífico, se produjo una horrible tragedia por causa de los incendios forestales. Cuando los reporteros le preguntaron al presidente Joe Biden qué estaba haciendo el gobierno federal para ayudar a los damnificados, el senil mandatario esbozó una sonrisa y dijo “sin comentarios”.
Y, en otro gesto muy estadounidense, el Buró Federal de Investigaciones mató a tiros a un ciudadano de Utah que había proferido amenazas por redes sociales en contra de Biden.
Nota: es el mismo país que considera “perseguidos” o “presos políticos” a los implicados en el intento de magnicidio perpetrado contra el presidente Maduro. Doble rasero, le dicen a eso.