Por: Willmer Poleo
La oposición reaccionaria ha venido alimentando desde hace varios años un odio implacable, despiadado y cruel entre sus seguidores contra todo aquello que huela a chavismo. Este odio se ha inoculado en las mentes y se ha ido macerando con el paso del tiempo. Hoy se recogen los frutos. Era como un plan a largo plazo. Es este odio macerado el que permite a opositores, muchos de los cuales se dicen católicos y se atreven a acuñar la frase “que Dios me perdone”, a celebrar y regodearse con cualquier tragedia que rodee a alguna persona vinculada al chavismo; es este odio el que no hace ver ninguna de las cosas buenas que se han hecho en estas dos últimas décadas; es este odio macerado el que llevó en 2014 y en la actualidad a grupos radicales a destrozar el Metro, los metrobuses, escuelas, universidades, semáforos, a colocar guayas asesinas, disparar o arrojarles botellas congeladas, de manera indiscriminada a agentes policiales o simplemente contra personas afectas a la revolución; es este odio el que estimula los insultos y agresiones contra familiares de chavistas en el exterior; o a publicar las fotos o las direcciones de simpatizantes del oficialismo con la clara intención de que sean hostigados y hasta agredidos o asesinados en sus barrios o urbanizaciones.
En días pasados hostigaron a la hija del alcalde Jorge Rodríguez, quien se encuentra estudiando en Australia. Fue un hecho abominable, bochornoso, repugnante. Al respecto, el alcalde escribió: “Tanto odio ¿de qué les sirve? ¿De qué les ha servido? ¿Para qué les ha servido tanto odio? ¿De qué le sirve a la señora Déborah Golber Solomovit tanto odio, si Lucía va a seguir siendo el ser humano puro y bello que es? ¿Y usted? Usted ya está pagando su condena, señora Golber Solomovit, la condena que significa que usted esté actuando exactamente igual como actuaron los asesinos de sus abuelos y de sus abuelas en la Alemania nazi, esa es una condena para toda la vida, ese odio la va a acompañar a usted toda la vida como una costra. Aquí respetamos a los hijos de las representantes de la derecha, ellos no son sujetos, no ya de la política, muchísimo menos del odio, tienen derecho a que sus rostros no sean mostrados”. Sabia reflexión del alcalde Rodríguez. Ciertamente esa conducta enfermiza y cuasiasesina de algunos sectores vinculados con la derecha nunca (NUNCA) fueron practicados por los militantes de la izquierda.
Ojo pelao. Productores tachirenses decidieron parar sus viajes a más de 200 ciudades del país en donde distribuían al mes unas 400 mil toneladas de hortalizas, frutas, verduras y otros rubros, debido -aseguran ellos- a la inseguridad que reina en las vías. Daniel Aguilar, presidente de Fedecámaras Táchira, dijo que la decisión de las agropecuarias de la entidad andina obedece a los reiterados casos de secuestro de camiones, robos de mercancías, así como a los excesivos controles en las alcabalas.
Creo que el Ministerio del Interior debería meterle el ojo a esta denuncia y ofrecerle un plan de resguardo y seguridad a estos transportistas, así sea con el Ejército, ya que luce muy sospechosa esta decisión de los productores tachirenses, y más en los momentos de apremio que vive la República, sobre todo cuando el gremio ganadero de la región anda al parecer en la misma onda. Hay que quitarles las excusas. Si quieren conspirar, por lo menos que asuman las consecuencias.