Por: Luis Delgado Arria
1. Transformación digital acelerada: En los próximos diez años se espera que la región de América Latina y el Caribe experimente una transformación material digital, significativamente impulsada por la inteligencia artificial (IA), la computación en la nube y la automatización y robotización de procesos. La adopción de IA generativa y la colaboración multiagente optimizarán procesos en sectores tales como manufactura, educación y servicios financieros, fomentando un crecimiento económico sostenido en los países y sectores más preparados y conscientes del enorme impacto de esta revolución de los medios de producción. La capacidad que muestren nuestros Estados, sectores industriales y comerciales y asimismo, el poder popular organizado serán factores cruciales para acompañar o desaprovechar estas importantes transformaciones ya en pleno auge.
2. Aumento de la conectividad: La implementación de redes 5G transformará la conectividad en buena parte de la región, facilitando el desarrollo de ciudades inteligentes, gestión en tiempo real de los gobiernos nacionales y locales y el Internet de las Cosas (IoT). Se proyecta que el despliegue de 5G generará una contribución económica de aproximadamente $90.000 millones en la región para 2030. Pero este crecimiento se aprovechará fundamentalmente en países y regiones industrializados, con internet 5G, con masa trabajadora joven preparada y con fuerte estabilidad social, económica, financiera, eléctrica y política.
3. Desigualdad digital: A pesar del avance tecnológico, la brecha digital entre diversos Estados, regiones y municipios podría ampliarse, afectando de manera desproporcionada a los Estados, comunidades y personas más vulnerables. La falta de acceso a tecnologías avanzadas ha demostrado tener la potencialidad de acentuar y perpetuar desigualdades sociales y económicas, lo que a su vez podría generar mayores tensiones sociales, conflictos y climas de desestabilización.
4. Ciberseguridad y resiliencia: Aparejado al aumento de la digitalización de procesos, tanto en el sector privado como en el público, la ciberseguridad se convertirá cada vez más en una prioridad crítica. Las organizaciones y gobiernos están y se verán cada vez más forzados a implementar estrategias y plataformas muy robustas para protegerse contra distintas modalidades de amenazas y estafas cibernéticas, lo que impactará en la estabilidad política y la confianza social y empresarial.
5. Sostenibilidad como imperativo: La integración de tecnologías sostenibles será esencial para abordar los desafíos ambientales. Se prevé que un 40% de las principales empresas industriales en la región establecerán equipos dedicados a sostenibilidad para 2025, lo que podría contribuir a una concordia social más duradera al abordar preocupaciones, riesgos e impactos medioambientales.
6. Transformación de las dinámicas laborales: La automatización y la hiperautomatización transformarán drásticamente el mercado laboral, creando nuevas oportunidades pero también desplazando millones de empleos y oficios tradicionales. Este fenómeno podría generar graves tensiones laborales y nuevos fenómenos migratorios si no se implementan políticas adecuadas de formación, investigación y desarrollo, reentrenamiento, adaptación y creación endógena de nuevos empleos masivos.
7. Nuevas formas de participación ciudadana: Las tecnologías digitales impondrán cada vez más novedosas formas de relación social, participación política y alergia a la vida en comunidad, permitiendo a los ciudadanos involucrarse más activamente en procesos sinérgicos y democráticos pero también en organizaciones extremistas, delincuenciales y terroristas. Es previsible que este clima narciso digital, antiintelectual y lumpen escapista pueda profundizar la polarización social y política y que sea instrumentalizado desde diversas plataformas digitales proimperialistas para difundir desinformación, azuzar revoluciones de colores y propiciar Estados fallidos.
8. Impacto en la formación y la educación: La formación instrumental pero también la educación informal y formal se transformará con base en la generalización de plataformas y aplicaciones digitales que mejorarán el acceso al entrenamiento mucho más que a la producción de nuevo conocimiento pertinente a los intereses de nuestros pueblos. Sin embargo, el éxito o fracaso de la gestión educativa, formativa y de acceso a buenos puestos de trabajo sustentables y a emprendimientos productivos dependerá cada vez más de políticas inclusivas estatales que aseguren que todos o al menos una mayoría de los sectores de la población puedan beneficiarse. La actual tendencia hiperproteccionista de Estados Unidos y de la Unión Europea es previsible que se acentúe durante las próximas décadas, generando millones de desplazados laborales entre sus propios ciudadanos pero sobre todo excluyendo radicalmente a aquellos trabajadores del Sur Mundial que se encuentren en su territorio en condiciones de «ilegalidad».
9. Reconfiguración geopolítica: La revolución tecnológica digital y la insustentabilidad económica capitalista neoliberal, influirán drásticamente en las relaciones y tensiones internacionales, no solamente; pero sí especialmente entre países del norte global y del sur global. La cooperación política, científica, tecnológica, educativa, y laboral entre naciones emergentes; podría fortalecer alianzas estratégicas y promover un equilibrio geopolítico más favorable para América Latina; pero esta agenda hoy dista mucho de estar entre las prioridades de la mayoría de nuestros gobiernos y Estados.
10. Paz y cohesión social: Finalmente, los efectos combinados de estas tendencias hipertecnológicas podrían contribuir a una mayor paz social; en caso de entenderse y gestionarse adecuadamente. Sin embargo, la creciente profundización de las desigualdades y la balcanización geopolítica de la región entre tendencias extremistas libertarias, tendencias «progresistas» revisionistas y tendencias revolucionarias; pero económica, científica y tecnológicamente bloqueadas por la guerra imperialista de sanciones contra Cuba, Venezuela, Nicaragua; y ahora parece que también contra Honduras, México y Haití; nos mueve a pensar que la revolución productiva digital puede acarrear graves dinámicas de conflictividad social y política en nuestra región.
Conclusión: Propiciar que todos los Estados y grupos sociales de Nuestra América tengan acceso a las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la comunicación, la información, la nueva cultura, y la nueva ciencia y tecnología; a fin de evitar conflictos próximos o futuros, es hoy una utopía que se torna distopía con el revival de un neonazifascismo occidental cada vez más disfrazado de populismo histriónico, nuestra balcanización geopolítica de fondo ideológico, el proteccionismo de trasnacionales y el izquierdismo woke que nos fractura incluso en nuestras relaciones familiares, de pareja, de comunidades, de partidos políticos, de gobiernos progresistas y de tránsito a diversos ensayos de socialismo.