Son evidentes las tácticas de guerra -Fourth Generation Warfare- utilizadas por los agentes del imperio para suprimir el Gobierno revolucionario de Venezuela. La manipulación mediática es evidente y mortal.
Desde nuestras trincheras de lucha hemos logrado contrarrestar la doctrina de guerra del enemigo. Estamos a la defensiva, resistiendo, aprendiendo, calculando el momento adecuado para atacar.
Se ha entendido en nuestras filas que la guerra de “baja intensidad” no es mito, ni un aporte teórico alejado de la realidad. Es un hecho del que somos víctimas directas de una guerra sucia, a la cual se han unido varios países de nuestro hemisferio.
No es casualidad que los gobiernos de Colombia y Perú sean elementos predecible que se enfrentan a nosotros directamente: ellos aún creen que son dueños de Latinoamérica, perjuran que por su sangre todavía corre la esencia de los representantes de los Virreinatos de los tiempos pasados. ¡Pendejos!
La tarea inmediata que tenemos como Guerrilleros de la Comunicación es reprogramar a los alienados de nuestra patria. Meternos en sus cerebros, borrarle la mierda que los gringos le metieron, programarlos a favor de nuestras causas…método único para destruir desde adentro los instrumentos de dominación de los representantes del imperio.
El internet y todas sus plataformas informativas, junto a las redes sociales, forman las nuevas armas de los soldados. Nosotros como guerrilleros, debemos atacar con golpes certeros, adueñándonos del territorio a subvertir progresivamente; es decir, lo que propongo es pasar de la defensiva –exitosa por cierto- a la ofensiva total.