Del 18 al 21 de abril de 2024, el Orfeón Universitario de la Universidad Central de Venezuela, Patrimonio Artístico de la Nación, recibió en Caracas a las agrupaciones corales que fueron sus anfitrionas en las giras nacionales realizadas desde el año pasado por esta octogenaria voz plural, enalteciendo valores de reciprocidad, reconocimiento y gratitud.
El auditorio de la Escuela de Enfermería de la UCV en Sebucán, el museo José Gregorio Hernández en La Pastora y cuatro templos caraqueños: la catedral de Caracas y las iglesias La Sagrada Familia en La Tahona, San José de Chacao y Santo Tomás Apóstol en La Trinidad, fueron testigos de la altísima calidad vocal e interpretativa de seis de los mejores coros del país.
El Coro de Voces Oscuras de Maracay que dirige el maestro César Liendo; los Niños Cantores de Nirgua, estado Yaracuy, bajo la égida de la maestra Katherine Tejera y el maestro fundador Ángel Caro; Audite coro de cámara, de Valencia, estado Carabobo, bajo la conducción de su maestra fundadora Rosángela Guzmán y el joven director Jesús Castro; el coro femenino Canticum Merú, de Ciudad Guayana, bajo la tutela de la maestra Irma “Conchita” Iorio y el Polifónico Adelis Freites, de Barquisimeto, estado Lara, dirigido por la maestra Imelda Freites, fueron los invitados de lujo de los loros de Pizani, quienes cerraron el encuentro coral con un concierto memorable en el recinto para la formación de enfermeras de la casa que vence la sombra dirigido por la profesora de canto Joselín Ledezma y el director titular Raúl López Moreno.
El busto del Libertador Simón Bolívar esculpido por el artista Guillermo Pinto en la sede ucevista de Sebucán y la escultura del médico y profesor universitario de la UCV, José Gregorio Hernández, en el museo homónimo entre las esquinas San Andrés y Desbarrancados en La Pastora, dieron la bienvenida a los coralistas, actores de primer orden de uno de los encuentros corales que ocuparán un sitial de honor en el Olimpo de la polifonía identitaria.
La alegría se transformó en llanto, el canto en afecto, la polifonía en sorpresa, el compartir en comunión, la gira en magia, el balance en albricias. Escuchar nuestra música como producción intelectual de la escuela nacionalista y de madrigales y canciones corales, herencia de la obra de Vicente Emilio Sojo en la Escuela de Música José Ángel Lamas, escuchar el repertorio latinoamericano, espiritual, motetes del renacimiento europeo, el epítome ruso, canciones africanas, fue posible gracias a la celebración del ochenta aniversario del Orfeón Universitario de la UCV, heredero del Orfeón Lamas.
¿Quién dijo que todo está perdido? Esta pléyade de la infancia, la juventud, la adultez y la senectud vino a entregar su corazón en mensaje de marcha triunfal.