El 20 de noviembre de 1989 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño, allí se establecieron, en su artículo 19, novedosos fundamentos para “proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentra bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo”.
La Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, establece toda la normativa legal para garantizar la protección y el interés superior del niño, en primer lugar, de su propia vida (artículo 15) y de sus derechos a la integridad física, psíquica y moral, como bien lo señala el parágrafo segundo del Artículo 32,“El Estado, las familias y la sociedad deben proteger a todos los niños, niñas y adolescentes contra cualquier forma de explotación, maltrato, torturas, abusos o negligencias que afecten su integridad personal”. La ley garantiza también la protección contra toda forma de abuso y explotación sexual (artículo 33) y prohíbe expresamente atentar contra el honor, reputación y la propia imagen de los niños y adolescentes (artículo 65), señalando claramente que “Se prohíbe exponer o divulgar, a través de cualquier medio, la imagen de los niños, niñas y adolescentes contra su voluntad o la de su padre, madre, representantes o responsables. Asimismo, se prohíbe exponer o divulgar datos, imágenes o informaciones, a través de cualquier medio, que lesionen el honor o la reputación de los niños, niñas y adolescentes o que constituyan injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada o intimidad familiar”.
A pesar de todas estas normas y leyes nacionales e internacionales, inescrupulosos dirigentes opositores de extrema derecha, como Capriles (Primero Justicia) y Guevara (Voluntad Popular) aparecen campantes en múltiples vídeos y fotografías con decenas de niños y adolescentes encapuchados, blandiendo piedras y bombas molotov, en medio de guarimbas y actividades de violencia organizadas y dirigidas por estos partidos de la derecha venezolana.
Estos hechos son una gravísima violación de los derechos de los niños y adolescentes, que no han sido investigadas o “condenadas” por los órganos competentes. Ni la UNICEF, ni la Organización de Estados Americanos (Almagro tampoco vio cuando las hordas de la extrema derecha quemaron vivo a un ser humano), ni la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ni nadie ha “tomado nota” de la fragante violación de estos derechos fundamentales. En el caso del desgobernador Capriles, existe el agravante de que, en su condición de máxima autoridad regional, tiene especificas responsabilidades dentro del sistema de protección, por lo que está obligado a velar por los derechos de los niños y adolescentes en su jurisdicción, epicentro de la violencia guarimbera.
Así de inmorales y deshumanizados son estos patéticos “líderes” de la extrema derecha, que utilizan niños como instrumentos políticos, como propaganda política, solo para sus infames fines violentos. Nadie en la derecha ha abierto la boca para condenar el uso de niños en las barricadas, molotov en mano y encapuchados, siendo manipulados por sus bárbaros violentos. Es la decadencia de la política. La pauperización de las ideas.
Lo que no pueden hacer desde el imperio de la política, por medio de las palabras, de las ideas y el diálogo, lo quieren imponer a través de sus bandas armadas, con violencia y paramilitarismo. Nuevamente serán derrotados.
Las hordas fascistas de Primero Justicia y Voluntad Popular, a falta de masas, de pueblo humilde, han incorporado a sus acciones violentas al sifrinaje lleno del odio de clase (pero poco resistentes a las bombas lacrimógenas), a bandas hamponiles contratadas para la muerte y destrucción y ahora esta novedosa práctica delictiva de utilizar niños y adolescentes en la violencia callejera. Inmorales.
Ya no puede sorprendernos esta barbarie de utilizar niños para la violencia. La derecha ha emulado y superado a Al Qaeda y al Estado Islámico. Esta es una derecha putrefacta.
Acéfala, sin escrúpulos, sin moral y sin ideología. Esta es la gente que pretende “liberarnos” y “dirigirnos” hacia un imaginario mundo feliz (el mundo Periscope del enajenado Capriles).
Pero solo vienen llenos de odio para linchar y quemar gente (y picarlas como el descuartizador Pérez Venta), vienen a arrasar y destruir todo a su paso. A los inmorales de Capriles y Guevara deberían aplicarles todo el peso de la LOPNNA. Cárcel para estos criminales.
Richard Canan