Bajo el firme liderazgo de la presidenta Xiomara Castro, el país se encuentra a un paso de declararse territorio libre de analfabetismo. Más de 600.000 hondureños y hondureñas han aprendido a leer y escribir gracias al Programa Nacional de Alfabetización «Manuel Flores Arguijo», implementado con el exitoso método cubano Yo, Sí Puedo.
Este no es un triunfo aislado: es el resultado de una política de Estado comprometida con el pueblo, que prioriza la educación, la infraestructura y la justicia social. Mientras las élites corruptas y sus medios cómplices insisten en criticar sin memoria, la presidenta Castro ha recordado con contundencia: «Lo que se destruyó en 12 años y siete meses no puede repararse en tan poco tiempo». Y sin embargo, cuánto se ha avanzado en apenas tres años y medio.
Educación y reconstrucción: la prioridad de un gobierno popular
El gobierno de Castro no solo está alfabetizando, sino que también ha reparado 5.000 de las 12.500 escuelas abandonadas por administraciones anteriores. Pero su visión va más allá: carreteras, hospitales, electrificación y subsidios forman parte de un plan integral para devolverle a Honduras su derecho al desarrollo.
En Copán, por ejemplo, se ejecutan 75 proyectos educativos y se construye una estación eléctrica que beneficiará a 79.000 personas. Además, con la entrega de 173 cajas rurales y el subsidio energético, casi 900.000 hondureños de escasos recursos ahora reciben electricidad sin costo.
Un futuro digno se construye con hechos
Los avances en educación, infraestructura y bienestar social bajo el gobierno de Xiomara Castro son irrefutables. Frente a las críticas de quienes añoran el viejo orden de corrupción, la respuesta es clara: Honduras ya no es el patio trasero de unos pocos.
Este es el camino: inversión social, soberanía y pueblo al poder. ¡Que lo sepan los de aquí y los de allá! Honduras está renaciendo, y nadie detendrá esta victoria popular.