Tema complejo. No solo a Venezuela la abundante renta petrolera ha distorsionado la psicología social y su propio desarrollo. La Argelia socialista del presidente Huari Bumedián asumió el reto de construir desde las ruinas de su pasado colonial una industria diversificada donde junto al petróleo estaba la producción eléctrica, química, medios de transporte, siderurgia y metalurgia. La URSS dio apoyo conceptual (planificación) y técnico. Los fellaghas (campesinos) tuvieron dificultad para asumir la producción industrial pero su real problema fue el giro a la derecha iniciado por el nuevo presidente Chadli Benjedid culminado en la época liberal de Abdelaziz Boutefika. Su desarrollo depende hoy de las peligrosas oscilaciones del mercado petrolero.
En Kazajstán la nueva burguesía optó por el mismo camino con el agravante de entregar los recursos petrolíferos y minerales a la Exxon Mobil, Chevron, Shell, Areva, Arcekor Mittar y Tractebel. Resultado: una diminuta oligarquía que se pelea por el poder y una masa productora infiltrada por ideologías reaccionarias.
El Irak del partido Baaz, en los 70 desarrolló un plan positivo de invertir el ingreso petrolero en programas de industrialización, educación regadío agrícola y energía nuclear. Las estupideces tácticas de su líder, Saddam Hussein, le permitieron al imperialismo destruir el país.
¿Cómo aprendió a industrializarse la principal potencia económica de nuestros días, China? De dos fuentes: en primer lugar, de los ingenieros, técnicos y obreros soviéticos que, a su vez, habían aprendido de ingenieros occidentales en los años 30, que construyeron la industria pesada en los 50 y 60. En segundo lugar de las empresas occidentales que se implantaron. Aprendieron el know how: la tecnología avanzada de organización industrial. Clave para el éxito económico soviético y chino fue su vanguardia política, su Partido Comunista capaz de estimular el esfuerzo gigantesco del joven proletariado llegado del campo para construir la economía con tecnología algo inferior a la occidental y sin explotar a ningún pueblo de la Tierra.
La clase trabajadora venezolana nació en los campos petrolíferos de los 30 y se forjó políticamente en la huelga petrolera de 1936. El golpe de Estado que dio a la federación sindical conducida por comunistas en 1943, el agente trotskista de la familia Rockefeller Rómulo Betancourt, introdujo el germen de la despolitización, la corrupción, el parasitismo y la división en la clase. A pesar de este lastre cultural el esfuerzo de los trabajadores petroleros guiados por la Comisión “Ali Rodríguez Araque” en rescatar las refinerías, la extracción y el envío de cargamentos de crudo, la experiencia de los Consejos Productivos de Trabajadores impulsados por el presidente Maduro y el aumento de la producción agrícola, minera y otra son indicadores positivos del renacimiento de la conciencia del proletariado venezolano.
¿Cómo resolvía el ministro de industria cubano, Che Guevara, el problema de la indolencia? Confiando en la moral de los trabajadores e instaurando un sistema de reconocimiento público cuando no se podía retribuir materialmente sus esfuerzos. Hay que leer su experiencia recogida en sus libros publicados en Venezuela por Orlando Borrego, su hombre de confianza en el ministerio.
¿Cómo resolvía Mao Zedong la necesidad de cuadros eficaces en la producción, la administración, la educación, la distribución y todos los aspectos de la vida social? Pidiendo que los cuadros debían ser “rojos y expertos”, es decir, dotados de ideología de vanguardia y capaces de manejar la tecnología de punta y todo el proceso productivo. Cuando el país se desarrolló implantó formas materiales de retribución
¿Cómo se combate la indolencia, el burocratismo y la ineficacia que personalmente he debido sufrir en mis largos (y maravillosos) años en Venezuela en bancos del Estado (Banco Industrial), extranjería (Saime), ediciones del Estado, CICPC y un largo etcétera? No tengo fórmulas mágicas. Combinando todos los procesos educativos de la ciudadanía desde la cuna y familia al sistema universitario para desarrollar la moral social, el espíritu revolucionario y el patriotismo con la capacitación masiva en todo tipo de proceso técnico-administrativo-productivo. El desarrollo del colectivismo en relación con la propiedad pública con el respeto al emprendimiento privado con fines socioeconómicos legítimos.
Por: José Antonio Egido