Washington es incapaz de controlar la proliferación de sus armas en zonas de conflicto. Esto es lo que organizaciones internacionales y medios aseguran luego de que saliera a la luz una auditoría del Departamento de Defensa de EE.UU., en la que se reportan fallos en el registro y control de millones de dólares en armas estadounidenses.
En tal auditoría, realizada en 2016, se indica que el Departamento de Defensa de EE.UU. «no llevó un registro preciso y actualizado de la cantidad y el paradero de armas y otros equipos militares en Irak y Kuwait […] con un valor superior a los mil millones de dólares».
El documento, que ha recibido atención tras un reporte de Amnistía Internacional, precisa que «grandes cantidades de datos» asociados a esos equipos fueron registrados «de forma manual» en hojas de cálculo, lo que «aumentó el riesgo de errores humanos» en la documentación de las armas.
Las armas «se pierden»
La organización no gubernamental, por su parte, asegura que este descontrol —detectado principalmente dentro de la cadena de mando iraquí— «ha resultado en que armas fabricadas en EE.UU. y otros países terminen en manos de grupos armados conocidos por cometer crímenes de guerra y otras atrocidades, tal como el Estado Islámico».
Al respecto, se recuenta una serie de casos en los que armamento estadounidense «se pierde» en dichas zonas. Uno de ellos se dio en 2015, cuando el Pentágono perdió el rastro de 500 millones de dólares en armas enviadas a Yemen. Un año antes, los de Virginia habían dejado caer «accidentalmente» un cargamento de armas en una zona controlada por el EI.
En otras ocasiones, las armas «extraviadas» han salido a la luz por su cuenta. Por ejemplo en 2015, cuando rebeldes de la «oposición moderada» en Siria traicionaron a Washington y obsequiaron sistemas de misiles antitanque BGM-71 TOW a los terroristas del Frente Al Nusra, afiliado a Al Qaeda.
¿Un esquema de negocios?
Según señala el periodista Alexánder Jrolenko, esto no equivaldría a una serie de errores humanos, sino que «tal vez es un sistema, un esquema de negocios» en el que el terrorismo proporciona al complejo militar-industrial de EE.UU. un ingreso estable. «Nadie comprará muchas armas si hay paz duradera», opinó Jrolenko en colaboración para RIA Novosti.
«Al parecer, EE.UU. y la OTAN son incapaces de controlar por completo las consecuencias de sus acciones en Oriente Medio, pero los beneficios previsibles del complejo militar-industrial aún están bajo control», escribió el periodista. «Donald Trump no cambiará este esquema; obviamente, no puede cambiar nada debido a circunstancias objetivas», agregó, prediciendo que el Pentágono seguirá «perdiendo» sus armas en las zonas de conflicto.
(Fuente: RT)