Mientras el unilateralismo y la locura parecen privar en el ejercicio político de algunos líderes del hemisferio occidental, en Samarcanda, Uzbekistán, se llevó a cabo una nueva reunión de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), instancia de carácter multilateral que procura desde 2001 construir una asociación de desarrollo común; agrupando hasta el momento a 9 miembros permanentes con la reciente incorporación de la República Islámica de Irán.
Esta reunión se lleva a cabo en medio de un escenario mundial convulso, ante la arremetida de occidente en su esfuerzo por bloquear la expansión económica de Rusia y China, al tiempo de promover una solución militar con el apoyo desenfrenado al régimen nazi de Ucrania; con los peligros que esto conlleva, tal como hemos podido constatar en el caso de la central nuclear de Zaporiyia.
De hecho, con un invierno europeo en ciernes y las asociadas dificultades de proveerse de gas suficiente como para suplir los suministros de la Federación de Rusia, nada hace presagiar una continuación positiva en función de soluciones diplomáticas al principal conflicto mundial hasta ahora, con ribetes de tercera guerra mundial por fases, y con unas élites europeas totalmente anexadas al interés estadounidense, quedando atrapadas en una peligrosísima lógica de guerra fría en pleno siglo XXI; con la diferencia abismal entre aquella época y esta, fundamentalmente en la potencialidad actual muy superior que posee este bloque de poder mundial, con Beijing y Moscú a la cabeza.
Apegado a su espíritu, esta organización ha suscrito un documento mediante el cual promueve la solución diplomática y multilateral como la única vía posible para sostener una paz duradera en el mundo actual:
«Los países miembros parten de que no hay alternativa al arreglo político-diplomático de los conflictos en diferentes regiones del mundo sobre la base del estricto cumplimiento de las normas y principios del derecho internacional universalmente aceptados».
Asimismo, la Organización rechazó abiertamente la injerencia en los asuntos internos y soberanos de los países, bajo el subterfugio de «la lucha contra el terrorismo y el extremismo»; ratificando su defensa de un mundo multipolar, justo y democrático, y condenando las medidas coercitivas unilaterales como mecanismos de agresión al margen del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y del derecho internacional en general.
Como temas adicionales, la Organización respalda el reforzamiento entre sus miembros de la cooperación en los ámbitos de la defensa y seguridad, al tiempo de criticar el despliegue unilateral de escudos antimisiles, puntualizando esto como regla general para no señalar directamente a EEUU y la Organización del Tratado del Atlántico Norte OTAN; instancias que, a decir verdad, encabezan estas acciones profundamente desestabilizadoras de la paz mundial.
Como evidencia clara de esto, la propia Primera Ministra de Reino Unido, Liz Truss, llegó a afirmar la necesidad de una expansión de carácter global de la OTAN, remarcando la importancia de tener influencia en la zona indo – pacífico, aunque también nos trae el recuerdo del ingreso como socio «global» precisamente de la República de Colombia, en un continente Americano que en su momento fue declarado por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños CELAC, como Zona de Paz.
La OCS abogó nuevamente por el cumplimiento del acuerdo sobre el programa nuclear iraní abandonado de manera unilateral y arrogante por EEUU en 2018, en la administración de Donald Trump. En la actualidad las negociaciones en especial entre Irán y la Unión Europea se encuentran básicamente estancadas, haciendo énfasis en la posición de Teherán de no aceptar chantajes ni violaciones a su autodeterminación para llegar a un acuerdo fructífero.
De gran valor han sido las reuniones bilaterales que se han producido en torno a este encuentro de Samarcanda, en especial la llevada a cabo por los Jefes de Estado de la Federación de Rusia y de la República Popular China.
En tal sentido el Presidente de Rusia Vladimir Putin, destacó que «El mundo cambia vertiginosamente, pero sólo hay una cosa invariable: la amistad entre Rusia y China», país que abiertamente se ha beneficiado con su poderoso ecosistema económico en la provisión de energía proveniente de Rusia; especialmente aquella que ha declinado en adquirir Europa occidental en el marco del demencial bloqueo implementado contra la Nación Eslava con consecuencias nefastas para los propios pueblos europeos.
Tales maniobras han sido calificadas por el jefe de Estado ruso como una forma horrible de pretender imponerle al mundo una visión unilateral y unipolar; en función de los intereses de un solo Estado.
Por su parte el Presidente de China, Xi Jingpin, puntualizó que: «Ante los tremendos cambios de nuestro tiempo a escala mundial, sin precedentes en la historia, estamos dispuestos junto con nuestros colegas rusos, a ser un ejemplo de potencia mundial responsable y a desempeñar un papel de liderazgo; para situar este mundo tan cambiante en la senda del desarrollo sostenible y positivo».
Es de hacer notar que esta Organización, de nueve miembros con el ingreso formal de Irán a partir de la reunión de Uzbekistán, se encuentra en plena fase de expansión, teniendo hasta seis países que han solicitado su posibilidad de ingreso; destacando Arabia Saudita, Kuwait y Emiratos Árabes Unidos, y con poderosos socios de diálogo en esta instancia multilateral; como Turquía y Qatar.
En el marco de la inauguración en Caracas de la Expo Feria Científica y Tecnológica entre Irán y Venezuela, el Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, ha valorado este encuentro bilateral, así como la reunión en general realizada en Samarcanda, como signo inequívoco de la irrupción de un mundo multilateral.
«El siglo XXI es el siglo de la integración, el mundo multipolar, el mundo multicéntrico (…) varios centros de desarrollo, varios polos de poder; cuando hablamos de varios polos de poder, hablamos de un mundo donde se acabe el hegemonismo del mundo unipolar (…) ¿Quién levanta la mano para defender la necesidad de un mundo unipolar, hegemonizado por una sola potencia que amenaza con guerras, con sanciones, permanentemente?»; así destacó el Jefe de Estado venezolano el contexto de una instancia que parece clave al momento para trabajar hacia una paz mundial duradera; en tiempos de conflictos y visiones poco optimistas.