Por: Alí Ramón Rojas Olaya
Las más importantes universidades estadounidenses están al servicio de las políticas injerencistas. Allí think tanks maquinan la urdimbre de su imperio: Henry Kissinger (Harvard), Allen Dulles (Priceton), Leo Strauss (Columbia), Allan Bloom (Chicago), Alexandre Kojéve (École Pratique des Hautes Études de París), Paul Wolfowitz (Chicago y Cornell), Francis Fukuyama (Harvard y Cornell), Albert Wohlstetter (Columbia y City College of New York), Milton Friedman (Columbia, Chicago y Rutgers), Gene Sharp (Estatal de Ohio), Robert Keohane (Harvard) y Joe Nye (Harvard) son solo algunos de estos tanques de pensamiento. Es un deber de todo bolivariano conocer sus obras y socializar su ideología amenazadora para fortalecer la defensa integral.
Para Strauss, la paz es una situación negativa y la guerra constituye lo positivo. Al referirse al destino del coloso del norte escribe: “Estados Unidos es la nación elegida por Dios. Nunca los Estados Unidos deben comprometerse con una paz americana sino permanecer en una guerra permanente”.Strauss, aprendió de Nietzsche que solo unos pocos están en condiciones de conocer la verdad sin derrumbarse. Los filósofos no pueden decir lo que piensan verdaderamente. De allí que, para él, la verdad es peligrosa y destructiva para la sociedad. Por ello afirma que desde el principio de los tiempos, los hombres han elaborado mentiras para poder vivir con más tranquilidad. La religión, por ejemplo. La esperanza en el más allá, en el castigo a los malos y en el premio a los buenos, la reencarnación, la resurrección, la vida eterna, la imagen misma de Dios, todo ello no son más que esperanzas para poder vivir. Son “mentiras necesarias”, sin las cuales, probablemente, la mayoría de los seres humanos se desesperarían e incluso se suicidarían al saber que este valle de lágrimas no tiene un final feliz. Esto es reforzado por Bloom: “Estados Unidos constituye el centro de dominación y necesita del mantenimiento permanente de la violencia”. Kojéve por su parte, asegura que los componentes teleológicos, el deber ser de los Estados Unidos, lo constituyen el nacionalismo y el mesianismo. La verdadera civilización, que para Kojéve se encuentra representada por los Estados Unidos, solo será posible si mantiene un régimen de terror que es inevitable. Francis Fukuyama (1952) defiende la teoría de que la historia humana como lucha entre ideologías ha concluido, dando inicio a un mundo en el que la economía neoliberal se ha impuesto y que ésta, amparada en una pseudodemocracia, constituye el pensamiento único. Paul Wolfowitz (1943) justificar la guerra para extender la democracia de libre mercado. Especialista en inventar amenazas imaginarias para obtener dinero y lanzarse en aventuras bélicas, ha creado teorías sobre las «intervenciones preventivas» y la intimidación a los «competidores emergentes».
Bajo la influencia de Allan Bloom, Paul Wolfowitz desarrolla sus conocimientos en ciencias políticas y su interés se centra en la filosofía de Leo Strauss, consejero de Bloom. Albert Wohlstetter (1913-1997); quien estudió Matemática con Jacob Wolfowtiz, padre de Paul; es el primer estratega nuclear del país. Es miembro de la Rand Corporation y teórico de la vulnerabilidad de los Estados Unidos. Wohlstetter, figura clave de los neoconservadores, fundó el equipo de los «Vulcanos», en referencia al dios romano que forja las armas divinas en la profundidad de los volcanes. A este grupo perteneció Condoleezza Rice. Milton Friedman (1912-2006), economista estadounidense sionista, creador de la doctrina del libre mercado, infestó a Chile en 1975 de conferencias sobre economía durante el gobierno militar de Pinochet cuando fue invitado por la Escuela de Negocios de Valparaíso. Friedman. Fíjense que este hombre, por ahogar economías de países que se encontraban lejos de ser libres, por implementar medidas económicas nada populares, por recomendar crear caos para poder implementarlas, se ganó el premio Nobel de Economía en 1976. Gene Sharp (1928) hace del jiu-jitsu un arma de paz en el mundo. El jiu-jitsu es un arte marcial japonés basado en la defensa sin armas. Se practica en el país del sol naciente desde hace dos milenios. Su origen data de las batallas entre los bushi, guerreros clásicos, contra los samurái, guerreros con armaduras, que eran neutralizados y vencidos solo a través de luxaciones, estrangulamientos y derribos.
Gene Sharp, profesor de Filosofía y Política y fundador del Instituto Albert Einstein, organización “sin fines de lucro” que promueve “la defensa de la libertad y la democracia y la reducción de la violencia política mediante el uso de acciones no violentas”, acuñó el término Política Jiu-Jitsu en su libro Politics of Nonviolent Action: Part One: Power and Struggle publicado en 1973. Con este término, Sharp, nacido el 21 de enero de 1928, se refiere a derribar al oponente desequilibrándolo mediante una estrategia política. La clave de Gene Sharp radica en que el poder no deriva de una cualidad intrínseca de quienes están en el poder, es decir, el poder no es monolítico. Según Sharp, toda estructura de poder descansa en la obediencia de los sujetos a las órdenes de la dirigencia política. De esa forma, si hay desobediencia civil cae el gobierno. Esta base ganada a la desobediencia tiene en los estudiantes universitarios un porcentaje significativo. Gene Sharp reside en un primer piso de un edificio de Boston donde también funciona el Albert Einstein Institution (AEI). Ese piso es en realidad un laboratorio imperialista que funciona como un teatro de operaciones de desestabilización contra gobiernos que no se someten a los intereses de Estados Unidos. Desde esa central de inteligencia se han tejido las revoluciones de colores y las primaveras árabes no en balde su página web es traducida en 40 idiomas. Los geopolitólogos Joe Nye y Robert Keohane publicaron el libro Poder e Interdependencia (1977) en el que desarrollan los conceptos de interdependencia asimétrica y compleja como parte de la teoría del neoliberalismo de las relaciones internacionales. Nye en 2004 publica “El poder blando: los medios para el éxito en la política mundial”. Para Nye el soft power es más efectivo que el poder duro (invasión militar y guerra económica) ya que aquél se ejerce a través de la contracultura y la ideología dominante y ataca el psique: el poder es la habilidad para influenciar el comportamiento de otros y obtener los resultados que se desean. La tendencia del soft power es “trabajar indirectamente formando el entorno para la política, y algunas veces toma años producir los resultados esperados”. Nye habla de tres categorías de análisis: cultura, valores y políticas. En su libro “The future of Power” (2011) Nye reitera que, dado que el poder blando es descriptivo más que normativo, puede ser manejado para propósitos infames. Este profesor de la Universidad de Harvard afirma que “La seducción siempre es más efectiva que la coacción, y valores como la democracia, derechos humanos y oportunidades individuales son profundamente seductoras”.El empresario estadounidense Warren Buffett, el mayor accionista y director ejecutivo de Berkshire Hathaway, es claro: “Hay una guerra de clases, pero es mi clase, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y la estamos ganando”. ¡Hay que estudiarlos!