Como jefe de la principal revolución latinoamericana del siglo XX, Fidel ha tenido siempre como adversarios al temible imperio estadounidense y a la derecha desplazada de Cuba. La insignia del anticastrismo es el exilio de Miami. Esas personas y sus descendientes se han pasado más de 50 años soñando con el momento que finalmente llegó la semana pasada. Las escenas de aquellas personas festejando en la Pequeña Habana resultaron deplorables, pero a favor de ese sector de la sociedad cubana hay que decir que fue un comportamiento coherente con su trayectoria. Hicieron lo que siempre quisieron hacer y quién sabe si después de este episodio, muchos de ellos también decidan morirse, pues su vida, seguramente, ya no tiene objetivos.
Acá en Venezuela, nuestra derecha actuó de manera solidaria con la llamada gusanera de Miami. Y esa conducta también es coherente, porque el comandante Fidel fue siempre un adversario formidable, no solo para la reacción cubana, sino para todas las clases dominantes capitalistas de América Latina.
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Clodovaldo Hernández / Redacción Web.