Por: Carolys Pérez.- El maravilloso trabajo que han construido las mujeres en los territories para la conservación de la paz, el desarme, y la organización; es innegable.
La paz, es el principio de todo lo definitorio. La paz comienza en casa; hemos repetido de forma incansable las feministas venezolanas, como consecuencia de aquel lema que afirma, “lo personal es político”. Sin embargo, en días de agudas percepciones sobre el significado de la paz en un país bajo asedio, conviene indagar en los motivos que hacen que una mujer, de cualquiera de nuestros pueblos. asuma el rol intuitivo de la organización para la preservación de la paz.
¿Quién construyó la narrativa de un país en guerra? ¿Quién les dijo a las mujeres: tomen en sus manos el control de sus espacios, describan la mirada que anhelan para las niñas y los niños de sus cuadras, empodérense de sus haceres y hagan vibrar la Patria/Matria como una mañana nueva; aún cuando estén cansadas?
Me gustaría pensar, que fue algo que construimos para ellas, pero la verdad sea dicha: las mujeres, tenemos la capacidad absoluta, casi intrínseca de organizar y hacer posible que las circunstancias funcionen. Es en este contexto en el que comprendemos que las principales batallas políticas están siendo libradas en las cotidianidades casi imperceptibles de nuestro tiempo; y en ellas habita la posibilidad de transformarlo todo.
Hemos obtenido herramientas para asumir una nueva forma de hacer las cosas, estas son suministradas continuamente por nuestro pueblo y de forma muy especial, por nuestro pueblo mujer en cada despliegue territorial que hemos desarrollado a lo largo y ancho del país, como un ejercicio para visibilizar y comprender la experiencia de lo que, desde nuestros espacios como dirigentes, estamos pensando y escribiendo. Ahora bien, ¿Cuántas de estas ideas estamos conversando con el sabio y valiente pueblo venezolano para obtener logros prácticos? Considero que tenemos una trascendente tarea por hacer.
Ya no existen trucos bajo los espejos, la forma de hacer política ha cambiado. Las mujeres en Venezuela y en el mundo se están emancipando desde el amor y la organización al contexto colectivo; aportando en la mejora y transformación de sus comunidades, de nuestro país y de la region; los liderazgos femeninos naturales están diciéndonos, con todas sus letras, “estamos aquí y es el momento de prestar atención”.
Están en ellas las respuestas a todas estas inquietudes; como militantes de un partido, como dirigentes, estamos en la responsabilidad de accionar de forma certera junto a ellas para seguir hablando de la paz.
¡Juntas y juntos venceremos!
¡Palabra de mujer!