Diosdado Cabello escribió en Twitter que “Como la MUD ya sabe que en 2016 referendo revocatorio NO HAY, ahora la moda es ‘desobediencia civil’”. Hay verdad en esto. El 12 de octubre pasado quedó de nuevo muy claro que la MUD está de capa caída y sufre repetidos fracasos políticos. Mientras el chavismo, como ya es costumbre, realizaba animadas movilizaciones de masas en la calle, la oposición montó un triste e insulso sainete mediático, sustituyendo la marcha anunciada, en vista de su escaso poder de convocatoria callejera, por una pantomima que supuestamente fue una movilización de voluntarios para registrarse quién sabe en qué lista in- útil. Haciendo de tripas corazón para parecer convincentes, Edison Ferrer, Secretario Nacional de Organización de Primero Justicia, junto a otro diputado derechista a la AN, Juan Andrés Mejía, a nombre de la MUD, anunciaron que el 12 de octubre reunirían, en los 1.356 centros anunciados por el Consejo Nacional Electoral CNE a nivel nacional, “gran cantidad de voluntarios”, quienes “colaborarán en la recolección del 20% de las firmas para activar el Referendo Revocatorio”, acotando que “transformaremos nuestras intenciones de cambio en acciones concretas”. Esto último tiene el tono de otro intento de engañar a los seguidores de la oposición y de disimular el nuevo fracaso con un ditirambo carente de toda credibilidad. Insistiendo en su vano esfuerzo para lucir épico, Ferrer agregó que “Será una jornada de organización, una jornada para transformar todas estas ganas de cambio”.
La próxima parada opositora será el 26, 27 y 28 de octubre cuando intentarán producir otro show de escaso éxito con la supuesta recolección de “millones” de firmas que no servirán de nada, como ellos lo saben, tal como plantea Cabello. Continuarán seguramente rogando al mundo que se les tome en serio y que vayan preparando la intervención ante las “demostraciones populares” que rechazan al Gobierno. Es una comedia que cada vez se diluye más en sus contradicciones y debilidades, tanto dentro como fuera del país. La resistencia revolucionaria está dando frutos, en Margarita, en Estambul, en Nueva York, acá y acullá.
Ante ese panorama, parece ser cierto que ahora tratan de universalizar el cuento de la “desobediencia civil”. Antes el concepto lo habían promovido radicales como Lilian Tintori y María Corina Machado, ahora parece cobrar fuerza ante los fracasos de los “electoralistas” de la MUD del tipo de Henrique Capriles, el “as” del revocatorio.
En el programa “Con Todo y Penzini” fue entrevistado el diputado al Consejo Legislativo del estado Miranda e integrante del partido fascista Voluntad Popular, Cipriano Heredia, quien en conocimiento de que el referéndum no podrá darse en el 2016, llamó a la “desobediencia civil”, aduciendo que el pueblo “tiene que prepararse para hacer valer su derecho… tenemos que evitar que el Gobierno bloquee el referéndum… Necesitamos que la gente se restee y que esté dispuesta al cambio… la gente es la que tiene el cambio en sus manos” ¿Qué se restee con quién y por qué?
En un editorial del diario ultraderechista El Nacional titulado precisamente “Desobediencia civil”, se trata de explicar, con lamentables balbuceos, qué cosa es esa de la desobediencia civil: “Ante acciones ilegales por parte de las autoridades el ciudadano está obligado a desconocerlas y a restituir la vigencia de la ley y, en el caso de Venezuela, de la Constitución. Empero, si las acciones ilegales se convierten en sistemáticas por parte de las autoridades, la desobediencia se impone no solo por razones constitucionales, sino morales”. Pero el editorialista intuye que le está hablando a la gente de algo que le es extraño como forma de lucha, ya que, como decía el dirigente cuarto republicano Gonzalo Barrios, “no somos suizos”. Por eso el editorial asienta que “Hay quien pregunta ‘con qué se come la desobediencia civil’ y al ridiculizar el postulado piensa que se sale de la suerte, aunque solo exhiba su ignorancia histórica”. Más allá del mal humor y la desesperación que encierra este último párrafo, la verdad es que un llamado en Venezuela a “desobediencia civil” tiene mucho de ridículo, ya que ese es el estado natural del venezolano: se pasa la luz roja del semáforo, estaciona donde no debe, los colectivos hacen paradas donde les da la gana, los motorizados transitan por las aceras, la gente cruza la calle a mitad de las avenidas, los autos se detienen sobre los pasos de cebra. Alguien nos dijo, a manera de chiste, que más bien si todos los venezolanos se aplicaran, todos al mismo tiempo, a la obediencia civil, se generaría el efecto mariposa y probablemente, así sí, caería el Gobierno o se produciría un terremoto
Claro, más allá del chiste, los llamados a la desobediencia civil son en realidad la muestra de la intención de generar violencia. Lo que pasa es que esta gente a veces pareciera que vive en otra parte. •
En defensa de PDVSA
El ministro de Petróleo y presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), introdujo este viernes 14 de octubre ante los tribunales penales una querella contra el diario El Nuevo País, por difamación contra la principal industria de la nación.
El pasado sábado 8 de octubre, el rotativo en cuestión publicó un artículo con informaciones falsas sobre los estados financieros de Pdvsa y la supuesta privatización de su filial Citgo Petroleum Corporation. En primera pá- gina, El Nuevo País destacó que «los activos de Pdvsa no valen nada», tergiversando un reporte publicado por la agencia de noticias norteamericana Bloomberg.
«Venimos hacer una acusación privada, una querella por difamación e injuria agravada y continuada contra Pdvsa. «Es completamente falso lo que ha dicho El Nuevo País sobre Pdvsa», aseveró Del Pino.
Indicó que la información publicada por el rotativo busca desprestigiar el patrimonio de la estatal y “echar por tierra” la operación de intercambio de títulos con vencimiento en 2017, por unos nuevos con vencimiento en 2020, que se anunció en septiembre.
«Estamos pidiendo medidas contra los responsables de esa información que nos afecta el patrimonio de la empresa, el valor de la empresa, utilizando medios falsos de información. Pone en peligro una operación que ellos, con fines netamente políticos y apátridas, están tratando de echar por tierra. Este medio ha usado un lenguaje obsceno y difamador en contra de Pdvsa y el canje de bonos.», señaló
«Una operación que está avalada completamente por todos los balances auditados que la empresa ha presentado empresas internacionales reconocidas como KPMG y que este periódico desconoce complemente. Eso agrava el prestigio de las empresas que han respaldado la emisión de la operación que estamos haciendo», aclaró.
Explicó que la acción legal incluye «medidas contra los responsables de esta información que afecta el patrimonio de la empresa». •