En el debate nacional en torno a los derechos de la República Bolivariana de Venezuela sobre el territorio de la Guayana Esequiba, hay analistas que parecen tener como tres maneras de ver y analizar asuntos propios de este tema.
Por un lado, estimulan un espíritu muy crítico sobre la inacción de Venezuela en su historia para defender nuestros derechos sobre el Esequibo, barnizado con verdades, medias verdades y mentiras, desde la perspectiva histórica.
Por el otro, casi hacen mutis con respecto a todo el cúmulo de arbitrariedades unilaterales provenientes de la República Cooperativa de Guyana, con una connivencia demasiado evidente de poderes fácticos en las trastienda, promoviendo un estado de provocación hacia nuestra patria (ExxonMobil – Comando Sur de EE.UU), y con aparatos judiciales hechos a la medida para concretar un despojo del territorio en controversia, como la Corte Internacional de Justicia (CIJ); todo esto con una aureola donde parece debemos quedarnos en una poltrona divirtiéndonos viendo semejante acción que no es analizada o es poco vista.
En tercer lugar, casi se ruborizan cuando se plantean elementos propios de un paso que vaya más allá del reclamo jurídico de más de 123 años consecutivos, y que está siendo desafiado, no con retórica, sino con medidas de hecho, con amenazas, con insultos proferidos desde la República Cooperativa de Guyana, más específicamente desde el Gobierno de Irfaan Alí que a juzgar por estos analistas casi debemos agradecer como una especie de «gesto amigable» de nuestra parte.
En este contexto, la quinta pregunta planteada en el Referéndum Consultivo no genera ninguna polémica, salvo que usted se case con la necesidad de entregar el territorio Esequibo, sin decir absolutamente nada, ni mover una ficha, o a menos que la ingenuidad y la contradicción sean parte de su capacidad de ver y valorar las cosas. Reclamar inacción y luego quejarse cuando se avanza, son cosas mutuamente excluyentes.
La quinta pregunta expresa: «¿Está usted de acuerdo con la creación del estado Guayana Esequiba y se desarrolle un plan acelerado para la atención integral a la población actual y futura de ese territorio, que incluya entre otros el otorgamiento de la ciudadanía y cédula de identidad venezolana, conforme al Acuerdo de Ginebra y el Derecho Internacional, incorporando en consecuencia dicho estado en el mapa del territorio venezolano?»
Sobre esta pregunta hay quienes han planteado polémicas inexistentes muy parecidas a la referida al desconocimiento de la Corte Internacional de Justicia, sin advertir, o tapar, que la postura de no reconocimiento de la jurisdicción y competencia de la misma, corresponde con una razón histórica de Venezuela, al tiempo de ser parte de una posición doctrinaria que también asumen hasta 119 Estados que son parte del sistema de Naciones Unidas, por cierto teniendo a la propia Guyana y a EE.UU entre sus filas, a pesar que ahora a Georgetown le dio por olvidar sus compromisos, posturas, y sus responsabilidades internacionales.
La creación del Estado Guayana Esequiba no es más que consagrar precisamente lo que hemos afirmado jurídica e históricamente, más en momentos cuando hay una amenaza real, latente, creciente, en nuestra fachada oriental de la República Bolivariana de Venezuela, pretendiendo gestionar en el territorio Esequibo cuestiones que no son válidas sin nuestra anuencia, consentimiento y participación.
Se trata de dar un paso de carácter político – institucional después de más de 123 años de reclamos basados en razones históricas y jurídicas que avalan con suficiencia nuestra postura, y que el tiempo alista para ser obviadas por la Corte Internacional de Justicia, cuyas maniobras parecen ubicarla en el mismo plano del nefasto Laudo Arbitral de París de 1899, tratando de emular su actitud nula e írrita.
Sería una ridiculez de proporciones bíblicas pretender que ante todo un cúmulo de acciones arbitrarias, ilegales y unilaterales de Guyana y sus muy poderosos y peligrosos aliados, asumamos un estado político de contemplación pasiva, que bien puede condenarnos a perder por inacción real una nueva porción de territorio nacional, sumamente grande de hasta 159.542 kilómetros cuadrados donde bien caben tres o cuatro estados de nuestro mapa político.
Debemos, por ende, avanzar en acciones que garanticen el ejercicio de nuestra soberanía nacional sobre la Guayana Esequiba como parte íntegra de la República Bolivariana de Venezuela, parándonos frente a un arrogante factor que ha violado de manera sistemática el Acuerdo de Ginebra de 1966 y ha reiterado esta posición que viola un documento firmado por ellos mismos.
Crear una entidad político – territorial con las características propias que dispone la Constitución Nacional de 1999, no es otra cosa que un paso nuevo, trascendente y de carácter político, de persuasión y disuasión para quienes deben entrar nuevamente en razón sobre la necesidad de llegar a un arreglo práctico y satisfactorio en torno al Acuerdo de Ginebra de 1966, y no de cualquier otra fórmula inaceptable para la República Bolivariana de Venezuela.
Por supuesto, que los momentos, grados y el accionar propio en este asunto corresponden al desarrollo de la política exterior de Venezuela, que de acuerdo a nuestra Carta Magna conduce el Presidente de la República, Nicolás Maduro Moros.
Tal vez por lo anterior es la razón de fondo de esas posturas guabinosas que algunas personas pretenden presentar como análisis para disfrazar una intencionalidad que les lleva a ligar la ocurrencia del despojo, que Guyana, ExxonMobil y el Comando Sur de EEUU pretenden ejecutar en el territorio Esequibo, para luego ir raudos y veloces a denunciar desde la «inacción» al Gobierno Bolivariano, precisamente por hacer valer lo que hemos reiteradamente afirmado: El Esequibo es Venezuela.
Crear el Estado Guayana Esequiba es el paso definitivo para que entiendan quienes quieran entenderlo, y reflexionen racionalmente quienes deban reflexionar, que la República Bolivariana de Venezuela no dejará que un contubernio de factores internacionales, sumado a un grupo de indecisos y guabinosos, obre el robo de nuestro territorio Esequibo
Son los mismos que tienen temor de negar al Referéndum Consultivo como hecho político, evadirlo desde posiciones zigzagueantes, ante el crecimiento paulatino, sostenido, incremental de la voluntad nacional para hacer valer por los medios necesarios la defensa de la Guayana Esequiba como territorio de Venezuela.
Les da verdadero terror verse aislados del país nacional y buscan subterfugios poco sólidos para asumir lo que a todas luces son posturas antinacionales, lesivas a nuestros intereses, irracionales y alejadas del sentimiento nacional que apenas pudimos palpar el pasado 19 de noviembre en el exitoso simulacro electoral.
La creación del Estado Guayana Esequiba no puede confundirse con tambores de guerra o acciones amenazantes, al contrario, debe asumirse como un paso estratégico fundamental para, precisamente, sostener lo que hemos afirmado basados en la razón histórica y la tradición jurídica desde los tiempos de creación de la Capitanía General de Venezuela en 1777. Es un dispositivo de carácter político institucional que dotamos desde el ejercicio democrático y protagónico al Estado Venezolano.
Ciertamente, se está llevando a cabo esta determinación, no sólo en la quinta pregunta en cuestión, también en las restantes cuatro del Referéndum Consultivo, sentando un precedente histórico en materia de consultas nacionales sobre controversias territoriales, también para otros Estados para la atención de sus propios diferendos.
Recogiendo la expresión del propio Jefe de Estado, Nicolás Maduro Moros, en su clase magistral dada a los cadetes de los componentes de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), donde ha valorado el rol fundamental que esta institución tiene para ser garante de nuestra independencia, libertad e integridad territorial; el Presidente ha fundamentado este momento de desenlace al afirmar:
«Por primera vez en la historia, en base a la Constitución, el tema del Esequibo se lleva a quien tiene que decidir, al pueblo, a los humildes (…) ¡Que decida el pueblo el destino de nuestra Patria! (…) Estamos en el camino correcto, en el camino de la valentía y el patriotismo (…) que nadie se equivoque (…) Venezuela está de pie, más unida que nunca, en defensa de su soberanía».
Crear el Estado Guayana Esequiba es el paso definitivo para que entiendan quienes quieran entenderlo, y reflexionen racionalmente quienes deban reflexionar, que la República Bolivariana de Venezuela no dejará que un contubernio de factores internacionales, sumado a un grupo de indecisos y guabinosos, obre el robo de nuestro territorio Esequibo.
Estamos unidos y fuertes.
El venidero 3 de diciembre alzaremos la voz y el mundo nos escuchará.