La Cumbre Amazónica realizada los días 8 y 9 de agosto en Belém do Pará, República Federativa del Brasil, hizo coincidir a los países amazónicos que integran la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).
El debate llevado a cabo no puede perder el elemento de contexto propio de una realpolitik que ha impuesto una agenda bélica creciente y desmonte progresivo de la llamada sociedad internacional basada en reglas; hoy anclada en las pretensiones de involucrar más espacio territorial al conflicto actual que sucede en Europa del Este.
En ello, la propia Jefa del Comando Sur, Laura Richardson se encargó de poner los puntos estratégicos esenciales que tiene EEUU en referencia a América Latina; nada que ver con la narrativa ingenua, que reproducen muchos aquí de democracia, y derechos humanos, y tantos axiomas sobre los cuales han sentado cada tropelía. Al contrario, bien afianzado sobre recursos, recursos y más recursos; esenciales para el sostenimiento de la Nación estadounidense.
A inicios de este año, y en el marco de un evento del think tank Atlantic Council, en enero y justo en la víspera de la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños CELAC; Richardson afirmó sin tapujos y posiblemente tratando de marcar políticamente esa reunión:
“¿Por qué es importante esta región? Con todos sus ricos recursos y elementos de tierras poco comunes, tiene el triángulo del litio, que hoy en día es necesario para la tecnología. El 60% del litio del mundo está en el triángulo del litio: Argentina, Bolivia, Chile” (…) tenemos 31 por ciento del agua dulce del mundo en esta región. Con ese inventario, a EEUU le queda mucho por hacer (…) las reservas de petróleo más grandes, incluidas las de crudo ligero y dulce, descubierto frente a Guyana hace más de un año. Tiene los recursos de Venezuela también, con petróleo, cobre, oro; así como el Amazonas como pulmones del mundo”.
Por supuesto en el contexto de estas declaraciones, culminadas con una severa sentencia que convida a EEUU a incrementar el juego en esta región; la Amazonía territorialmente se convierte en un espacio vital no solo por ser pulmón vegetal; sino además por poseer recursos de su biodiversidad que ya son apetecidos de manera incremental por el norte estadounidense y europeo, quienes pretenden acercarse a este espacio con discursos orientadores y morales, siendo ellos en realidad los principales responsables del cambio climático y las emisiones irracionales de gases por efecto invernadero, incluso con el abandono puntual de las políticas de energía verde en Europa Occidental producto de la guerra en Ucrania y la imposibilidad de sustituir en lo inmediato al gas ruso.
Posiblemente eso llevó al Presidente de la República Federativa del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a expresar en su mensaje ante esta Cumbre Amazónica integrada por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela; la necesidad de fortalecer la cooperación:
“La Amazonía será lo que queramos que sea (…) la Amazonía suramericana es el mayor bosque tropical y reserva tropical del mundo (…) con áreas más verdes, aire más puro, ríos sin contaminación, una Amazonía al alcance de todos, una Amazonía con migrantes acogibles, indígenas respetados y jóvenes con más esperanza, una Amazonía que se despierta, que se conoce a sí misma (…) Estoy convencido de que el estado de la Amazonía ahora tendrá un antes y un después de este encuentro; porque todo el mundo, en cualquier parte, solo habla de la Amazonía y ahora es el momento de que la Amazonía eleve su voz para hablarle al mundo (…) nunca antes en la historia de la Amazonía hubo una participación popular tan rica, tan diversa, tan megadiversa que llega a producir este documento extraordinario (…) Hoy volvimos a reunirnos para pensar y actuar juntos, a partir de la Cumbre nace un nuevo sol, un sueño tan histórico para la región y para el mundo, durante mucho tiempo el mundo habló de la Amazonía, pero hoy es el día en que la Amazonía habla para todo el mundo. Por casi 500 años la Amazonía ha sido vista como una barrera entre nuestras sociedades, el prejuicio aumentó la violencia contra los pueblos indígenas y estimuló el saqueo de los recursos naturales (…) retomar la cooperación entre nuestros países y superar la desconfianza, queremos reconstruir y ampliar la unidad del diálogo, ampliar la conservación de la Amazonía”.
Estas fueron parte de las aseveraciones del presidente brasileño, al mismo tiempo que advirtió la necesidad de avanzar en un acuerdo de cooperación, entre las fuerzas armadas de los países miembros, para el cuidado de este territorio vital para la madre tierra, en evidente contraposición a posibles tutelajes del Comando Sur sobre el quehacer y cómo hacerlo en esta región.
Por su parte, la República Bolivariana de Venezuela fue enfática en promover un “Plan de deforestación cero” en la Amazonía, basada en cuatro elementos conjugados como líneas de trabajo: a. Banco de semillas amazónicas; b. Eliminación y prohibición de metales pesados en zonas mineras; c. Erradicación de la minería ilegal en la Amazonía; y d. Creación de un Centro de investigación Amazónica.
Esto lo afirmó la Vicepresidenta Ejecutiva de la República, Delcy Rodríguez, quien encabezó la Delegación en este foro multilateral: “Así que Venezuela propone que se haga un gran diálogo por la vida, donde estén los productores de carbono y estén representados los principales bosques tropicales del planeta (…) si bien es cierto que el día de hoy estamos las principales cuencas del planeta que representan la vida en sí misma, porque nos permiten respirar, básicamente, creo que falta una parte con la cual conversar que son los grandes emisores de carbono en la línea que usted presentó [Presidente Lula da Silva] , de que ha existido una responsabilidad común compartida, pero que necesariamente tiene que ser diferenciada sobre los grandes responsables del norte”.
Por su parte el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Luís Arce fue enfático en rechazar las amenazas sobre la Amazonía: [el capitalismo] «Está poniendo en riesgo a la humanidad y a la naturaleza (…) en sus formas de interacción, el capitalismo trata de sacar el mayor provecho de las fuerzas de trabajo explotando a la naturaleza como si esta fuera infinita. La Amazonía es un patrimonio invaluable de la humanidad. Es nuestra responsabilidad protegerla y preservarla, su conservación implica el compromiso de los gobiernos, sociedad civil organizada, de comunidades locales y comunidad internacional (…) Esa estrategia para EE. UU. La instalación de bases militares en la región. Nos debe llamar la atención esa misión. También es preocupante que Europa esté en la misma posición (…) Vivimos un momento crucial de la historia en el que el mundo atraviesa una reconfiguración geopolítica y por ello debemos impulsar un multilateralismo eficaz, pragmático y robusto que nos permita enfrentar estos desafíos críticos, por lo que el rol de la cooperación es fundamental”.
La declaración final, sin duda, recabó el espíritu general de esta y otras intervenciones dadas en una Cumbre que bien pudiera ser un punto de inflexión sobre la actividad de estas naciones, ante amenazas latentes y crecientes sobre la Amazonía.
Aquí los diez puntos de esta Declaración de Belém do Pará:
- Reconocemos la inestimable contribución de los pueblos indígenas y las comunidades locales así como de las mujeres y de la juventud para la conservación de los Bosques tropicales.
- Observamos que, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC AR6), «el cambio climático ya está afectando a los bosques tropicales de todo el mundo, incluso por los cambios en la distribución de los biomas forestales, los cambios en la composición de las especies, la biomasa, las plagas y enfermedades, y el aumento de los incendios forestales”.
- Reafirmamos nuestro compromiso con la preservación de los bosques, la reducción de los impulsores de la deforestación y de la degradación forestal, la conservación y valoración de la biodiversidad y la búsqueda de una transición ecológica justa, convencidos de que nuestros bosques pueden ser centros de desarrollo sostenible y fuentes de soluciones para los retos nacionales y mundiales de sostenibilidad, conciliando la prosperidad económica con la protección del medio ambiente y el bienestar social, especialmente de los pueblos indígenas y de las comunidades locales, incluso mediante el desarrollo de mecanismos innovadores que reconocerán y promoverán las funciones/servicios de los ecosistemas y la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad.
- Expresamos nuestra preocupación por el incumplimiento por parte de los países desarrollados de sus compromisos de proporcionar una ayuda oficial al desarrollo equivalente al 0,7% de su renta nacional bruta, y de proporcionar 100.000 millones de dólares en financiación climática al año en recursos nuevos y adicionales a los países en desarrollo, y hacemos un llamamiento a los países desarrollados para que cumplan con sus obligaciones en materia de financiación climática y contribuyan a la movilización de 200.000 millones de dólares al año para 2030, tal y como se establece en el Marco Mundial para la Diversidad Biológica de Kunming-Montreal, con el fin de apoyar la aplicación de los planes de acción y estrategias nacionales en materia de diversidad biológica mediante el suministro de recursos financieros nuevos, adicionales, predecibles y adecuados.
- También expresamos nuestra preocupación por el incumplimiento por parte de algunos países desarrollados de sus objetivos de mitigación, y reiteramos la necesidad de que las naciones desarrolladas tomen la iniciativa y aceleren la descarbonización de sus economías, logrando la neutralidad de las emisiones de gases de efecto invernadero sin demora y preferiblemente antes de 2050.
- Observando que la cooperación internacional es la forma más eficaz de apoyar nuestro compromiso soberano de reducir los impulsores de la deforestación y de la degradación forestal, condenamos la adopción de medidas adoptadas para combatir el cambio climático y proteger el medio ambiente, incluidas las unilaterales, que constituyen un medio de discriminación arbitraria o injustificable o una restricción encubierta al comercio internacional.
- Reiteramos nuestro entendimiento de que el acceso preferencial de los productos forestales a los mercados de los países desarrollados será una herramienta importante para el desarrollo económico de los países en desarrollo.
- Invitamos a otros países en desarrollo con bosques tropicales a entablar, en preparación de la COP-28 de la CMNUCC [Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático] y la COP-16 del CDB y otras conferencias internacionales pertinentes, un diálogo, basado en la solidaridad y la cooperación; sobre los temas esbozados en el presente Comunicado.
- También hacemos un llamamiento a otros países en desarrollo que poseen una parte significativa de la biodiversidad mundial para que aboguen por que nuestros países ejerzan una mayor influencia en la gestión de los recursos destinados a la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad.
- Tomamos nota de diferentes iniciativas impulsadas por países en desarrollo relevantes para la conservación y el uso sostenible de los ecosistemas forestales, como la Cooperación Trilateral sobre Bosques Tropicales y Acción Climática de Brasil, la República Democrática del Congo e Indonesia, y la iniciativa, por parte de la República del Congo, de acoger una Cumbre de las Tres Cuencas de Ecosistemas de Biodiversidad y Bosques Tropicales.
Los retos propios de esta Cumbre sirven de pivote no sólo para el futuro encuentro sobre el Clima, sino especialmente para diseñar acciones de defensa desde el Sur de una Amazonía que ha resultado ser más apetitosa para factores de poder que depredan y explotan recursos de manera indiscriminada para sostener un modelo incompatible con la sustentabilidad humana y por ende una amenaza directa a ella.
En este caso las obras serán amores y la cooperación concreta y recurrente una obligación propia en un contexto salvaje y de anomia total en la arena internacional.
La voluntad política parece clara de acuerdo a lo visto en esta Cumbre Amazónica.